El chico más inteligente del país: tiene 8 años, se recibió de mecánico y sueña con conocer a Franco Colapinto
Stefano Marconi Sgroi tiene el coeficiente intelectual más alto de la Argentina. Ya se dio el gusto de conocer al Flaco Traverso y al diseñador Horacio Pagani, y fue reconocido como Personalidad Destacada de La Plata.

Steano recuerda con mucho cariño al Flaco Traverso, con quien atesora varias fotos.
Su historia es realmente increíble. Stefano Marconi Sgroi tiene apenas 8 años, pero ya se codea con las figuras del automovilismo y está creando un superdeportivo junto a diseñadores e ingenieros, que llevará su propia marca. Además, este chico con el coeficiente intelectual más alto del país asegura que nació “con un volante en la mano” y reconoce un motor con sólo escucharlo. Por todo eso es que fue reconocido como Personalidad Destacada de La Plata, la ciudad donde nació.
Stefano llamó la atención de sus padres desde muy chico. Cuando tenía apenas siete meses ya hablaba, y al poco tiempo comenzó a nombrar las marcas de los autos que pasaban por la calle. Un par de años más tarde, cuando adivinó los modelos de dos coches a 100 metros de distancia, se convencieron de que estaban ante un genio.
Ahora el verdadero prodigio ya está recibido de mecánico, y en las entrevistas que da junto a su familia cuenta con naturalidad todo lo que vive y sus conocimientos.
El increíble currículum de Stefano Marconi Sgroi
Así, por ejemplo, asegura que puede desarmar y armar un motor en 3 horas, y cuenta que piensa construir un vehículo similar al Escarabajo, el auto de sus sueños. Para eso se ilusiona en poder contar con el respaldo de Volkswagen.

En paralelo, es parte de otro proyecto en el que se desarrolla un sistema de seguridad automotriz inédito, del que aún no puede revelar detalles. Todos son motivos más que suficientes, claro está, para llegar a convertirse en la persona más joven del mundo en ser nombrada Personalidad Destacada.
Sin embargo, Stefano se muestra muy tranquilo ante la incipiente fama y no pierde la humildad ni se cree superior. «A los chicos de mi edad les digo que persigan sus sueños, y que ojalá se les cumplan», señaló en una entrevista con Clarín.
En cuanto al mencionado hecho que terminó de convencer a su familia de que estaban ante un genio, su padre Adrián recordó que ocurrió mientras la familia paseaba en su camioneta. Stefano señaló dos autos ubicados a casi 100 metros de distancia, y dijo: «Allá hay un Talbot-Lago T26 y un Oldsmobile».
Los padres no creyeron lo que su hijo había dicho pero, ante la insistencia, se acercaron a los coches para comprobarlo. Al llegar al lugar, no sólo se sorprendieron porque eran las marcas que el niño había nombrado, sino también porque el niño comenzó a detallarles que motor tenía cada auto.
El ingeniero Roberto Ulibarri, dueño de uno de los vehículos, también quedó atónito, y desde entonces le dicta clases de mecánica a Stefano.
De cuánto es su coeficiente intelectual
Otro día, Adrián, quien es carpintero, fue a presupuestar un trabajo a la casa de una clienta. Mientras conversaba con la dueña del hogar, el chico, que lo había acompañado, calculó mentalmente la edad de la mujer a partir de su fecha de nacimiento.

La clienta, que casualmente se dedicaba a trabajar con chicos de altas capacidades intelectuales, le sugirió que le realizara un test para medir su inteligencia. Y el resultado marcó que Stefano tiene un coeficiente intelectual superior a 150, el más alto entre los niños de Argentina y una condición que solo posee el 1% de las personas.
Desde entonces, el pequeño no ha parado de formarse, y lleva contados los libros que ha leído: «Ahora estoy con uno de la saga de El Señor de los Anillos, que sería el 1.150».
Asimismo, realizó dos cursos de mecánica de la Universidad Tecnológica Nacional y toma clases de simulación de carreras con el campeón mundial Rodrigo López, mientras sueña con ser piloto profesional.
A la par de ello, Stefano lleva una vida normal. Va a taekwondo, a inglés y, por supuesto, a la escuela, donde sus materias favoritas son plástica y matemática.
Su contacto con las figuras del automovilismo
Por su sabiduría y capacidad, Stefano llamó la atención de varias de las más grandes figuras del automovilismo de nuestro país. Así recuerda con amor cuando conoció a Juan María Traverso, quien quedó impresionado con él y lo invitó a comer a su casa.
También estuvo, en más de una oportunidad, con el ingeniero y empresario Horacio Pagani, a quién le recomendó que utilice material aeroespacial para fabricar sus autos.
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Pero la relación más íntima que logró entablar fue con Rubén Fangio, quien «lo adoptó como un nieto», dice Adrián.
El hijo de Juan Manuel le prometió una carta de recomendación similar a la que su padre le escribió al entonces joven Pagani. Al igual que el consagrado empresario argentino, Stefano podría tener su futuro en Italia, adonde ya fue invitado ni más ni menos que por el intendente de Maranello, donde está la fábrica de Ferrari.
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