El vecino de Ituzaingó que es Defensor del Pueblo: «Soy un sobreviviente de Cromañón»
Ezequiel Rocchia (36) fue nombrado Ombudsman en su ciudad. En 2004 fue uno de los centenares de heridos en la tragedia del boliche porteño, donde murieron 194 personas. Cómo hizo para superar el dolor y los traumas.
Ezequiel Rocchia tiene 36 años y a los 18 sobrevivió a la tragedia de Cromañón. Es padre de dos hijos y licenciado en Ciencias Políticas.
Ezequiel Rocchia (36) logró escapar a las llamas y el humo tóxico que desataron una tragedia en la noche en que ardió el boliche Cromañón. Sufrió quemaduras de primer y segundo grado pero sobrevivió y se recuperó. Sin dudas, las heridas más profundas fueron las emocionales.
Tenía sólo 18 años en aquel trágico episodio que marcó para siempre la historia argentina. El 30 de diciembre de 2004, la banda Callejeros daba un recital en el boliche República de Cromañón, en el barrio porteño de Once. El local, que estaba excedido en su capacidad, fue el escenario de una masacre: una bengala encendió una tela media sombra, las salidas de emergencias se encontraban trabadas y el incendio derivó en la muerte de 194 personas y que hubiera más de 1.400 heridos. Entre esos sobrevivientes, estaba el ahora ombudsman de Ituzaingó.
Había ido con tres amigos pero, afortunadamente, ninguno de ellos sufrió lesiones graves. Fue Ezequiel el que peor estuvo después de aquella noche trágica. «Me curé en el Instituto del Quemado. También tuve la suerte de no haber perdido a mis amigos, pero sí a conocidos que había visto en otras ocasiones», admitió.
Vecino del barrio Aeronáutico de Ituzaingó, en el oeste del Conurbano, fue designado en junio pasado como nuevo delegado de la Defensoría del Pueblo bonaerense en el distrito. Se trata de un organismo autónomo e independiente que debe controlar las instituciones y funcionarios de gobierno en el cumplimiento de sus deberes, apuntando a mediar, asesoras y resolver conflictos. Funciona en su sede de la calle Belgrano al 21.191.
Su compromiso social, clave para superar el dolor de Cromañón
Después de la tragedia de Cromañón, Rocchia estudió y se egresó en la licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires. Padre de dos hijos, siguió un camino marcado por la militancia y el compromiso con su comunidad. Hoy es dirigente del espacio «Enamorate Ituzaingó» que lidera Natalia Peluso y asumió su cargo como Defensor del Pueblo con el apoyo del intendente local, Alberto Descalzo.
«Soy vecino de Ituzaingó de toda la vida y siempre tuve compromiso por mi barrio y mi distrito, que fue el que me crio y me dio a mi familia y a mis amigos. Siempre estuve participando desde el lado social y político para ayudar», dijo el funcionario que, semanas atrás llevó adelante un operativo en la Sociedad de Fomento del barrio Libertador para inscribir a vecinos a los subsidios en las tarifas de luz y gas. «La Defensoría es una herramienta para que los vecinos puedan gozar libremente de sus derechos», destacó.
Sobre esta etapa que le toca atravesar en su vida y su función en la comunidad, Rocchia remarcó: «A la edad que tengo y con la familia que formé, yo lo vivo como un acto de resiliencia. Eso me dio la tranquilidad de contar mi experiencia personal al momento de llegar al cargo. Existe la posibilidad de superar obstáculos en la vida, canalizarlos y llevarlos adelante con un objetivo».
Dijo haber transformado el «dolor y la bronca que sentía hacia el Estado, que era el que debía cuidarnos como jóvenes que éramos, en algo positivo». «Soy uno de los sobrevivientes de Cromañón -refrendó-. Cuando asumí, lo conté en público por primera vez. Sólo lo sabían mis familiares y amigos».
Y el flamante Defensor del Pueblo de Ituzaingó, cerró: «No soy fan del morbo. No lo había contado muchas veces, pero me pareció oportuno para dejar un mensaje: que las cosas son difíciles y cada cual tiene sus historias, pero hay formas de transformarlas y llevar a un horizonte más digno esa injusticia».
