La historia de Nicolás Marín Benítez, el vecino de San Miguel que retrata tiburones y eligieron como el mejor fotógrafo del mundo
Tiene 24 años y fue premiado por su trabajo fotográfico en la naturaleza. Recorre las profundidades del océano con su cámara y es el primer argentino en ganar la máxima distinción internacional.
Orgullo nacional, una vez más: Nicolás Marín Benítez, un joven oriundo de San Miguel, al oeste del Conurbano, ganó el premio al mejor fotógrafo de naturaleza del mundo por sus increíbles retratos que combinan la pasión por la fotografía y por la vida marina. A través de sus fotos, el joven busca enviar un mensaje de concientización sobre el cuidado del medioambiente.
Gracias a sus impresionantes imágenes, Nicolás fue galardonado con el premio EPOTY (Enviromental Photographer Of The Year), una de las mayores condecoraciones a nivel mundial. Fue su trabajo “Corales de noche” el que lo llevó a consagrarse ganador: se trata de una toma hecha durante una inmersión nocturna en Aruba, donde utilizó una fuente de luz ultravioleta y una técnica de exposición prolongada.
“Eran las nueve de la noche y nos metimos a explorar ‘Whole in the wall’, un lugar donde está lleno de arrecifes de coral y especies en la isla de Aruba. Quisimos ir a documentarlas, y al llevar con nosotros una luz ultravioleta nos permitió ver a los corales con otros ojos. La luz se adueñaba de ellos y parecía un océano lleno de luces led o arbolitos de Navidad”, recordó.
Con esta imagen, Nicolás buscó concientizar sobre los importantes desafíos que sufre el coral, que son causados por la contaminación, el cambio climático y la degradación de su hábitat natural. “Estoy muy contento de que todo el mundo pueda ver y saber, porque la gente no cuida lo que no conoce. No me voy a cansar nunca de mostrarles un pedacito de océano cada día”, dijo el fotógrafo, emocionado.
Quién es Nicolás Marín Benítez
Desde sus siete años tuvo una enorme pasión por el mar, a pesar de vivir a una enorme distancia. Oriundo de la localidad de San Miguel, Nicolás Marín comenzó con su pasión de retratar escenas submarinas cuando terminó el secundario y se decidió a buscar un empleo que estuviera relacionado con ello.
“Empecé a hacer cursos de todo: marketing, cine, fotografía, y ahí me di cuenta de que la rutina no me gustaba. De chico veía los documentales de National Geographic y no podía creer que toda esa gente estuviese documentando tiburones, ballenas, para mí era algo súper lejano. Hasta que un día llegó una oferta laboral sobre fotografía marina y social media manager”, contó.
Así fue como envió su currículum a una ONG de buceo en México, donde lo formaron como buzo y fue desarrollando sus conocimientos rodeado de biólogos y profesores. Sin embargo, nunca abandonó su otra pasión, que es la fotografía: decidió invertir y comprar su primera cámara submarina para poder retratar todo lo que veía en cada misión. Pronto, sus fotos comenzaron a ser reconocidas a nivel internacional.
El compromiso del fotógrafo de San Miguel
Sin embargo, su compromiso fue aún más allá: el joven se convirtió en un férreo defensor del cuidado de los mares y comenzó a difundir su mensaje de concientización sobre la importancia del ecosistema acuático. Así, Nicolás buscó adaptar la consigna de modo que fuera interesante y despierte la curiosidad de la gente: las redes sociales se transformaron en un aliado clave.
“Quería mezclar la fotografía con la ciencia. Empecé a mezclar el activismo para que la gente pueda formar parte de la solución al problema ambiental, con pequeños cambios de hábitos. Ahí la comunidad se empezó a agrandar drásticamente”, destacó.
Siguió creciendo y su aventura llegó a los oídos del National Geographic quienes, entusiasmados por su perfil explorador, impulsaron su proyecto. Además, este año Nicolás fue elegido como uno de los 100 jóvenes líderes del mundo por sus trabajos y expediciones a distintos puntos del mundo donde documentó cuestiones relativas al cambio climático.
Además de haber sido nombrado como el mejor fotógrafo de naturaleza del mundo, ahora Nicolás puse en marcha su “Proyecto Darwin 200” con el que estará haciendo la misma ruta que hizo el científico, dando la vuelta al mundo para documentar diferentes especies y continuar la travesía.
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