Un partido, una guerra y un título: el duelo más caliente en la historia entre Estudiantes y Vélez
Sucedió en el verano de 1983 pero definió el campeonato Metropolitano de 1982. Hubo un violento ataque en el entretiempo y un equipo que decidió irse de la cancha. Cómo se resolvió y el festejo del Pincha.
Estudiantes y Vélez jugarán la gran final de la Copa de la Liga, después de dejar en el camino a Boca y a Argentinos Juniors respectivamente. Dos instituciones muchas veces señaladas como ejemplares, campeonas del mundo y aspirantes a competir de igual a igual con los cinco grandes, supieron también alguna vez protagonizar un escándalo: en 1983, con directores técnicos históricos en cada banco, tiñeron de pólvora al fútbol argentino.
El caótico Estudiantes-Vélez del Metropolitano 1982
Boca había salido campeón del Metropolitano del año anterior, de la mano de Diego Maradona, pero muchísimos equipos de aquella época contaban con figuras como para disputarle el trono al Xeneize. Uno era Estudiantes de La Plata: comandado por Carlos Salvador Bilardo, el Pincha tenía entre sus filas a José Luis Brown, Miguel Ángel Russo, Alejandro Sabella, Marcelo Antonio Trobbiani y José Daniel Ponce.
En el verano de 1983, un 29 de enero, el Pincha recibía en su viejo estadio de 1 y 57, ahora remodelado, a un Vélez Sarsfield que tampoco escatimaba en nombres propios: dirigido por Juan Carlos Lorenzo, laureado entrenador de Boca, en el plantel estaban Carlos Bianchi (suspendido para aquel encuentro), Nery Pumpido, Jorge Comas y Norberto Alonso.
El partido, entonces, prometía: Estudiantes peleaba palmo a palmo el campeonato con un Independiente donde brillaba Ricardo Enrique Bochini. Parejo por donde se lo mire, el primer tiempo finalizó 0-0. Los planteles se fueron al vestuario, pero lejos estuvieron de poder retornar con normalidad al campo de juego.
Estudiantes, Vélez y un entretiempo de guerra
Mientras Estudiantes se encontraba ya dispuesto a comenzar la segunda parte, Vélez no salía a la cancha. El equipo de Liniers decidió no asomarse por el túnel y fue su capitán, Pedro Larraquy, quien le comunicó al árbitro Claudio Busca que no querían seguir jugando: la delegación había sido atacada dentro del vestuario visitante.
Los hinchas de Estudiantes, aprovechando el parate de 15 minutos, habían decidido amedrentar a sus rivales. A través de las hendiduras de las ventanas del camarín arrojaron cuatro petardos en el lugar donde se hallaba Vélez. “La decisión de no jugar la tomó Lorenzo”, explicó luego a la prensa Larraquy: los jugadores de Liniers debieron ser atendidos por el médico, principalmente el Beto Alonso y Pedro Mastromauro.
Los de Estudiantes, con Bilardo a la cabeza, salieron a sembrar dudas sobre la actitud de Vélez… Insinuaron que los del Fortín preferían apostar al desgaste del Pincha en la carrera al título. El partido, finalmente, se reanudó el 11 de febrero, 13 días después, y fue con buenas noticias para el Pincharrata: se impuso por 1-0 con un inolvidable gol del Tata Brown, a cinco minutos del final.
Apenas tres días después, el 14 de febrero, los de camiseta albirroja se alzaron con la gloria: derrotaron a Talleres de Córdoba por 2-0 y gritaron campeones, una década y media después de su primer título local (Metropolitano de 1967, tras vencer a Racing en la definición).
La final Estudiantes-Vélez del domingo
A más de 40 años de aquel recordado incidente en una calurosa noche platense, Estudiantes y Vélez vuelven a verse las caras en un partido clave por el título, aunque esta vez es un mano a mano decisivo.
El Fortín, que había sufrido con el descenso durante la temporada anterior, mostró carácter y garra de la mano de Gustavo Quinteros, un DT que se ganó el respeto en Liniers, luego de un arranque titubeante que incluyó un lapidario 0-5 frente a River, por la tercera fecha, en el Monumental.
Por su parte, bajo la conducción de Eduardo Domínguez, Estudiantes -último campeón de la Copa Argentina- tiene un equipo experimentado con figuras como Guido Carrillo, José Sosa, Enzo Pérez, Luciano Lollo y Fernando Zuqui que acreditan antecedentes en Europa o equipos grandes de nuestro país.
La final se disputará en Santiago del Estero, este domingo desde las 15.30, a pesar de las quejas de ambas hinchadas por tener que realizar un viaje tan largo para ver el encuentro. Que esta vez, sea cual fuere el resultado, al menos haya paz.
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