Tiene una escuela de manejo inclusiva y estudia psicología para que no discriminen: así es el éxito de «Sólo chicas»
Rosy Rojas comenzó en pandemia con su emprendimiento para mujeres. Luego lo expandió a la comunidad LGBT. Ahora quiere sumar un plus emocional a su enseñanza, basada en la paciencia y la dedicación.
A los 47 años la vida de Rosa Rojas -pocos la conocen por su nombre y muchos por su apodo, Rosy– no para un minuto en las calles de Lomas de Zamora. La vecina de Villa Centenario creó una academia de manejo para mujeres por la que ya pasaron más de 500 alumnas y ahora ella quiso dar otro paso adelante: estudia psicología para encarar mejor el proceso de contacto con sus clientes.
Cuando hace tres años Rosy lanzó «Solo chicas al volante» jamás imaginó que el negocio crecería como lo hizo. Tanto que en poco tiempo se reenfocó y hoy no sólo le enseña a conducir a mujeres, sino también a personas integrantes del colectivo LGBT. Así, sumó a su primo Carlos y su hermano Elías para que trabajen junto a ella. Los alumnos rescatan su pedagogía y paciencia a la hora de explicar.
Todo comenzó en el 2021, cuando Rosy era docente en formación y trabajaba en algunas escuelas. Pero como el dinero no le alcanzaba, decidió comenzar a utilizar su auto como herramienta laboral y comenzó a hacer viajes mediante aplicaciones para ganar un dinero extra.
Pero su iniciativa se vio empañada el día que un hombre, haciéndose pasar por pasajero, la asaltó arriba de su propio vehículo. A partir de ahí, Rosy decidió tomar viajes, pero sólo de mujeres. “Una vez me quisieron robar y me dio mucho miedo poder seguir, pero decidí continuar armando un Instagram para tomar viajes solamente para chicas”, expresó y en su cabeza se formó la idea madre de «Solo chicas».
Lomas de Zamora: la historia de «Solo chicas» y su plus
Actualmente, en «Solo chicas inclusivo» aprender a manejar es un placer, según los testimonios de todos los que se pusieron mansamente a las órdenes de Rosy y su personal.
“En un principio les enseñaba solo a las mujeres, hasta que llegó a mí una chica trans que había sido excluida de otra escuela de manejo. Luego vino una pareja de chicos gay y otro muchacho con visión monocular, entonces ahí decidí abrirme y fomentar la inclusión desde mi lugar”, relató Rosy.
Rosy, que aprendió a manejar gracias a su abuelo, explica que sus clases son híbridas y combinan la presencialidad -a la hora de la práctica- con la virtualidad -a la hora de estudiar la teoría-. Actualmente cuenta con sus autos habilitados como coche escuela, pero no posee una agencia, sólo tiene una oficina en su propia casa donde recibe a las alumnas.
Pero ahora empezó a estudiar psicología porque cree que es algo importante para sumarle a sus métodos de enseñanza. «Me anoté este año porque lo venía pensando de hace un tiempo y finalmente me decidí. Me parece que va a hacer un muy buen plus para mi emprendimiento«, señaló la responsable de la autoescuela a La Unión.
«Esta decisión se la debo a mis alumnos, que me incentivaron a estudiar para tener más herramientas para los que vendrán porque es increíble como la parte psicológica de las personas los limita para algo como el manejo. Muchas se han encontrado con terceros que le han metido miedo o han afectado la autoestima, ni hablar de las minorías, de los que han sido discriminados porque en la calle también pasa que se la agarran con quien ven al frente del volante», sostuvo la experta en manejo.
«Una chica trans me contó que ha recibido mucha discriminación por su condición cuando maneja, a veces tienen episodios tan severos que las limitan a volver a manejar», dijo la mujer de Villa Centenario.
Sobre el mundo del tránsito Rosy aseguró que, a la hora de manejar, la única diferencia entre hombres y mujeres es que “los tipos son más mandados y el sector femenino es más pensante, más cuidadoso”, al tiempo que afirma que conducir en la calle “no es para nada una cuestión de género”. Quien desee aprender en la academia de manejo de Rosy puede solicitar un turno en su página web, solochicasalvolate.com.
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