Misterio en Berazategui: atacan con armas de guerra la avioneta de un empresario

Un ataque contra una avioneta con pistolas 9 milímetros y hasta un Fusil Automático Ligero, conocido como FAL, ocurrió en la noche del jueves en un aeroclub de Berazategui. La víctima es un empresario, que dice dedicarse al cultivo de frutas y que ante declaró ante la Policía Bonaerense que los agresores se llevaron un par de cajones con cítricos que cargaba en su aeronave. Pero la Justicia investiga qué pasó realmente en este episodio porque tiene sospechas hasta del propio atacado.

El agredido se llama Ricardo Fornasieri. Había llegado en su avioneta Beechcraft al Aeroclub Río de la Plata, situado en la esquina de la avenida Florencio Varela y la calle 160, muy cerca de la bajada de Berazategui de la Autopista Buenos Aires-La Plata. Dijo que estaba junto con el sereno de la entidad aeronáutica cuando lo atacaron dos personas que llegaron hasta el lugar en un auto deportivo.

De acuerdo a la declaración de Fornasieri, en el momento de la balacera se encontraba traspasando cítricos que había traído desde una plantación en Entre Ríos desde la avioneta hasta su pick up Dodge RAM. Las huellas de los tiros quedaron en la aeronave.

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Pero de acuerdo a las pericias que fueron dispuestas por la fiscal Silvia Borrone, encargada de investigar el hecho con la UFI N°4 de la jurisdicción, se produjo un enfrentamiento armado que incluyó 20 disparos. Así, se cree que desde la zona donde estaban Fornasieri y el sereno hubo respuesta al ataque también con armas de fuego.

El misterio del ataque en Berazategui

La primera reconstrucción judicial se hizo con las declaraciones de los involucrados en el hecho. Así, se sabe que Fornasieri, de 58 años, arribó anoche a Berazategui proveniente de Entre Ríos en su avión privado marca Beechcraft modelo Bonanza matrícula LVJKO.

Después de aterrizar se le acercó el sereno del aeródromo, que no tiene custodia en la entrada. Fue entonces cuando apareció un Volkswagen Sirocco de color blanco del que bajaron dos personas y las que abrieron fuego con una pistola 9 mm y un FAL.

El empresario dijo sólo haberse escondido durante el ataque, pero de acuerdo a las pericias judiciales también se produjeron disparos desde adentro del avión hacia afuera porque se hallaron restos de material balístico. La Justicia sospecha que se hubo respuesta al ataque pero no se encontró un arma en la zona peritada.

Según consignó Infobae, los investigadores no terminan de creer la versión ofrecida por Fornasieri, sobre todo por lo poco verosímil de que semejante ataque tuvo como objetivo llevarse dos cajones con frutas.

Es por ello que la investigación apuntará a profundizar mucho más la búsqueda de elementos que permitan determinar lo que realmente ocurrió en el aeroclub. Lo complejo es la escasa presencia de cámaras de seguridad en el perímetro del predio, como también en un barrio cerrado lindero; de todos modos, se estudian los registros de video de la Autopista Buenos Aires-La Plata para definir si en la hora del ataque circuló por allí un vehículo de las características citadas por el empresario con los presuntos prófugos.

Hay testigos que viven cerca del Aeroclub Río de la Plata que acreditaron que el jueves por la noche, en la zona hubo corridas, disparos y autos circulando a mucha velocidad.

Desde el entorno familiar de Fornasieri dejaron trascender que el empresario habría llegado antes de lo que había anticipado a las autoridades del Aeroclub Río de la Plata, y que quienes lo atacaron podrían haberlo confundido con otra persona.

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Fornasieri tiene domicilio en Florencio Varela y, de acuerdo al Boletín Oficial, es propietario desde fines de la década del 90 de una empresa dedicada a la venta de frutas y verduras. Además, sería socio de una SRL que es operadora turística.

En los registros del Banco Central figura una resolución en la que se le impuso una “multa de $22.915.200 (pesos veintidós millones novecientos quince mil doscientos) e inhabilitación por el término de 4 (cuatro) años”. Lo vinculaban a una firma llamada Financiar SA que, según un expediente iniciado en 2005, “firmaban pagarés al realizar operaciones pasivas” y “mutuos de garantía hipotecaria” con una cartera de “documentos a pagar” de más de 6 millones de pesos. La circular del BCRA indica que habría firmado pagarés “para garantizar la operación” y “sin autorización para intervenir en la oferta de demanda de recursos”.