La historia de Rey Momo, la espuma del carnaval que nació por error en un garaje de Lomas de Zamora
José Luis Zito tiene 76 años pero lleva más de 50 fabricando la icónica nieve artificial que es la estrella de los carnavales en la Argentina y que, desde Lomas de Zamora, se exporta a otros países de Sudamérica.
Un año haciendo aerosoles con su suegro le bastó a José Luis Zito (76) para adquirir la experiencia que necesitaba para iniciar su propio emprendimiento. No sabía que lo llevaría a crear Rey Momo, la espuma que se volvió un ícono de todos los carnavales en la Argentina.
De hecho, este vecino de Lomas de Zamora, comenzó vendiendo otro producto: un limpiavidrios. «Compraba envases, los llenaba, los mandaba a gasificar afuera y los salía a vender. Era un trabajo que me tomaba todo el día, la semana entera», recordó.
Primero arrancó en un garaje que le prestó su abuelo, ubicado en Colombres y Olazábal, en el mencionado distrito del sur del Conurbano. Su primera empleada fue su mamá y la segunda, su esposa de entonces. Luego pasó a un galpón más grande en la calle Gorriti y después a un local de la calle Colombres. Fue recién en 1982 cuando se trasladó a avenida Juan Domingo Perón 1340, donde funciona la fábrica actual.
Su empresa se llama Aerolom y produce distintos productos que comercializa en aerosoles: desodorantes de ambiente, lubricantes, pinturas, repelentes y sanitizantes. Sin embargo, su producto estrella es la espuma Rey Momo, por la que todos los años en épocas de carnaval la fabrica aumenta su plantilla de empleados: tiene 48 fijos y durante esos meses se suman otros 20.
El error por el que nació la espuma Rey Momo
Habían pasado dos años desde que fundó Aerolom y a Zito llegó una fallida fórmula para hacer un limpiahornos y que derivó en la espuma que él vendería luego como nieve artificial. Más allá de luego haber mejorado la combinación química de su creación, el empresario de Lomas de Zamora no tiene problema en revelarla: «Tiene una proporción mínima de materia activa de champú para bebés, agua, perfume, conservantes y el gas que produce el efecto de espuma».
Primero arrancó vendiendo «200 tarritos por noche en los días de carnaval de la calle Maipú», los que «vendía Cotillón Lomas, un local que estaba en Alem y Boedo y fueron los primeros en confiar». La situación cambió cuando concluyó la última dictadura militar. «Con el regreso de los corsos de Avenida de Mayo dimos el gran salto. Empezamos a trabajar con mayoristas importantes, se fue formando la clientela», dijo Zito.
«Decir el nombre de la marca automáticamente genera una sonrisa en la gente», contó sobre un producto para el que la marca se volvió un sinónimo. «Hizo que la empresa sea conocida en el exterior y hoy exportamos a Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador. En Bolivia, cuando se enteraron de que era el creador de la marca, la gente se sacaba fotos conmigo», reveló Zito, que es miembro de la Unión Argentina de Aerolsolita y que con Aerolom maneja el 70% del mercado de espuma para carnaval y ha logrado vender otros productos como serpentina plástica y spray de color para teñir temporalmente el cabello.
El logo también es inconfundible. Zito tomó la idea del Rey Momo de un packaging de pastillas y le pidió a un dibujante que hiciera la imagen de la marca. Le pusieron corona y le agregaron una oreja que imitaba las de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura. El boceto original, empresario lomense lo sostiene como amuleto de la suerte.
Su compromiso social y el reconocimiento en Lomas de Zamora
Por los 50 años de la empresa, que no pudieron celebrarse por la pandemia, Aerolom impulsó un proyecto de arte urbano para poner en valor el barrio: convocó a distintos artistas de la zona para pintar un mural de cuatro metros de alto por casi 300 de largo con distintos paisajes de la Argentina. Tiene imágenes de la Antártida, Islas Malvinas, del norte argentino y hasta de la estación de Lomas de Zamora de 1867. Cada tramo tendrá un código QR con los datos del artista y detalles del paisaje.
La segunda etapa de este proyecto, será colocar figuras del deporte argentino en una plaza frente al predio fabril y pintar un mural de casi 1500 metros cuadrados. Hace unos días, el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora le otorgó un reconocimiento por su aporte constante a la comunidad.