Arranca en Morón un ciclo de cine con películas de Sandro: cómo reservar las entradas gratis y qué films proyectarán
Será en el Espacio INCAA, que funciona en el Teatro Municipal Gregorio de Laferrere, en Brown y San Martín. Los interesados pueden reservar previamente las entradas ingresando a un link especial.
De Roberto Sánchez, Sandro, no solo se acuerdan con devoción sus nenas o chicas, esas seguidores que empezaron a admirarlo en la década del 60 y siguieron fieles a él, sino todos los argentinos. Por eso en Morón se le rendirá homenaje a su figura con un ciclo de cine. Ver las películas será gratuito, y los interesados deberán inscribirse para conseguir las entradas.
Durante el mes que se inició ayer, el Municipio de Morón presentará un ciclo de grandes éxitos de Sandro con nuevas copias remasterizadas de los films, ofreciendo a los vecinos una oportunidad única para reencontrarse en la pantalla grande con uno de los mayores íconos populares más importantes de nuestro país.
Roberto Sánchez nació en la maternidad Sardá de la Capital Federal, el 19 de agosto de 1945. Hay quienes juran que al nacer el bebé no lloró ni se quejó: cantó. Y no iba a parar de hacerlo hasta el suspiro final el 4 de enero de 2010, siendo ya uno de los grandes ídolos populares de la música Argentina. La vida del Gitano tuvo en Valentín Alsina y Banfield a sus dos grandes anclas, pero su aura lo atravesó todo en Argentina.
«Yo no nací. A mí me trajo una bandada de gorriones y me depositaron en el vientre de mi madre», solía decir Sandro, el fabuloso artista que será homenajeado en el Oeste del Conurbano. Las proyecciones se llevarán a cabo en el Espacio INCAA Morón que funciona en el Teatro Municipal Gregorio de Laferrere ubicado en Brown y San Martín, con entrada libre y gratuita.
Los films que darán, y sus fechas, son:
- Viernes 1° de noviembre, a las 18: «Gitano», de Emilio Vieyra, con Soledad Silveyra.
- El miércoles 6, a las 19: «Muchacho», de Leo Fleider, coprotagonizada por Irma Roy.
- El viernes 8, a las 20 horas: «Subí que te llevo», de Rubén Cavalloti, con Alicia del Solar.
Con cada film se podrán disfrutar canciones e imágenes de gran valor emotivo, con paisajes icónicos como el Delta del Tigre y escenarios emblemáticos como el club Michelángelo o la mítica discoteca Crash de Villa Sarmiento, entre otros.
El ingreso es libre y gratuito, y se podrán retirar las entradas desde una hora antes de cada función en la boletería del teatro. También se podrá reservar online. En este caso, las entradas se habilitan cada martes a las 13 horas en el siguiente link.
Sandro, Valentín Alsina y Banfield, una historia en común
Pocos días después de nacer en la porteñísima maternidad Sardá, Sandro fue llevado por Nadie y Vicente, mamá y papá, a su tierra de la infancia: Valentín Alsina, en el partido de Lanús. Allí vivió en su casa natal, en la calle Tuyutí 3016 de esa populosa localidad del sur del Conurbano.
Allí también creció, rodeado de las historias de los malevos de Puente Alsina y su incipiente amor por el rock. Y allí mismo fue donde el “Gitano” transcurrió su primera juventud, donde soñaba con convertirse en un artista profesional mientras se ganaba la vida como podía siendo un «busca» de la calle.
Esa casa a la que Sandro siempre describía como un «yotivenco» nada tenía que ver con un conventillo. Se trataba de una vivienda de alquiler de habitaciones, en las que los inquilinos debían compartir el patio y la cocina.
Actualmente Valentín Alsina conserva mucho de aquel tiempo donde el pequeño Robertito se movía: la parroquia San Juan Bautista, la escuela primaria República de Brasil, la biblioteca Popular Sarmiento y la plaza Valentín Alsina, que los domingos era paseo obligado para todos los vecinos del barrio.
Con los años, ya famoso, el Gitano se mudó a la mítica fortaleza de la calle Berutti al 200, en Banfield. Sin embargo, pocos supieron que más allá de la fama y los flashes del glamour, cada vez que Sandro necesitaba reconectarse con lo genuino de la infancia para él era una obligación ir en auto a la madrugada para visitar -desde el anonimato autoimpuesto al que debió someterse- esos sitios que lo hicieron feliz y marcaron para siempre.
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