Sube contenido «divertido, pero real» y muestra sus fracasos amorosos: los secretos de la radióloga de TikTok que nació en Guernica
Romina Juárez tiene más de 645 mil seguidores en sus redes. Cuando subió su primer video, pensó que no iba a funcionar. Hoy, la paran por la calle, le piden fotos y dice que no puede creer lo que le pagan por una historia.
"Cuando veía TikTok siempre pensaba que la vida no era así", dijo.
A veces, y tal como ocurre en tantos ámbitos de la vida, mostrarse simplemente como uno es también lleva al éxito en las redes sociales. Eso fue lo que le pasó a Romina Juárez, la oriunda de Guernica a la que todos conocen como la radióloga de TikTok, a partir de los videos que comenzó a subir en esa aplicación.
En la plataforma china -donde está su mayor cantidad de material- ya tiene más de 645 mil seguidores, mientras que en Instagram supera los 88.000. Pero su éxito rotundo no se debe a que muestre videos muy producidos o con ediciones llamativas. Lo que hace, simplemente, es subir contenido “divertido, pero real”.
Así, Romina muestra las cosas que le pasan habitualmente en su trabajo como radióloga y también, claro, en su vida personal. En ese punto encontró algo que le rinde pero que, a la vez, es una especie de autoterapia: contar sus fracasos amorosos. Siempre, apelando al humor.
La «vida real» de la chica de Guernica
“No veía TikTok, y lo poco que la abría era todo el tiempo contenido estético o ‘un día en mi trabajo’, y era toda gente que trabaja en un piso 20 en Puerto Madero. Todo lindo, café Starbucks… y yo decía: ‘Dios mío. La vida no es así’”, explicó.
Por eso, cansada de ver esas “vidas perfectas”, y para romper un poco con su rutina, un día se animó a grabar un video mostrando el detrás de escena de su profesión.
Fue en una jornada en la que estaba de guardia en el sanatorio de salud en el que trabaja. “Mis compañeros se re coparon y me ayudaron a filmar”, recordó. Enseguida, todo lo que subía empezó a viralizarse rápidamente, gracias a su humor y espontaneidad.
En uno de sus posteos, por ejemplo, se mostraba desilusionada porque el ambo que usa para trabajar no le queda como a las protagonistas de la serie Grey’s Anatomy.
Y en otro se quejaba mientras hacía una radiografía: “Señora, no sé qué tan preparada se vino, porque acá le sale corpiño, cadenitas, un broche… No sé qué tiene en el pecho, señora. ¿Una ferretería?”. Sobre eso, explicó que “atiendo cinco mujeres por día, a todas les digo que se saquen el corpiño, y nadie lo hace”.
Su humor, dijo, también lo usa para tratar de distender y distraer un poco a los pacientes: “Ellos no están de paseo, por lo que intento que al menos en mi sector estén a gusto. Por eso a veces le hacemos chistes”.
Así empezó la radióloga de TikTok
Al recordar cómo empezó, confesó que su idea original era sólo divertirse ella, ya que no pensaba que iba a hacerse conocida. Tanto, que hoy la paran por la calle para pedirle fotos. “Yo sólo quería que en las redes hubiera alguien normal, que pudieras decir ‘esta piba podría ser mi amiga’. Cuando grabo, siento que le hablo a mis amigas”, aseguró.
Respecto a su vida amorosa, la definió como “un fiasco. Por eso lo decidí mostrar en los videos, y todo es real. No es que armé un personaje”.
Como siempre le pasaban “cosas bizarras”, armó lo que llamó “Tirar la caña”, que consiste en grabarse respondiendo las historias que suben los chicos que les gusta, para “ver si pican. Pero el mensaje que quiero dar es que si no te dio bola ese pibe, va a venir otro. No pasa nada. No hay que ponerse mal”.
Respecto a cómo se decidió a estudiar radiología, dijo que “me obligó mi mamá. Literal. Cuando terminé el colegio sabía que quería hacer algo de arte, pero no tenía idea de qué. Empecé diseño gráfico, dejé y mi mamá me dijo que estudiara algo corto con salida laboral, y ellos tenían un amigo que era radiólogo”.
Así fue que se decidió y, seis meses después de recibirse, ya empezó a trabajar donde está ahora. Pero, afirmó, no se considera radióloga: “A mí me gusta el arte. Yo pinto, dibujo… voy al taller de arte y me encanta”.
Su sorpresa por lo que pagan las marcas
Sobre eso, consideró que “hay mucha carga en que tenés que salir del colegio y tenés que ser exitoso. A los 17 años elegís la carrera a la que te vas a dedicar un montón de tiempo. Yo, en realidad, soy artista. Me gusta el arte, pero trabajo de radióloga porque es mi trabajo formal. Me parece que el trabajo que vos tengas no te define, te definen un montón de otras cosas”.
Como suele ocurrir con quienes tienen tantos seguidores, de a poco empezaron a aparecer distintas marcas que le hacen canje o directamente le pagan por una historia en sus redes. “La primera vez que vi lo que se pagaba por eso dije ‘fua. Los influencers roba’, jaja. Si a mí que soy una pichi me pagan esto, imagínate a Susana Giménez o a alguien groso”, planteó.
Más allá de lo bien que le va con sus videos, aclaró que no puede vivir de eso. Y tampoco sabe si dejaría su trabajo de radiólogo para dedicarse de lleno a la creación de contenidos: “No pienso tanto en el futuro. Pienso en lo que voy a hacer en una semana y ya me viene como una pared en blanco”.
Por último, aunque se divierte con TikTok, tiene claro que si mañana la plataforma desaparece a ella no la va a afectar: “No pasa nada. Tengo mis amigos, mi trabajo estable, mi familia. La vida continúa”.
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