De Ramos Mejía a EE.UU: la artista que le rindió homenaje a La Matanza en un disco de jazz y fue nominada a los Premios Gardel
Roxana Amed está radicada hace diez años en Miami, pero no olvida sus días en la casa materna de Ramos Mejía. Esos recuerdos, contó, son los que le dieron forma a su álbum «Los trabajos y Las Noches», nominado a Mejor Álbum de Jazz.
Ya hace diez años que Roxana Amed está radicada en Miami, Estados Unidos. Pero esta cantante de jazz nacida en La Matanza tiene siempre bien presente sus orígenes. Así es que hizo un disco inspirado en su infancia en Ramos Mejía, por el cual ahora está nominada a los Premios Gardel.
La gratificación sin dudas es por partida doble para esta artista, que ya lleva un largo recorrido en la escena del jazz. Sus comienzos fueron en la década de los ’80, y acaba de publicar su undécimo álbum, denominado “Becoming Human”.
Editado por Sony Music Latin y producido con la beca ‘New Jazz Works’ de la Chamber Music America, según la cantante se trata de su disco más íntimo. Y, como explicó, “trata sobre convertirme en artista, en alguien que intenta percibir este proceso de vivir y morir con la máxima sensibilidad, dejando atrás un testimonio de haberlo hecho”.
Premios Gardel: el disco de jazz con el que compite
En estos días Roxana está en Buenos Aires, no sólo por el lanzamiento de “Becoming Human” sino también por la 26º edición de los Premios Gardel, que se festejarán el próximo martes. Allí está nominada a Mejor Álbum de Jazz, por “Los Trabajos y Las Noches”, un álbum de 2023.
Se trata de una continuación de “Sombra de su Sobra”, que lo compuso en 2013 junto con el músico finlandés Frank Carlberg. Ambas obras le ponen voz a la poesía de la escritora argentina Alejandra Pizarnik.
La cantante asegura que, en realidad, no hay ningún disco en el que no se metan «los recuerdos» de sus días en el oeste del Conurbano. En “Becoming Human”, por ejemplo, dice que en los once temas cantados en inglés y en español trajo de vuelta su pasado.
Entre lo que define como “las inquietudes de la juventud y el deseo de galopar”, se hacen presente los distintos momentos que la hija única pasó en la casa de Avenida Gaona y Rodríguez Peña, en Ramos Mejía. Así es que el disco comienza y termina con dos canciones que se llaman igual, pero una está cantada en inglés y la otra en español: A prayer y Plegaria. Y ambas refieren a las dificultades que tuvo su madre a la hora de poder engendrar y a los rezos que hacía con su abuela para quedar embarazada.
Los comienzos de la cantante de La Matanza
Respecto al particular uso del inglés, Roxana cuenta que “los temas los escribí en castellano como poemas, pero al cantar las palabras venían en inglés. Fue un escudo, debía representar una intimidad muy fuerte para mí”.
Amante también del cine, la egresada del Colegio Ward de Villa Sarmiento, Morón, comenzó su carrera musical cantando en clubs de la Ciudad de Buenos Aires y en «big bands».
“Aunque en ese momento no lo sentía, era un esfuerzo ir sola hasta la Capital, porque no tenía el apoyo de un séquito o de un novio. Pero igual iba y me tiraba a la pileta”, recuerda.
Actualmente también da clases de música en Estados Unidos, y busca transmitirle a sus alumnas la pasión que ella siente por el jazz. Y a veces, claro, también un poco del amor que tiene por La Matanza, y que siempre está presente.
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