«Aprender de los errores»: la historia del vecino de La Plata que fracasó con dos restaurantes y tiene el mejor bar de América del Norte
Marcos Di Battista tuvo tantos trabajos como contratiempos, pero nunca se dio por vencido. Ahora, su local mexicano Handshake Speakeasy logró un reconocimiento mundial, superando a los más sofisticados de Nueva York.
Un verdadero ejemplo de resiliencia. Así puede definirse la vida de Marcos Di Battista (42), un vecino de La Plata que vive en México hace 15 años y que, luego de tener tantos trabajos como contratiempos, no se rindió por los fracasos ni aflojó ante las dificultades. Y todo su esfuerzo tuvo premio, porque con su último emprendimiento logró finalmente el esquivo éxito, al convertirse en el dueño del mejor bar de América del Norte.
Desde que tomó su decisión de radicarse definitivamente el país azteca, allá por 2009, tuvo dos restaurantes con los que no les fue bien, y también trabajó en publicidad. Pero el destino era que se pusiera al frente de Handshake Speakeasy, el local que todos los aficionados de la coctelería mundial quieren visitar.
Según la edición 2024 del ranking The World’s 50 Best Bars, donde compiten establecimientos de Estados Unidos, Canadá, México, Puerto Rico e Islas Cayman, su bar es el mejor de toda América del Norte, superando incluso a los más sofisticados de Nueva York. Y hay que destacar que el año pasado ya había quedado tercero.
Cómo es el prestigioso bar de México
De acuerdo a lo destacado por quienes le brindaron la importante distinción, en su local ubicado en Colonia Juárez, en la capital mexicana, “la magia está en cada vaso”.
Los tragos cuestan entre USD 12 y USD 14, y el cóctel insignia es la Piña Colada clarificada. “Es el que más le llama la atención a la gente”, contó Marcos Di Battista. Otro trago icónico es el Fig Martini, un clásico reversionado, ya que está hecho de higo.
Actualmente en Handshake Speakeasy hay 35 bartenders en total. “Lo que nos gusta es que nuestro equipo va rotando los puestos de trabajo. Un día les toca hacer host o hostess, otro día les toca estar detrás de la barra o atender el piso y ser mesero. Eso nos da la claridad de que todo el mundo sabe lo que hay que hacer en el bar. El grupo en general supera casi las 40 personas, y con capacidad para 85 clientes, tenemos casi un empleado cada dos clientes”, detalló.
Repasando su vida, hay que decir que en La Plata comenzó manejando una discoteca, antes de ser coordinador de viajes de egresados en Bariloche. Pero todo cambió cuando, recordó, “mi hermana se vino a vivir a México, por la crisis del 2001. A partir de eso yo me vine en el 2004, por seis meses”. Y luego de idas y vueltas, ya se quedó a vivir en la capital mexicana en 2009.
Allí empezó en una agencia de viajes y también fue gerente por dos años en una discoteca. Luego, en 2013, cambió de rubro: “Estuve como encargado de producción de una agencia de publicidad”.
Marcos Di Battista: «Hay que soportar el fracaso»
Cuando decidió comenzar a emprender por su cuenta abrió, y cerró, dos restaurantes. “Me fue mal, pero con eso aprendí a ser un poco cabeza dura y también entendí que la única manera que tenía para que me vaya bien es soportar el fracaso”, explicó.
En 2016, mientras lideraba uno de sus restaurantes, conoció a Rodrigo Urraca, quien representaba una marca y hoy es otro de los cuatros socios de Handshake Speakeasy. Él lo invitó a participar de un concurso de coctelería, que terminó ganando.
“Después seguimos viajando juntos, y construimos la relación”. Y la amistad derivó en la apertura del exitoso bar, a comienzos de 2019. Primero estuvo ubicado en el barrio de Polanco, y luego se trasladó a donde está hoy, en la Zona Rosa de Juárez, en la frontera con el barrio trendy Roma Norte.
“Al comienzo no funcionó como nosotros esperábamos. Y nos dimos cuenta que era porque habíamos elegido mal al equipo que lo llevaba a cargo. Además, estábamos copiando lo que hacían otros bares, en lugar de tener una identidad propia”, dijo.
Con la pandemia tuvieron que cerrar durante doce meses. Y cuando reabrieron fue con Eric Van Beek, un bartender holandés. En él encontraron a la persona que necesitaban para impregnar con su creatividad ese toque distintivo imprescindible.
El vecino de La Plata va por más
“La Zona Rosa es el barrio gay de la Ciudad de México, y ahora tenemos dos bares en uno. Aunque no pertenezcamos al hotel NH Collection, estamos dentro. La primera experiencia, en planta baja, es para 32 personas que prueban una carta de coctelería clásica reversionada, mientras la segunda es en el sótano, para 60 personas, con otra carta muy distinta», describió.
Como fue pensado como un bar escondido, o speakeasy, sólo se puede ir con reserva y al llegar hay que anunciarse para ingresar. Luego se pasa a una sala con luz tenue, donde los bartender, vestidos con chaquetas blancas y delantales negros, reciben a los clientes.
Esa propuesta original y ahora consagrada crecerá durante este año: “Para el segundo semestre tenemos planeado abrir un bar en Amsterdam, donde ya estamos en obra, que se llamará Shakerato. No va a ser un speakeasy, sino un lugar con mucha más luminosidad, pero con nuestro ADN”.
En paralelo, Marcos seguirá con su proyecto personal, Di Battista Bitter, un licor artesanal de hierbas que produce en Italia y exporta a México. Ahí también le va bien, pero, como es habitual, tuvo que luchar bastante hasta hacerse conocido. Pero eso es algo a lo que está acostumbrado.
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