Nació en La Plata, jugó en Europa y enfrentó a Lionel Messi, pero hoy es feliz con la música y fabricando cerveza
“Nunca fui fanático del fútbol”, dijo Sebastián Dubarbier. Hoy, divide su tiempo entre los recitales con “Seba Dubar y Los Cruzados” y la fábrica de cerveza artesanal que armó con su pareja Alejandra Sabella.
Nacido en La Plata, Sebastián Dubarbier se dio el gusto de jugar en Estudiantes y Gimnasia, los dos clubes más grandes de la ciudad. Además, se destacó en Europa y se midió con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, entre otras estrellas. Pero su felicidad llegó tras el retiro, y la encontró en la música y en fabricar cerveza.
“Nunca fui fanático del fútbol”, explicó en cada entrevista que dio para contar el brusco cambio que tuvo su vida. Hoy, quien fuera un aguerrido volante divide su tiempo entre los recitales con “Seba Dubar y Los Cruzados” y la fábrica de cerveza artesanal que, en un galpón de Ensenada, armó con su pareja Alejandra Sabella, hija del recordado “Profe” Alejandro Sabella, con quien tuvo tres hijos.
Con su banda, donde canta y toca la guitarra, además de componer, ya sacó dos discos: Rompecabezas y Descontrol, que incluye una canción dedicada a Messi. Además, por estos días se encuentra promocionando, con distintas presentaciones en La Plata, lo que será el próximo CD.
Sebastián Dubarbier y su éxito con la cerveza
Pero, claro está, “Duba”, tal como le dicen sus amigos, tampoco descuida la producción de cerveza artesanal, donde le va muy bien con su fábrica, que no cuenta con un local con venta al público.
“Vamos a competiciones, mejoramos la receta constantemente. Muchas cervecerías hoy en día están cerrando por la situación del país y nosotros, que arrancamos bien de abajo, estamos produciendo, por mes, 4.000 litros”, dijo.
En el fútbol, Dubarbier dio sus primeros pasos como profesional en 2006, cuando debutó en Gimnasia de la mano de Pedro Troglio. Su carrera continuó por Olimpo de Bahía Blanca y más adelante se destacó en Rumania y España, donde jugó en el Almería y en el Córdoba de España.
Así fue que llegó a tener enfrente a Messi y a Ronaldo, a quienes, lógicamente, le costó marcarlos: “Tenía la mentalidad de que estaba a la par de ellos y me los iba a comer. Jamás me vi en inferioridad, pero sí era tremendo cuando uno da un paso en falso y te limpian”.
Su retorno al país fue en 2017, cuando recibió un llamado de Estudiantes, el cual no dudó en aceptar a pesar de ser el clásico rival del Lobo y de vivir en La Plata, donde el fútbol se vive de una manera especialmente intensa.
El “estrés mental” que produce el fútbol
“Fue una etapa dura la de Gimnasia, no soy hincha de ese equipo y tampoco la pasé bien. Cuando me dijeron de venir a Estudiantes no lo pensé dos veces, es un club modelo”, explicó.
Para Dubarbier, todo lo que rodea al fútbol le produjo un “estrés mental”. Y fundamentó: “La gente dice ‘entrenan dos o tres horas y después están todo el día al pedo…’. Pero lo que no saben de esas horas de entrenamiento es que equivalen a estar 12 horas en una oficina”.
Eso, para él, tuvo un costo . Y se volvió una carga que nunca aceptó del todo, ya que “físicamente te destruye y después tenés que llegar diez puntos al fin de semana para rendir dentro de la cancha”.
Así fue que en 2020, tras un último corto paso por Banfield, decidió retirarse. Y desde ese momento se concentró en disfrutar sus pasiones. Hoy, sólo piensa en crear la mejor letra y encontrar las mejores maltas y lúpulos.
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