Crimen del country en Pilar: la oscura teoría de una relación homosexual que reveló la empleada doméstica de Roberto Wolfenson
Rosalía Soledad Paniagua trabajaba en la casa del empresario y es la única detenida con muchas pruebas que la incriminan. En su última declaración instaló el misterio sobre «Félix» y una presunta escena de besos que habría desatado el asesinato.
La detención de la empleada doméstica de Roberto Wolfenson (71) por el presunto asesinato del jubilado en el Country La Dolfina de PIlar sumó un nuevo capítulo luego de que la mujer, en su declaración, afirmara que la víctima mantenía una relación homosexual con un vecino del barrio. El hombre fue ahorcado con una tanza.
La Justicia de San Isidro determinó que la empleada doméstica, identificada como Rosalía Soledad Paniagua, es la principal sospechosa del crimen ocurrido el 22 de febrero pasado. Fue apresada tras un largo seguimiento de las cámaras de seguridad del distrito del norte del GBA, pero se sospecha que pudo haber actuado junto a otras personas. En ese contexto la mujer lanzó su oscura teoría sobre la homosexualidad de Wolfenson.
La mujer fue detenida en su casa por efectivos de la DDI de Pilar, en un allanamiento que duró más de dos horas y terminó al filo de la medianoche del viernes. En ese procedimiento, se encontró un parlante bluetooth rojo, que fue reconocido por la viuda de la víctima como propio. Para los investigadores el móvil del crimen habría sido el de robo.
La mujer comenzó a trabajar para Wolfenson Band hace algo más de un mes como suplente de la empleada titular y justo el día que se estima que lo mataron terminaba ese reemplazo. El parlante no es la única prueba en contra de Paniagua que tiene el fiscal Germán Camafreitas.
En el expediente hay cámaras de seguridad, rastreo de teléfonos celulares y comunicaciones que complican a la mujer. Wolfenson Band vivía con su pareja Graciela Orlandi, quien la semana del 20 de febrero había viajado a la Costa con su hija, por lo que el hombre se quedó sólo en la vivienda.
Paniagua ya reconoció haber estado en la escena del crimen, pero para intentar despegarse de la muerta del empresario dijo que que otro vecino mató a Wolfenson y la amenazó a ella si contaba algo.
Ese vecino se llamaría Félix. La mujer indicó que el asesino es la persona que estaba en la casa ese día y afirmó «los vio besándose» y que luego de eso, el hombre la dejó a ella inconsciente de un golpe que le propinó en el lavadero. Al despertar escuchó una pelea en la que Wolfenson decía «Basta, Félix». Además, en su declaración dijo que este hombre luego la obligó a irse poniéndole el celular y el parlante de la víctima en su bolso, más un candelabro y otros objetos de la casa.
Pese a esto, la Fiscalía descree de este relato. Sin embargo, al tratarse de una indagatoria la mujer no está bajo juramento por lo que no está obligada a decir la verdad. No obstante, Félix ya prestó declaración.
Por e crimen también está siendo investigado un vigilador del barrio la Delfina, que fue quien «recomendó» a Paniagua para trabajar en la casa de Wolfenson. A diferencia de la mucama, el hombre no está detenido pero sí se allanó su casa del barrio Monterrey, llevándose los investigadores CPU, tablet y celulares.
Qué pasó el día del crimen de Roberto Wolfenson
El jueves 22 de febrero era el último día de Paniagua como empleada suplente, ya que el lunes volvería la titular. La víctima utilizaba su teléfono en forma asidua enviando mensajes, leyendo mails y haciendo búsquedas en internet, pero el aparato emitió señal por última vez ese día cerca de las 14:20 y no volvió a usarse, algo que era inusual.
Asimismo, Wolfenson Band faltó a su clase de gimnasia de las 19 sin dar aviso y cuando sus amigos le escribieron al teléfono, los mensajes no llegaban ni tampoco atendió llamadas ese día. Por esto, más la confirmación de Paniagua post detención, se determinó que el crimen fue luego de las 14.30 y las 16. El cuerpo fue encontrado el viernes a las 17 por un vecino y un guardia de seguridad, estaba vestido con la ropa que tenía puesta el jueves por la mañana.
En ese sentido, Paniagua fue la última persona que declaró haber visto con vida a Wolfenson Band al relatar que salió del country ese jueves cerca de las 14 y que se tomó un colectivo hasta la estación de trenes de Presidente Derqui. Una vez allí, se sentó en uno de los bancos a esperar una las formaciones, algo que es real porque una cámara de seguridad de la empresa Trenes Argentinos la toma en primer plano.
Sin embargo, la ahora detenida manipula un objeto que se mantiene bajo reserva en el expediente pero que para los fiscales es un dato inequívoco de su participación.
Asimismo, el seguimiento de los celulares también complica a la empleada doméstica, ya que si bien el dato se mantiene bajo absoluta reserva en el expediente, el recorrido trazado del aparato la pone a ella como sospechosa. Paniagua volverá a ser indagada en las próximas horas y la Justicia tratará de determinar si actuó solo o con algún cómplice.
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