El vecino de Villa Bosch que colecciona envoltorios de alfajores, tiene más de 4.000 pero lleva 24 años detrás de un tesoro oculto
Lucas Accinelli (37) sigue con una costumbre que tenía su madre. Hoy comparte fotos de todos los envases en redes sociales y se desvive por conseguir un paquete de un alfajor que fue furor en los 90.
Villa Bosch, partido de Tres de Febrero. En el pintoresco barrio de la zona oeste del Conurbano, un vecino rinde culto a esa pasión inigualable que es la colección. Una práctica incomprensible para los que no dimensionan el valor de los objetos. Los hay de muñecos, cómics o películas entre tantos otros. Pero es un mundo que da para todo.
Es por eso que Lucas Accinelli (37) es uno de los coleccionistas más grandes de envoltorios de alfajores. Una curiosa pasión que le inspiró durante la niñez su madre, que los guardaba para utilizarlos como señaladores de libros. Desde el día en que atesoró su primer envoltorio pasaron 24 años. Y hoy tiene más de 4000.
El envase de un alfajor de banana split fue el primero. Empezaron teniendo el mismo destino que les asignaba su madre, pero terminaron siendo tantos que ya no alcanzaban las páginas. Llegaron para guardarlos las cajas de zapatillas y luego -obviamente- los delicados sobres de plásticos para preservarlos a la perfección.
«Fue corriendo el tiempo y ya hace 24 años que colecciono. Hoy tengo entre 4.300 y 4.400 envoltorios de todo tipo”, contó Accinelli a Clarín. Claro que no todo se trata únicamente de coleccionar ya que, en realidad, Lucas también disfruta como pocos comerlos. A punto tal de que probó una gran parte de su invaluable colección
El universo de los alfajores, según el coleccionista de Villa Bosch
Lucas llegó a participar en 2023 del Mundial de Alfajores, un mega evento en el que hubo más de 70 expositores. Aunque la pasión del joven de Tres de Febrero parezca única, resulta que hay un universo en donde otros fanáticos como él también coleccionan, intercambian y hasta venden los empaques. Y aunqué él prefiera evitar esta última práctica, reconoce que hay envoltorios que se llegaron a vender por $20.000.
Además, en 2018, Accinelli decidió compartir su tan preciado universo con el resto a través de un Instagram que creó para tales fines. Es así que a través de la cuenta @coleccionistadealfajores (donde tiene más de 18.000 seguidores), el vecino de Tres de Febrero escanea los miles de envoltorios de su colección y publica uno por día. Casi todos son del año 2000 en adelante, aunque hay rarezas como el alfajor Menem, con la cara del ex presidente riojano en el envase.
De igual manera, ya hay un lugar dedicado al nuevo alfajor marplatense con sal marina que sigue siendo furor, tras el aniversario número 150 de La Feliz. A su vez, también sube reseñas y experiencias ligadas al mundo del alfajor en su canal de YouTube, con el mismo usuario. «Ni me imaginé que había tanta gente que le gustaba esto. Así también me di cuenta de que no soy el único que lo hace”, dijo.
De la pasión por los alfajores a la conciencia por la salud
Inevitablemente, el hecho de coleccionar miles de envoltorios también hizo que Lucas se vuelva fanático de comerlos. En definitiva, algo había que hacer con ellos y deben ser pocas las personas en el mundo que no disfrutan de la mítica golosina. Sin embargo, el coleccionista sabe las consecuencias que ello implica.
Por eso, desde hace seis años que es preparador físico, profesión para la que tuvo que estudiar y aprender de alimentación. «Al principio fue medio raro, me generaba contradicción el tema del azúcar y pensé en dejar la colección. Después decidí balancear mi alimentación. Ahora pido solamente los envoltorios, pero si me quieren convidar alfajores, me convidan”, dijo entre risas.
Por lo pronto, aunque los alfajores de frutilla siguen siendo su debilidad, Lucas Accinelli prioriza incrementar su colección, ahora con envoltorios muy difíciles de conseguir. ¿Su actual obsesión? El envase del Dieguito Maradona de Georgalos, que se comercializaba a fines de la década del 80: una gema que, como cualquier coleccionista profesional, no parará hasta encontrarla.
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