La historia del avión gemelo de la Guerra de Malvinas que viajó a través de toda la Provincia y será restaurado en Luján
La mole de 8 metros de ancho y 10 toneladas, similar a las aeronaves utilizadas en el conflicto bélico, recorrió más de 800 kilómetros desde Bahía Blanca, posada en el acoplado de un camión. Será exhibido en el Monumento a los Caídos en Malvinas, en la entrada al municipio.
Después de recorrer más de 800 kilómetros por la ruta, posado en el acoplado de un camión, un modelo gemelo de un avión que participó en la Guerra de Malvinas ya está en el Aeroclub de Luján, donde será restaurado.
Se trata de un Grunman Tracker S 2-G, una mole metálica de 8 metros de ancho y 10 toneladas, similar a las aeronaves de combate submarino utilizados durante el conflicto bélico de 1982, y que llegó al municipio del oeste del Conurbano desde Bahía Blanca.
El lento viaje duró dos días, y a lo largo del periplo el camión que lo transportó ocupó los dos carriles de cinco rutas bonaerenses. Finalmente, hace dos sábados llegó a Luján, gracias a un enorme despliegue tanto material, como humano, y que también busca movilizar a la sociedad para continuar apoyando el reclamo argentino sobre las Islas Malvinas.
Guerra de Malvinas: buscan “mantener intacta la memoria”
La logística estuvo a cargo de los integrantes de la Federación de Veteranos de Guerra de Luján, quienes recuperaron el avión y coordinaron su traslado desde el hangar de la Base Aeronaval Comandante Espora, de Bahía Blanca.
“Los aparatos similares que combatieron en Malvinas quedaron destruidos o fueron enviados a desguace. Si bien este que queremos recuperar -con capacidad para realizar vuelos de ataque y reconocimiento- no fue enviado a la guerra, va a ser reparado y puesto en valor durante al menos seis meses en el Aeroclub de Luján”, dijo Enrique Álvarez, presidente de la agrupación de Luján que nuclea a los soldados que tomaron parte de la guerra del Atlántico Sur.
Y anticipó que, una vez puesto en valor, será instalado “en el Monumento a los Caídos en Malvinas, en la entrada a la ciudad”. Además, uno de los referentes más reconocidos entre los 120 conscriptos lujanenses que estuvieron en la guerra, dejó en claro su postura, en un tiempo en el que surgen ciertas expresiones negacionistas.
“La exhibición del avión a los ojos de los vecinos y los visitantes de Luján apunta a la urgente necesidad de ‘malvinizar’ y llevar lo más alto posible la bandera de esta causa noble, que nos une a todos. Hay que mantener intacta la memoria y el justo reclamo de nuestra soberanía”, remarcó Enrique Álvarez.
El desafío comenzó hace un año, cuando una representación de los Veteranos de Luján se sumó a una reunión convocada por autoridades de la Armada y la Federación de Veteranos de Guerra de la Provincia de Buenos Aires, y manifestó su intención de dejar un legado en el memorial de Luján, el primer monumento en homenaje a los héroes de Malvinas creado en el país.
A ese acto fundacional, realizado con las emociones y el dolor aún a flor de piel en 1984, había asistido el entonces recién asumido presidente Raúl Alfonsín.
Un vecino de Luján, clave para el traslado del avión
La respuesta esperada llegó de parte del contralmirante Eduardo Suárez del Solar -entonces secretario general de la Armada-, quien les ofreció en carácter de donación la entrega de la aeronave en desuso y sin visos de volver a despegar.
A partir de ese primer paso decisivo, los veteranos se propusieron resolver la complicada misión del traslado. El panorama empezó a despejarse con el decidido apoyo del intendente de Luján, Leonardo Botto. Y detrás de él cerraron filas los Bomberos Voluntarios de Luján, la Asociación Patria, Amistad y Servicio -creada en 1982 para juntar ayuda y destinarla a los combatientes de Malvinas-, agentes de Vialidad y el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
“Todo el operativo no hubiera sido posible si no hubiéramos contado con la enorme mano que nos dio nuestro vecino lujanense Guillermo Huici, que aportó el enorme camión con carretón y grúas. No nos cobró un centavo para hacer un traslado que cuesta más de 50 millones de pesos”, destacó Daniel Torandell, quien cuando tenía 18 años fue enviado a combatir a las Malvinas, mientras era “colimba” en el Regimiento de Infantería 6, en Mercedes.
Durante el largo viaje del avión a través de las rutas 51, 226, 205, 41 y 47, atravesando localidades como Pringles, Olavarría, Bolívar, Saladillo, Roque Pérez, Lobos y Navarro, todos los vecinos reconocieron y aplaudieron a Álvarez, Torandell y a otros ex soldados que también participaron del traslado.
“Mínimamente tenemos que pelear por la Causa Malvinas hasta nuestro último día”, dijeron los ex combatientes, muy emocionados.
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