Una modelo con conciencia social: la historia de la chica de San Martín que enseña a reciclar ropa para cuidar el medio ambiente

San Martín. Sociedad
·
19 de mayo de 2024

En sus redes sociales, donde brinda sus consejos para reutilizar las prendas, se identifica como Mar Mágica. Y asegura que ella hace “magia” con todo lo que encuentra en las calles de su barrio: “Trato de que lo que puede volver a la vida no termine en el CEAMSE”.

Es una modelo con conciencia social. O, como se define en su Instagram, una “productora de indumentaria ecológica y sexy”. Lo que es seguro es que a esta chica de San Martín, que prefiere ser conocida sólo como Mar Mágica y que tiene 29 años, lo que más le importa es el cuidado del medio ambiente. Por eso no solamente recicla ropa, sino que también se ocupa de enseñar cómo hacerlo desde sus redes sociales, para que cada día sean más los que se sumen a la llamada moda circular.

“Siempre digo que lo que hago es magia. Tomo cualquier prenda y con creatividad y esfuerzo la convierto en algo nuevo. Mi objetivo es que la menor cantidad de elementos que puedan volver a la vida terminen en el relleno sanitario en el CEAMSE, acá a pocas cuadras de mi casa”, explica.

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Además de lucir sus propias producciones, en los videos muestra el paso a paso del proceso.

Y cuenta que fue su madre quien la inspiró a seguir el camino del reciclaje: “Ella siempre se las arreglaba para transformar lo que estaba roto o muy gastado. Por ejemplo, cuando tenía 4 años y estaba por empezar el jardín de infantes, me hizo una mochilita con tela de corderoy de un pantalón que ya no se usaba. Y ahora estoy pensando en replicarlas en mi emprendimiento”.

De San Martín a Palermo: el sueño de Mar Mágica

Su emprendimiento, por ahora, consiste en vender lo que produce a través de su Instagram, que ya tiene 12 mil seguidores. Pero Mar sueña con llegar a las ferias americanas de Palermo.

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Por ahora vende sólo por las redes, pero anhela llegar a las ferias americanas de Palermo.

Entre sus variadas creaciones -de las que ella siempre sube videos mostrando el paso a paso- se encuentra, por ejemplo, la transformación de un jean chupín en uno de estilo Oxford. Así, propone poder mantenerse a la moda sin necesidad de comprarse otro pantalón.

Pero su imaginación nunca se detiene, y a todo lo que encuentra le da un nuevo uso. De esa forma, una mochila vieja, que se ve muy gastada, queda como nueva después de pasar por un balde con tintura negra. O unas botas de caña corta también lucen totalmente recuperadas, luego de un proceso de raspado y repintado de la superficie.

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Como cuenta en cada entrevista que da, ella tiene muy grabado en su mente la imagen del desierto de Atacama, en Chile, que se hizo muy conocido por ser uno de los vertederos de ropa desechada que más crece en el mundo. 

Eso es fruto de lo que se conoce como fast fashion (o moda rápida), que es un fenómeno de producción y consumo masivo que se incrementa a la misma velocidad a la que van cambiando las tendencias. Así, algo que está de moda se desecha rápidamente por algo nuevo que viene detrás.

Cuando la ropa es un problema para el medio ambiente

Como esta chica del Conurbano suele remarcar en sus posteos e historias que sube en las redes, se trata de una industria que genera anualmente, a escala global, unos 20 millones de toneladas de residuos. 

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La joven modelo también usas las telas o ropa vieja que le dan sus amigas y vecinos.

Además, el 80% de esa ropa que se descarta está compuesta por poliéster, un material que tiene al petróleo como insumo base y que puede tardar hasta 2.000 años en degradarse.

Por eso no para de pensar ideas para que, en lo posible, ninguna prenda se deseche. “Un sweater grande puede ser cortado para que quede a la moda boxy style (ropa con un corte cuadrado). Y con la lana sobrante se pueden hacer unos guantes que hagan juego”, propone.

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Otro ejemplo es lo que hizo con un traje sastre que se compró usado en una feria americana: “Era una pollera larga y un chaleco de tela escocesa. Lo convertí en una minifalda y, con el sobrante, hice tres productos para vender”.

Mar cuenta que sus amigas y vecinos siempre le regalan ropa que ella reutiliza. Con esas telas ya tiene en su mente el próximo diseño: “Voy a hacer unas carteras chicas, ideales para ir al boliche y poder llevar el celular y los documentos”. Y tal vez, en poco tiempo, las esté vendiendo en Palermo.

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