El milagro de Yair Yutiel en Luis Guillón: nació después de que un colectivo de la línea 543 salvara a su mamá en plena emergencia
Cristian y Claudia Aymar debieron salir corriendo porque la mujer tenía contracciones. Nadie los quiso ayudar hasta que fueron desesperados a la terminal. Allí, un llamado fue clave para que ella diera a luz .
Historias que terminan bien, historias con finales felices. Historias necesarias. Son días en los que todos están a la espera de eso. Y en Esteban Echeverría ocurrió un cuasi milagro que tuvo como protagonista a la familia Aymar de Luis Guillón, que gracias a la rápida intervención de los dueños de la histórica línea 543 de colectivos logró que llegara al mundo Yair Yutiel, luego de trasladado de urgencia a su madre hasta el Hospital Santamarina de Monte Grande en uno de sus internos.
El inicio de la historia tuvo un inicio abrupto, de esos que uno espera pero que aún así sorprende cuando se desencadena. «Me levantó mi hijo Bayron, el más grande, de ocho años. y me dice que la mamá estaba con contracciones. Le fui a preguntar a Claudia y me dice ‘ya viene el bebé, ya lo siento'», le contó Cristian Aymar a El Diario Sur, medio que reveló la odisea de la pareja en el momento que ella rompió bolsa.
Desesparado, el hombre salió a la calle en busca de alguien que lo pudiera llevar hasta algún lugar donde asistieran a la esposa. Y ahí empezó otro momento de angustia: «Enfrente de donde yo vivo hay una fábrica muy grande, que vienen muchos coches, motos; camiones, camionetas. En un momento aparece una camioneta, la paro y le digo ‘disculpá que te moleste, por favor, no me puede ayudar mi señora que ya no da más, está con contracciones, está gritando'», relató Cristian.
La respuesta lo puso más nervioso de lo que ya estaba: «No puedo porque mis jefes no me lo permiten«, dijo el conductor. Entonces a Cristian se le encendió una luz interior…
«A todo esto estaba mi señora que ya no daba más, bajo de vuelta con el dueño afuera y se me ocurre ir hasta la terminal del 543 en el Cruce de Lomas, cerca de mi casa para ver si alguien me puede ayudar», dijo el hombre: «Ahí veo que sale un muchacho llamado Cali, le digo que mi señora no daba más y si me podía llevar al Hospital. Me dijo que lo iba a consultar con el dueño de la empresa«, agregó Cristian.
Se refería los propietarios de la centenaria empresa pionera de los colectivos en Argentina, hoy llamada Yitos SA, cuyos dueños son los descendientes de Teófilo Velayos, el hombre que en 1922 inscribió la primera línea de colectivos de Argentina. Los Velayos siguen al frente del transporte público que recorre de punta a punta, desde Lomas de Zamora, varios distritos de sur del Conurbano gracias a haber sumado a la iniciática 543 las líneas 541, 544, 549, 561 y 562.
La respuesta que esperaba Cristian no tardo en llegar. Y fue positiva. A las apuradas, varios choferes que estaba en la terminal se cargaron al hombro el problema y Cristian y Claudia fueron trasladados en uno de los móviles de la empresa hasta el Hospital Santamarina de Monte Grande, donde Claudia dio a luz a Yair Yutiel Aymar.
Hoy, la criatura y la madre están en perfecto estado de salud y posiblemente reciban en las últimas hporas de este viernes. «Por suerte salió bien, hermoso, divino, ella está bien. Si Dios quiere, ya están en casita pronto», informó Cristian que tiene otros tres hijos está en búsqueda de un empleo para poder mantener a su familia.
La historia de la línea 543 de colectivos
Allá por 1922, un pujante Teófilo Velayos tenía una idea innovadora entre ceja y ceja: convertir el servicio de taxis con el que él y su socio llevaban gente desde la estación de Lomas de Zamora hasta la avenida Frías en algo más grande que pudiera trasladar todavía a más pasajeros. Un año después, y tras un proyecto presentando ante la Municipalidad, nacía el colectivo 543.
Si fue la primera empresa del rubro en el país o hubo una previa en Luján o en Capital Federal es una discusión que no será hoy zanjada. Lo cierto es que 101 años y cuatro generaciones ese mundo creció y hoy, además de la 543, la familia gestiona también las mencionadas 541, 544, 549, 561 y 562.
La empresa familiar arrancó como Compañía Hispano Americana con tres coches que tenían una carrocería de madera, bancos instalados de costado, una lona que cubría las ventanillas y estribos de lapacho. Hoy, tras varios cambios nominales en su haber, se llama Yitos y contabiliza 135 unidades para realizar 14 recorridos, 380 empleados en distintos sectores y 2.000.000 de boletos vendidos al mes.
«Crecer en una empresa de colectivos fue divertido y un aprendizaje intensivo sobre el respeto hacia las personas. Fuimos pasando por todos los puestos de trabajo desde que éramos muy chicos y vivimos situaciones no comunes como, por ejemplo, que un chofer te llevara al colegio o a ir a bailar con tus amigos. También nos pasó de tomar el colectivo volviendo de la escuela y que el conductor sin decir nada se desviara para dejarnos en la puerta de casa para que no camináramos solos», contó ante la consulta de Zonales Celina Velayos, nieta del fundador de la empresa.
El árbol genealógico familiar indica que Teófilo le pasó la posta a sus hijos Jorge y Alberto y fue el primero de ellos quien luego hizo lo propio con Sergio, Jorge (h), Carina y Celina, sus herederos y quienes actualmente ocupan los cargos de presidente, responsable de Finanzas, titular de Administración y vicepresidenta, respectivamente.
Además, hay una cuarta generación de Velayos trabajando actualmente en distintos rubros de Yitos que incluye a Tomás, Yanel, Michelle, Marcos y Germán, bisnietos del fundador y nietos e hijos o sobrinos de los ex y/o actuales titulares de la firma de Lomas de Zamora.
«Hice otras cosas porque me interesaba saber cómo se manejaban en diferentes empresas. Estuve en el área de administración, realicé pasantías en la universidad y con Sergio abrimos una heladería en paralelo a los colectivos. Él, además, tuvo un bar, un negocio de ropa y otro de venta de quinoa. Los cuatro hermanos empezamos muy chicos a trabajar acá, cuando cada uno tenía 15 años, haciendo medio tiempo mientras estudiábamos», relató Celina.
Las seis líneas de colectivos de la firma de los Velayos recorren todas las estaciones de trenes de Lomas de Zamora, gran parte del interior de los distintos barrios, llegan a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) y pasan por el Puente de la Noria, entre otros sitios emblemáticos del distrito.
A lo largo de 99 años de vida, las historias de situaciones ocurridas dentro de las unidades fluyen en la memoria familiar. «¡En los colectivos pasa de todo! Desde mujeres embarazadas que han tenido un bebé hasta tener que hacer de ambulancia en varios casos. Una vez, por ejemplo, nos llamó la señora de un chofer diciéndonos que su marido no iba a venir a trabajar porque se sentía mal. Hasta ahí todo normal, pero de fondo se empiezan a escuchar gritos y era el hombre que estaba teniendo ataque cardíaco. Le mandamos un colectivo que estaba cerca, lo trasladaron al hospital y se salvó», contó Celina a Zonales.
La vicepresidenta de la empresa de Lomas de Zamora también recordó de varios casos de chicos que, por distracción de sus padres, quedaron arriba de algún colectivo y el episodio que tuvo como protagonista a un señor pasado de copas que llegó a la terminal caído debajo de los asientos y, como el chofer no lo vio, y pasó un buen rato allí hasta que alguien se dio cuenta y llamó a la Policía y a Emergencias.
«También hubo una anécdota muy emocionante. Hace poco, uno de los encargados de taller nos pidió una unidad para cumplirle el sueño a su hija de llevarla a la fiesta de 15 en colectivo. Varios choferes se ocuparon todo el día de lustrar y decorar el coche para que sea todo perfecto. También tenemos un actor entre nuestro staff de conductores que filmó dos películas, una de ellas con Susana Giménez«, cerró Velayos.
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