Temperley: la increíble historia del músico que convirtió en un clásico sus shows en la vereda de su casa
Eduardo «Pepe» Andreani tiene 60 años y es percusionista. Durante la pandemia sacó sus instrumentos a la vereda para interpretar su repertorio de covers. Los vecinos se acercaron cada vez más a escucharlo y hoy es famoso en el barrio.
La esquina de Dorrego y Mauriño es uno de los tantos rincones de un tranquilo barrio de Temperley, en el sur del Conurbano. Allí, las tardes de absoluto silencio se transformaron desde hace unos años por un vecino que es músico y saca sus instrumentos a la vereda para interpretar su repertorio de covers.
La idea, como muchas, nació en una etapa que revolucionó la forma de vivir de muchas personas: la pandemia del Covid-19. A la cuarentena, que comenzaba a flexibilizarse muy lentamente, se le sumó que Eduardo «Pepe» Andreani -de él se trata-, se encontraba lesionado con un yeso en la pierna por un accidente en moto que había sufrido por esos días.
El hombre, de 60 años, contó cómo surgió la idea: «El yeso no servía, pero nadie me quería atender por la paranoia del Coronavirus. Hasta que un traumatólogo me dijo que debían operarme, por lo que me la pasé encerrado durante la cuarentena. Ya no sabía qué más hacer adentro de casa, entonces agarré los instrumentos y los puse en el patio para tocar y alegrar a la gente que pasaba por la calle».
Música en la vereda y una revolución en el barrio
El artista aseguró que al principio, el ruido no le gustó nada a los vecinos y hasta recibió algunas quejas, pero él continuó tocando y no sólo se terminaron acostumbrando sino que empezaron a acercarse para verlo en acción. «La gente que iba al club Temperley a vacunarse y cuando pasaba por acá, se quedaba para escucharme», relató.
Hacía dos funciones: una a las 12 del mediodía y otra a las 14.30. A veces sumaba una más a las 18. Con el correr del tiempo y a medida que se fue levantando el aislamiento, hizo menos presentaciones. Pero su música ya es un clásico. «Hay mucha gente buena onda que se mata de risa, que toca bocina. Su felicidad me pone feliz», confesó.
En su repertorio hay canciones de Los Redondos, Divididos, Los Fabulosos Cadillacs, La Mosca, Maná y Joaquín Sabina, entre otros artistas. Hoy, indicó que sale al patio o a la vereda cuando se siente bien. «Elijo un buena selección de diez temas y arranco». Su equipo está compuesto por dos bongós, dos platillos, dos tumbadoras, una cortina, una pandereta, un cencerro y algunos accesorios más», le dijo a La Unión.
El artista de Temperley y una vida dedicada a la música
«Pepe» Andreani comenzó a los 17 años su recorrido en la música. Se había ido de su casa en Temperley a la ciudad de Ushuaia, en el sur del país, donde trabajando de bachero conoció a un músico con el que empezó a tocar el bongó como invitado. «Hacíamos temas de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, música cubana y rock nacional», contó.
Desde allí, se fue a vivir a Salta y luego volvió a Buenos Aires, pero nunca dejó de integrar distintas bandas. Hace 11 años volvió a vivir a Temperley y en el sur del Conurbano hace presentaciones con la banda de blues The Flame Clásicos, con quienes toca la armónica.
A lo largo de toda su carrera se especializó en la percusión y toca muchos instrumentos: desde la batería, hasta la armónica y el cajón peruano. Y aunque contó que tiene una deformación del yunque y el martillo, lo que le provoca un problema de audición por un zumbido permanente en los oídos, eso no lo afecta a la hora de hacer lo que más ama. «La música siempre fue una pasión, un divertimento. La percusión es un estilo de vida», señaló.
Por último, el vecino, que llegó a ser visitado por la intendenta de Lomas de Zamora, Marina Lesci, quien quiso conocerlo; manifestó que él trabaja en una editorial y toma la música como un pasatiempo porque «es difícil ganar plata» con esa actividad. «Ya a esta altura, famoso no voy a hacer. Lo único que quiero es que la vida me de salud para poder seguir haciendo esto y que me escuche la gente», concluyó.