Trata de personas y abuso sexual: así operaba la secta de un templo de La Matanza que fue condenada a cuatro años de cárcel
Los cuatro acusados, que también obligaban a los fieles a “hacer aportes económicos”, aceptaron su culpa. Ahora deberán pagar una cifra millonaria a cada una de las víctimas, entre las que hay una menor de edad.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 2 de San Martín condenó a cuatro miembros de una secta que operaba en un falso templo ubicado en la localidad de 20 de Junio, en el partido de La Matanza y cerca del límite con Merlo, por reducción a la servidumbre con el objetivo de conseguir réditos económicos.
Según se determinó, las víctimas acudían al templo Abba Krishna para recibir contención afectiva y ser acompañadas por una guía espiritual, pero con el tiempo eran reducidas a la servidumbre y sometidas a prácticas sexuales. Además, eran obligadas a «hacer aportes económicos».
Los cuatro acusados aceptaron su culpabilidad a través de un juicio abreviado, y ahora deberán pasar los siguientes cuatro años en la cárcel, además de pagar una reparación económica que va de los $2.679.002,88 a los $36.447.764,44 para cada una de las ocho víctimas del caso.
Ese monto deberá hacerse efectivo a través del Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata, más la actualización correspondiente a la tasa activa del Banco Nacional al momento de concretarse el pago.
Secta de La Matanza: quiénes son los acusados
Además, el tribunal ordenó el decomiso del dinero secuestrado para que sea transferido a las cuentas bancarias a nombre del Fideicomiso de Administración del Fondo de Asistencia a Víctimas de Trata.
Y se dispuso que los vehículos y bienes inmuebles decomisados sean inscriptos en los registros correspondientes a nombre del Estado nacional, con asignación específica al Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personal y para la Protección y Asistencia a las Víctimas.
De acuerdo al expediente del caso, los condenados son Francisco Aurelio Pugliese, Leonardo Abel Gandarinho, Carina Lorena Cardoso y Lisa Beatriz Baissetto, quienes fueron declarados como partícipes secundarios del delito de «trata de personas agravado”.
La calificación de «agravado», se explicó, es «por haber sido cometido mediando engaño y aprovechamiento de la situación de vulnerabilidad contra más de tres víctimas, con la participación de más de tres personas y la intervención del ministro de un culto no reconocido».
A su vez, el otro cargo en contra de las cuatro personas es el de «abuso sexual agravado por haber sido cometido con acceso carnal en forma gravemente ultrajante contra una menor de 18 años, aprovechando el estado de convivencia preexistente».
La falsa promesa: «sanar emocionalmente»
La organización funcionó desde julio de 2017 hasta julio de 2021, y atraían a los fieles a un inmueble donde ofrecían meditaciones, cánticos, aperturas de chakras y lectura de textos. Allí, se informó, luego “los coartaban para volverlos esclavos, los alejaban de sus familias y les sacaban todos sus bienes”.
El líder de la asociación ilícita también engañaba a las mujeres diciéndoles que existía un “camino espiritual” en el cual se avanzaba a partir de la entrega del cuerpo, mediante acercamientos, tocamientos en las partes íntimas, besos en la boca, sexo tántrico y, finalmente, penetración.
Cada vez que una persona ingresaba al templo debía completar una planilla con los datos personales, detalles de su situación emocional y aspectos de su vida que querían “sanar”. En cada encuentro, esa información se iba actualizando.
De esta manera, el líder de la banda tenía pleno conocimiento de la situación sentimental de los fieles y cómo las distintas actividades del templo iban impactando en sus personalidades. Y si un asistente dejaba de concurrir se lo llamaba por teléfono y se le insistía para que volviera, bajo la promesa de que ello le haría bien y le ayudaría a “sanar emocionalmente”.
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