La historia detrás de la privatización más extraña del fútbol: cuando Argentinos Juniors se mudó a Mendoza
Ocurrió hace 30 años. La empresa Torneos y Competencias asumió el manejo del fútbol profesional y, entre otras decisiones, mudó al equipo a la provincia cuyana. Fue un fiasco, pese a la contratación de muchos refuerzos.
Argentinos Juniors tiene una historia precursora en la idea de la privatización de las asociaciones civiles que han dado vueltas durante los últimos meses en el fútbol argentino. Antes de ser electo como presidente de la Nación, Javier Milei se pronunció a favor de la llegada de capitales privados como sociedades anónimas deportivas y la mayoría de las instituciones del ascenso y de Primera División salió a fijar una postura: los clubes son de los socios.
La alianza entre Milei y Mauricio Macri también dio lugar a pensar que el Gobierno iba por la privatización. El Decreto de Necesidad y Urgencia firmado por el jefe del Ejecutivo incluye un punto donde se habilita que los clubes puedan ser Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Desde el oficialismo se plantea que el DNU permite la opción pero no la vuelve obligatoria.
Sociedades anónimas deportivas: el caso de Argentinos Juniors
La década de 1980 fue la más exitosa para el Bicho de La Paternal. Unos años después de la partida de Diego Armando Maradona, Argentinos ganó sus primeros títulos en el fútbol local y luego se consagró internacionalmente: se quedó con la Copa Libertadores, obtuvo la Interamericana y perdió la Intercontinental en una recordada final ante la Juventus que se definió por penales.
Después fue el tiempo de Fernando Redondo y Los Globetrotters de La Paternal. A comienzos de los 90 la situación futbolística empeoró. Agobiado por un complejo momento institucional del club y la coyuntura política del país, surgió un proyecto novedoso: la idea del aporte económico de Torneos y Competencias, con la llegada de figuras importantes y la mudanza de la localía a Mendoza.
Los hinchas no quisieron saber nada con salir de Capital Federal, pero la controversial iniciativa se llevó a cabo igual. Si bien llegaron algunos refuerzos de jerarquía, como Faryd Mondragón, Gabriel Cedrés y Roberto Acuña, el más esperado era Maradona y terminó firmando para Newell’s. El proyecto tenía sus particularidades: el Bicho no podía jugar los domingos porque era el día de la Liga mendocina y, como contraprestación, TyC se quedaba un porcentaje en las eventuales ventas de los integrantes del plantel.
Aunque nunca terminó de ser una privatización clásica, porque solo se circunscribía al fútbol profesional, el proyecto no resultó como la empresa esperaba: retiraron el apoyo monetario y Argentinos terminó descendiendo un par de temporadas después. Hace unos días, el actual presidente Cristian Malaspina recordó el episodio en su cuenta de Twitter y agradeció a “D10S” por no haber vuelto al Bicho y que ese plan no funcionara.
Otros casos de privatizaciones parciales
En Argentina no existen los clubes en manos particulares: todos son de los socios, quienes deciden mediante elecciones sus autoridades. Sin embargo, algunas instituciones tienen “privatizaciones de facto”: se dan situaciones en las que algún empresario se acerca a colaborar e impone ciertas condiciones. Algunos de estos casos son los del agente Cristian Bragarnik en Defensa y Justicia o del abogado Víctor Stinfale en Deportivo Riestra, recientemente ascendido a la A.
Belgrano supo estar gerenciado por Armando Pérez, a quien luego los socios eligieron como presidente. Talleres afrontó una situación similar, con el Grupo Pachuca, al mando de Andrés Fassi.
El más reconocido de los gerenciamientos en Argentina fue el de de Racing Club, a cargo de Blanquiceleste SA. Durante esa etapa logró salir campeón del fútbol argentino, tras una sequía de 35 años, con el publicista Fernando Marín al frente.
El día que Grondona “traicionó” a Macri
En 1998, en su primer mandato como presidente de Boca, Macri presentó un proyecto para tratar la incorporación de las SAD al fútbol argentino. Como todo pasaba bajo la órbita de Julio Humberto Grondona, primero se lo mostró al mandamás de la AFA, quien le prometió tratarlo después del Mundial de Francia.
Grondona le garantizó a Macri su ayuda para la aprobación de esa idea. Cuando llegó el resultado adverso, fue mayúscula la sorpresa del más tarde fundador del PRO, jefe de Gobierno de la Ciudad y presidente de la Nación. El no a las SAD descolocó a Macri, quien recibió de Don Julio un irónico: “Perdimo’, Mauricio”, luego de que el resto de los integrantes del Comité votara por la negativa.
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