De Castelar a Cannes: la historia del bartender de las estrellas que llegó a la meca del cine europeo y deslumbró a Messi
Sebastián García tiene 38 años y desde los 18 viene haciendo una carrera magistral. Ya les preparó tragos al 10 de la Selección y al Indio Solari. Ahora se luce en el Festival de Cannes con uno que lleva el nombre de su barrio.
A los 18 años Sebastián García vivía en Castelar y tenía las mismas dudas que tienen todos los adolescentes. No saber bien en claro a esa edad qué es lo que se quiere para el futuro es moneda corriente. Pero el llamado de una amiga le cambió la vida.
Desde entonces desarrolló una carrera como bartender que hoy lo tiene posicionado en lo más alto del mundo y hasta le permite estar en el Festival de Cannes o charlando con Lionel Messi con la misma naturalidad con la que se come una asado con sus amigos del barrio cada vez que vuelve al pago.
Arrancó estudiando gastronomía para seguir con el legado de sus padres, especialistas en fuegos. Pero el llamado de su amiga Eugenia recomendándole un curso de coctelería con el maestro Pablo Muñoz hizo que su dirección cambiara. Así Sebastián, que nunca hasta entonces había probado una gota de alcohol, emprendió un nuevo camino con el que «flasheó» hasta hoy.
Muñoz, viejo bartender de la época dorada de la coctelería argentina de los años ’60, le enseñó una de las premisas que mantiene vigente: ante todo, ser un caballero. Eso es Sebastián, un hombre elegante, refinado y culto que además, gracias a una capacitación que él mismo se impone día a día, prepara los mejores tragos del planeta.
Desde su primer trago -un Tom Collins- a hoy con 38 años pasaron horas y horas de estudio: «Cuando arranqué veía que la coctelería estaba todavía con el daiquiri de frutilla y no salía de ahí. Entonces, sentí la necesidad de aportar un granito de arena. Y aunque me percibía como una hormiga, también sentía que no había límites», le dijo tiempo atrás a La Nación.
Y amplió: «Si vos te ponés a pensar cómo era la coctelería argentina hace 10 años, no tiene nada que ver con lo que es ahora. Hoy en día, cuando uno se junta con amigos a comer un asado en una casa, no está la cerveza y listo… También hay un Gin, un Fernet, un Campari, un Gin argentino. Y me parece que eso es un poco lo que nosotros ayudamos a construir», le dijo tiempo atrás a La Nación.
En el bar Presidente, en Recoleta, marca tendencia al igual que en su Instagram @soy el cantinero. Y no tiene problemas en revelar sus secretos: «Creo que hace muchos años comprendí la importancia que tiene cada momento y creo que lo que hizo el quiebre en mi cabeza fue entender que el servicio es mi vida. Cuando yo hablo de servicio hablo de entregarme al 100%. Esto implica desde preparar el cocktail hasta llevarlo a la mesa, compartirlo con la persona y entender que el cliente no solo tiene que mirar el cocktail sino disfrutar de todo lo que pasa a su alrededor: desde la música hasta el clima; desde el aroma hasta la cristalería».
Por ello, definió: «Para mí lo más importante es entender que estamos transitando juntos un momento de la historia en el que yo busco lograr algo muy hermoso que es frenar el tiempo. Eso es muy importante. A muchas personas de mi equipo les explico que cuando un cliente se sentó en la barra y estuvo más de treinta minutos sin tocar el teléfono significa que estamos haciendo algo bien, porque yo lo que quiero es que se conecten con la situación. Eso para mí es fantástico».
Cuidar al detalle la calidad de sus productos -«para mi un limón no es un limón hasta que no logre determinar su acidez y su dulzura»- lo ha llevado a ser reconocido como una de las personas más importantes a nivel mundial en la industria de los bares, y sin embargo eso no lo hizo olvidar sus raíces castelarenses. Es allí donde quiere regresar siempre a comer y beber junto a sus amigos del alma.
Sebastián García, el bartender de los famosos, y su relación con Messi
En pleno apogeo de su carrera, Sebastián vivió un momento que lo maravilló: conocer a Lionel Messi. La historia la cuenta él mismo: «Me llamaron para preparar cócteles en su casamiento y luego vino dos veces a Presidente Bar, donde interactuamos y charlamos. Cuando lo recibo por primera vez, él se me acerca y me dice que se acordaba de mí del casamiento. Yo le dije: ‘Estás loco, no te podés acordar de mí’. Y el me dijo: ‘Sí, me acuerdo. Vos estabas en una barra a un costado y me preparaste un ron con frutas’. Fue algo súper loco y desde entonces la noche transcurrió de manera espectacular. Yo lo traté como a un cliente más y él fue igual conmigo», recuerda.
Tan cordial y liberado fue el trato que cuando estaban charlando una persona de la mesa propuso que se sacaran una foto y Sebastián dijo que no le importaba la foto sino que el 10 la pasara bien en ese momento. «Lio prometió que iba a volver y lo hizo tiempo después. Fueron dos noches en las cuales la pasamos espectacular», evoca.
También tuvo la oportunidad de conocer al Indio Solari, con quien terminó teniendo una charla de casi cinco horas luego de que el ex líder de Los Redondos le concediera una entrevista de tan solo media hora.
Cuenta también que su mejor creación es un trago llamado «Amore Milano», que está inspirado en las mujeres que no consumían whisky a las que quería hacerlas probar ese elixir desde otro lugar más sutil (el cocktail es a base de whisky, un bitter rojo, pomelo, limón y azúcar), y que ahora las olas de su vida lo han llevado directamente a una de las grandes mecas del cine: el Festival de Cannes que se está desarrollando en esa ciudad francesa.
Sebastián García, el bartender de los famosos, llegó al Festival de cine de Cannes
«Yo trabajo como embajador de Campari Argentina ya hace unos años, que es una de las principales marcas a nivel mundial de bebidas. Campari seleccionó a cinco bartenders del mundo, entre ellos me eligieron, así que llegamos el 16 y estuvimos junto a una bartender de París, uno de Hong Kong, uno de San Francisco, uno italiano y yo representando a la Argentina», dijo Sebastián al Diario Clarín.
Pisó la alfombra roja, vio la película Monster, de Kore-eda, fue al lounge de Campari y allí presentó su propio cóctel, que terminó siendo el más aplaudido. Para colmo, lo bautizó «Castelar Cannes».
«Estoy en uno de los festivales más importantes, nos está viendo todo el mundo, pero a su vez quería traer un poco de mi barrio a estos lugares. Creé en ‘Castelar Cannes’: es parte de mi identidad, me gusta volver a mis raíces y mostrar un poco de esa parte y siempre mostrando elegancia», contó
El cóctel está inspirado en la sala de cine que se improvisaba en su castelar natal en esas tardes de verano en la que junto a sus amigos tomaba jugos naturalesgos en un parque rodeado de flores antes de ir al cine de un club, con un telón colgante y nada más. «Ese es mi cine», recuerda Sebastián.
«Castelar Cannes no solo representa este maravilloso recuerdo de cine, amigos y cítricos, sino que sus colores (el rojo por el Campari, el blanco por la espuma y el azul por las flores) representan a la bandera francesa en agradecimiento por este momento, esta inspiración y este agasajo», finaliza.
Los ingredientes del cóctel Castelar Cannes son:
- 50ml de Campari
- 30ml de Jugo de Mandarina
- 15ml de Jugo de Yuzu (cítrico japonés, similar a un pomelo con notas de mandarina)
- 15ml de cordial de té Earl grey (té negro con bergamota que le aporta una parte astringente al cóctel)
- 1 cucharada de Aquafaba (genera espuma en el cóctel)