La joven de Quilmes que combina dos pasiones: de día es ingeniera nuclear y de noche, una artista que regala dragones
El arte y la ciencia son sus dos pasiones. Sueña con hacer un libro de ilustraciones para divulgar conceptos de energía y medioambiente. Una historia de esfuerzo y estudio que la llevó a encontrar sus vocaciones.
Le dijeron que no iba a lograrlo por ser mujer y ese fue quizás el empujón que necesitaba: se trata de Julieta Romero, una joven nacida en Quilmes que es ingeniera nuclear de día y artista de noche. Dibujar y mirar por un microscopio siempre fueron sus actividades favoritas y nunca pensó que podría conjugar ambas durante su vida adulta. Hoy tiene como proyecto ilustrar un libro de divulgación con el cual compartir ciencia de un modo creativo.
Hace más de diez años que la joven trabaja en Nucleoeléctrica Argentina y se encarga de generar proyectos en las centrales nucleares del país. A su vez, la empresa es parte de una organización internacional, la Asociación Mundial de Operadores Nucleares, que elige miembros de las diferentes centrales nucleares del mundo para que vayan a otro país a “intercambiar buenas prácticas, conocimientos y generar espíritu de cooperación”, según sus palabras. Esto la llevó a vivir dos años en París.
Con un espíritu autodidacta, hace poco tiempo Julieta dio una charla TEDx donde contó su experiencia y cómo es llevar adelante vocaciones múltiples y tan distintas, lo que sirvió de inspiración y aliento para aquellos que se sienten identificados. La joven ingeniera asegura que al expresarse uno mismo “también incentivás a otros temas de conversación que rompen con el preconcepto de que los ingenieros son todos serios, usan camisas a cuadros y tienen mirada gris”.
“Esto de poder mezclar los dos mundos para mí siempre suma más que las partes. Una cosa no quita la otra, podés hacer las dos, un proyecto no descarta lo otro. Trato de encontrar mi estilo en el dibujo, en la ropa, mi estilo cuando bailo, y también cuando me visto porque me divierte, me divierto mucho siendo yo misma”, sostuvo.
En tanto, Julieta celebra la inclusión de las mujeres en la ciencia, la ingeniería y la tecnología, aunque advierte que todavía falta mucho por mejorar. “Nos estamos perdiendo de ideas por falta de perspectiva y diversidad de género, hay que seguir trabajando para derribar esa brecha. Me gustaría que haya acceso a información para niñas, adolescentes, jóvenes y minorías, que se animen a abrazar sus pasiones, y que conozcan los planes de estudio de cada lugar”, explicó.
Artista e ingeniera nuclear: cómo surgieron las pasiones de Julieta, la joven de Quilmes
Nacida y criada al sur del Conurbano bonaerense, Julieta pasó una buena parte de su vida viviendo en Bariloche y siempre manifestó una doble pasión: la ciencia y el arte. Desde pequeña disfrutaba dibujar, pintar, leer revistas científicas y mirar todo lo que pudiese en su microscopio de plástico. Luego, en la secundaria, le empezaron a interesar materias como química, matemática y física.
Siendo adolescente se decidió por estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional del Comahue y luego optó por la Licenciatura en Física en el Instituto Balseiro, que funciona en las instalaciones del Centro Atómico de Bariloche. Julieta asegura que no faltaron las miradas de desaprobación por haber elegido una “carrera de hombres”.
“Ahí confirmé que siendo mujer iba a tener que demostrar constantemente que merecía estar donde estaba, que no fue casualidad, ni por error, acomodo o una falla en la matrix, que no se equivocaron al elegirme, y que yo era tan digna como cualquiera para elegir esta carrera”, comentó.
Sin embargo, la joven ingeniera nunca abandonó su pasión por el arte y asegura que la Ingeniería Nuclear “tiene mucho de creatividad” porque “requiere de ingeniarse para buscar soluciones”. Hoy, Julieta cuenta sus andanzas en sus redes sociales y sueña con combinar estos dos mundos: su próximo proyecto será ilustrar un libro que divulgue conceptos científicos dirigido a un público infantil.