Misterio de María Luján Barrios: dos meses sin rastros y el temor de un ajuste de cuentas narco
Esta joven madre de 24 años está desaparecida desde el 3 de diciembre pasado. Su vínculo con las drogas y la sospecha de su familia, que pide cambiar a la fiscal que encabeza la investigación ante la falta de respuestas.
María Luján Barrios, una joven madre de 24 años de Esteban Echeverría, lleva más de dos meses desaparecida. El pasado 3 de diciembre por la noche se fue de su casa en Luis Guillón, en ese distrito del sur del Conurbano, y desde aquel momento su familia no volvió a saber de ella. Hoy, tras varias pistas y líneas de investigación, su paradero sigue siendo una incógnita.
La madre de la joven desaparecida, María, contó a Zonales que, a través de su abogada, insistirán en el pedido para que se tomen distintas acciones que permitan más celeridad de la Justicia. Puntualmente, volverán a la carga con el pedido que ya habían hecho semanas atrás en La Plata para cambiar a la fiscal que investiga el caso, Marcel Ruiz, de la Unidad Funcional de Instrucción N°1 de Esteban Echeverría.
«Pasan los días y no hay ningún avance», dijo la angustiada madre, que cuestionó las demoras en la realización de ciertos rastrillajes, allanamientos y otras diligencias como la explicación para que las pistas que se siguieron durante el transcurso de la investigación llegaran a disolverse y no aportar datos concretos que permitan esclarecer el caso.
Hoy, la causa le parece estancada y, luego de toda la información que circuló, su principal sospecha es la de un ajuste de cuentas vinculado a las drogas, que la joven consumía y que, para su mamá, la habían vuelto «inestable», motivo por el cual en reiteradas ocasiones desaparecía algunos días y volvía a ver a su familia.
La fiesta a la que fue María Luján Barrios y la sospecha de su familia
Aquella noche del viernes 3 de diciembre, María Luján Barrios había dejado a dos de sus cuatro hijos junto a una niñera en su casa de la calle Juan de Garay al 2000. Se fue en un remis particular, una camioneta Fiat Fiorino blanca, a una casa de la zona de El Jagüel (a pocas cuadras de donde vive su madre), donde hubo una fiesta.
La Justicia pudo confirmar que la joven estuvo allí y entrevistó a dos hombres, de nacionalidad colombiana, que dijeron que ella había recibido una llamada telefónica y se fue apurada a la 1.30 del sábado 4 de diciembre, momento en que se subió a un auto gris que había parado en la esquina. Sin embargo, tras el relevamiento de cámaras de seguridad, se pudo establecer que si bien hubo un vehículo con esas características esa noche, la joven estuvo en el mismo lugar hasta pasadas las 4.
Una filmación la captó cerca de la estación de El Jagüel en una moto junto a uno de los hombres que mintieron en la declaración. Fueron detenidos pero semanas atrás los liberaron por falta de pruebas que los vinculen a su desaparición.
Sin embargo, la madre de la chica desaparecida contó que hay un vecino de esa zona que no estaba señalado como sospechoso y que «si bien no lo conocemos, recibió dinero que mi hija transfirió dos días después de su desaparición». A su vez, llevó ante la Justicia dos testigos que dijeron haber escuchado gritos la noche en que se la vio por última vez.
Por todo ello, cree que la desaparición de su hija está vinculada a un ajuste de cuentas por narcotráfico y que hay gente «pesada» involucrada.
El chat sospechoso y el hallazgo de su DNI cerca de un basural
Hasta algunos días después de su desaparición, una de las amigas de María Luján Barrios seguía intercambiando mensajes con ella por WhatsApp. En la conversación, la presunta chica desaparecida le comentó que se había ido «a buscar trabajo a Pilar» y le pidió dinero prestado. La amiga le transfirió a través de la aplicación de Mercado Pago pero algo le pareció sospechoso luego: la forma de expresarse no parecía ser la de María Luján.
«La amiga nos dijo que mi hija no suele dirigirse a ellas de la forma en que lo hizo, usa otras palabras. Además ella nunca pide plata, cobra un plan social y tiene con qué manejarse. Y, por otro lado, ella habitualmente se comunica con audios, rara vez escribe texto. En esa conversación no mandó ni un audio. Pensamos que alguien puede tener su celular y haberle hecho algo», había comentado por esos días la madre de María Luján Barrios.
Aunque agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones de (DDI) de Lomas de Zamora dieron con el paradero de algunas personas con las que había intercambiado mensajes por WhatsApp y realizó allanamientos en sus domicilios, en Lanús, El Jagüel y Alejandro Korn, no hallaron nuevas pistas.
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La última novedad se tuvo a fines de diciembre, cuando la Policía halló el DNI de la chica junto a un basural en la calle Martín Fierro, a metros del cruce con la Avenida Pedro Dreyer y en inmediaciones del predio del Monte Grande Rugby Club, en el límite entre El Jagüel (Esteban Echeverría) y Canning (Ezeiza). No hubo durante ese rastrillaje otro hallazgo y, pese a que la investigación se centró en esa zona, no hubo avances en el esclarecimiento del caso.