Carpinchos en Nordelta: cómo puede seguir la batalla luego de que la Justicia fallara en contra del barrio
El juez Guillermo Ottaviano, titular del juzgado en lo Civil y Comercial 13 de San Isidro, dictó una serie de medidas cautelares tras la presentación de protectores de animales. Ya aparecieron 46 animales muertos.

Carpinchos en Nordelta: la Justicia prohibió la castración de los roedores y otra serie de medidas a favor de los animales. Los vecinos del lujoso barrio, en alerta,.
Un nuevo capítulo se suma a la particular historia entre los carpinchos y el exclusivo barrio privado Nordelta. Esta vez, la noticia llegó desde los tribunales: la Justicia resolvió prohibir la castración quimica a través del uso de anticonceptivos para controlar la población de carpinchos y ordenó suspender de forma inmediata todas las obras que pudieran afectar los humedales y la fauna silvestre en esa zona del norte bonaerense.
La medida, dictada por el juez Guillermo Ottaviano, del Juzgado en lo Civil y Comercial N.º 13 de San Isidro, se enmarca en una acción de amparo presentada por una organización civil en representación de los animales.
La convivencia entre humanos y carpinchos en Nordelta no siempre fue pacífica. Todo comenzó hacia mediados de 2020, durante los meses más estrictos de la pandemia, cuando los vecinos comenzaron a notar una creciente presencia de estos roedores en calles, veredas y jardines. Sin la habitual circulación de personas, los animales silvestres se aventuraron más allá de los márgenes naturales que solían habitar.

Lo que en un principio generó sorpresa e incluso ternura, pronto se transformó en malestar para muchos residentes. Algunos denunciaban daños en el césped, mordidas a mangueras o accidentes menores con mascotas. Otros, en cambio, los defendían como parte esencial del ecosistema del delta.
Así nació un fenómeno social y cultural inesperado. Los carpinchos se convirtieron en íconos virales, memes y emblemas de la resistencia silvestre frente al avance de la urbanización sobre los humedales. También se generaron divisiones entre vecinos: por un lado, quienes pedían «controlar» la población de animales; por otro, quienes reclamaban su derecho a habitar un territorio que siempre fue suyo.
Carpinchos en Nordelta: el fallo que frena todo
Ahora, con esta res»olución judicial, la balanza parece inclinarse en favor de la preservación ambiental. La Asociación Civil «Callejero Casa Quiere» fue la impulsora del recurso judicial que llevó al juez Ottaviano a dictar una serie de cautelares. Entre ellas, se ordenó suspender cualquier obra que altere, dañe o destruya humedales en un área de 1.750 hectáreas. Además, se frenó la aplicación del plan de esterilización química -mediante inyecciones anticonceptivas- que ya había sido autorizado por la Provincia de Buenos Aires en el marco del Plan de Manejo de Flora y Fauna.
«Es una vacuna que esteriliza solo por un año», habían explicado desde el gobierno bonaerense. Se trata de la droga GonaCon, un anticonceptivo desarrollado para el control de natalidad en animales de granja y caballos, evaluado por el INTI, el Conicet y otras entidades científicas. La medida buscaba evitar la sobrepoblación sin recurrir al sacrificio ni a prácticas más agresivas.

Sin embargo, la Justicia consideró que antes de tomar cualquier medida, debe realizarse un Estudio de Impacto Ambiental Acumulativo que contemple los efectos pasados, presentes y futuros de todas las urbanizaciones en la zona.
Además, la resolución también prohíbe las fumigaciones ilegítimas que afecten la flora y fauna local, y cuestiona obras como los cercos eléctricos, las tablestacadas en lagunas y la fragmentación del ecosistema a través de construcciones. «Todo ello genera una alteración irreversible del humedal, impide el libre tránsito y acceso al agua de la fauna, y causa la muerte de ejemplares de carpinchos», señala el fallo.
El alfajor campeón del mundo en 2023 anunció su sorpresivo cierre por tiempo indefinido: qué pasó
Desde otra organización, «La voz de los carpinchos», denunciaron que en los últimos meses habrían muerto 46 animales a causa de desmontes, cercamientos y atropellos. Estas cifras refuerzan el reclamo ambientalista y se apoyan en el marco legal vigente: el carpincho es una especie protegida por el Decreto Ley 10081/83 de la Provincia de Buenos Aires y por la Ley Nacional de Flora y Fauna.
En respuesta a las tensiones crecientes y buscando una salida “armónica”, la administración de Nordelta había comenzado a trabajar en un corredor biológico dentro del barrio. La iniciativa, que contaba con aval provincial, contemplaba rampas, refugios y una franja de 50 hectáreas a lo largo del arroyo Las Tunas, con el objetivo de ofrecer alimento y resguardo a la fauna silvestre. Pero ahora, también esas obras deberán suspenderse, al menos hasta que se realice el estudio ambiental correspondiente.

«Las obras que deben suspender también son las que están dentro de la reserva», explicó María de las Victorias González Silvano, abogada de la asociación que presentó el amparo. Según indicó, Nordelta S.A. aún no había sido formalmente notificada de la resolución judicial al momento de hacerse pública, pero tendrá unos días para apelar.
Lo último a nivel vecinal había sido una campaña de esterilización impulsada por la Asociación Vecinal Nordelta (AVN) para evitar la reprodiccón masiva, acción que rápidamente hizo que se alzaran voces en contra, especialmente entre activistas y expertos, quienes repudiaron la idea. Según la AVN, la población de los carpinchos comenzó a crecer aceleradamente desde 2019, llegando en algunos casos a cifras que rozan el 100% anual. Hoy, todos coinciden en que es muy complejo tener una estimación de la población de esa especie animal en el barrio.
Mientras tanto, el debate sigue abierto, y mucho más luego de este último fallo que por muchos vecinos fue tomado como un mazazo. ¿Qué lugar tienen los carpinchos en un barrio concebido como símbolo de exclusividad urbana? ¿Y qué responsabilidades tienen quienes eligen construir sobre un ecosistema como el delta del Río Paraná? Preguntas que trascienden lo anecdótico y que invitan a repensar el vínculo entre desarrollo inmobiliario y preservación ambiental.
Cuenta DNI en octubre: cambios en rebajas de las carnicerías y una promo por el Día de la Madre
Lo que está claro es que los carpinchos llegaron para quedarse, o al menos para recordarnos que, aunque rodeados de cemento y alambrados, la naturaleza aún reclama su lugar. Desde aquel primer avistamiento hasta hoy, su historia es reflejo de una tensión más profunda: la que existe entre el avance humano y los límites de un ecosistema que, cuando es alterado, responde.
Hacé tu comentario