La historia del Teatro Roma, donde la magia del renacentismo italiano invadió parte de Avellaneda
Inaugurado en 1904, está considerado como una de las salas con mejor acústica del país. Por su escenario pasaron Carlos Gardel y artistas internacionales como Ermete Novelli o Tito Schipa, entre otros. En su interior mantiene la cúpula pintada en 1913.
Mirá si habrán pasado artistas por el Teatro Roma de Avellaneda desde aquel 1° de octubre de 1904 en el que abrió sus puertas como Teatro del Sur. Un tal Carlos Gardel. El actor italiano Ermete Novelli, que fue quien engalanó la primera función. El tenor Tito Schipa, otro tano prestigioso. El poeta Pedro Bonifacio Palacios, más conocido por el seudónimo de Almafuerte. Y un sinnúmero de actores y actrices dándole vida a obras de William Shakespeare, Roberto Arlt o Molière, entre otros.
¿Habrán sabido esos locos de la Sociedad Italiana de Mutuo Socorro y Providencia Barracas al Sud que estaban haciendo historia cuando quisieron construir un espacio artístico único frente a la Plaza Alsina, otro ícono de la vida de Avellaneda? La obra no duró mucho para la magnitud del proyecto ni la época, apenas 11 meses.
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El resultado sigue generando admiración, ya que el espacio ubicado en Sarmiento 109, continúa siendo hoy, después de más de un siglo de vida y algunas restauraciones, uno de los teatros con mejor acústica del país y un espacio buscado por artistas de las más variadas expresiones. En su ideal original, albergar espectáculos de ópera, está uno de los secretos de su magnetismo.
Las características del Teatro Roma, un espació único
La obra fue llevada a cabo por el arquitecto italiano Primitivo Gamba. Como uno de sus puntos más característicos del Teatro Roma está la cúpula decorada con frescos realizados por el pintor Antonio Epafani, entre los que se destacan varias imágenes de Dante Alighieri y Luigi Pirandello.
Fue pintada en 1913 e incluye diversas alegorías renacentistas que representan los símbolos de Eros, la Vanidad y Baco: personajes mitológicos populares dentro de la iconografía renacentista italiana.
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Originalmente, la sala de Avelleneda podía albergar a 400 espectadores. Luego, en 1925, se le agregaron dependencias de usos complementarios. El autor de este proyecto fue el ingeniero Gustavo Ceccherini y la construcción estuvo a cargo de José Bonza. Ya en 1984, con una nueva obra, la capacidad se llevó a 500 personas.
En tanto que las columnas que sostienen a la estructura del hall de entrada del Teatro Roma forman parte de la construcción originaria de 1904 diseñada por Gamba, quien se inspiró en los teatros europeos del siglo de oro de la ópera.
En las ventanas de la cúpula del edificio que ha sido declarado Monumento Histórico Provincial y Nacional están representadas distintas figuras del teatro y de la música clásica y popular como Gardel, Gabriel Fauré, Johann Sebastian Bach, Giacomo Puccini, Johann Strauss, Wolfgang Amadeus Mozart y Luigi Pirandello, entre otros.
En 1994, algunos artistas locales restauraron las imágenes y aprovecharon para expandir su inspiración al hall central, al foyer, al Salón Dorado y al Salón de los Encuentros. La última restauración importante estuvo a cargo del municipio de Avellaneda.
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Tras un año cerrado, en 2015, se reinauguró como Teatro Municipal Roma luego de una inversión conjunta del Estado nacional y del Ejecutivo comunal que alcanzó casi los 32 millones de pesos. Las obras incluyeron la completa restauración de toda su cúpula y de la histórica araña de iluminación central de la sala.
También se instaló un nuevo sistema de refrigeración y calefacción; se amplió el escenario y el espacio destinado a la orquesta; se colocaron pantallas de led, luces y un moderno sistema de sonido que realzó la acústica de la sala.
Y, además, fue construido a nuevo el edificio anexo, con todas las áreas de servicio del teatro, como vestuarios, camarines, salas de ensayo, baños, depósitos de utilería y escenografía, entre otras comodidades.
Además de obras de teatro, espectáculos de danza y shows de distintos géneros musicales, en el Teatro Roma también se realizan, tanto en el Salón Blanco como en el Salón de los Encuentros, jornadas, simposios, cursos, talleres, ciclos de cine y exposiciones.