A 20 años de la Gallinita de Carlos Tevez en el Monumental: la nueva vida de Franco Cangele, el socio en el gol del Apache
El 17 de junio de 2004, Boca eliminó a River en las semifinales de la Copa Libertadores y esa noche quedó patentado un festejo icónico. El zurdo que asistió a Carlitos reseteó su rumbo alejado del fútbol.
La Copa Libertadores de 2004 quedó como un trago semiamargo para los hinchas de Boca Juniors, que pasaron del éxtasis de eliminar a River Plate en semifinales a perder la definición contra Once Caldas. El paso exitoso por el estadio Monumental se dio además con un festejo que quedó en la historia: la Gallinita de Carlos Tevez, de la que se cumplen 20 años. El Apache tuvo esa noche un socio: Franco Cangele.
A veces hay que estar en el momento justo y Franco Darío Cangele supo aprovechar su chance en Boca. Surgido de las divisiones inferiores de la institución, el delantero fue parte importante del segundo ciclo de Carlos Bianchi en los Xeneizes, logró hacer carrera en Europa y hasta tuvo un regreso al club de la Ribera. ¿Qué fue de su vida?
La Gallinita de Carlos Tevez y un socio de las tierras de Manuelita
Franco Cangele nació el 16 de julio de 1984 en Francisco Madero, un pequeño pueblo perteneciente al municipio de Pehuajó, el histórico lugar que inmortalizó María Elena Walsh con sus canciones. Con una zurda habilidosa desde chico, rápidamente captó la atención de los cazadores de talentos del Interior bonaerense y el Deportivo Mac Allister de La Pampa, la entidad creada por Carlos Javier Mac Allister, lo sumó a sus filas.
Por recomendación directa del Colorado, Boca decidió sumar a sus categorías formativas a Cangele. Allí, el de Pehuajó comenzó a tirar paredes con alguien a quien también acompañaría en el futuro: Carlos Alberto Tevez. El debut le llegó temprano: apenas a los 17 años, fue integrante de una gira del Xeneize por Estados Unidos e intervino en un amistoso (derrota 3-2) frente al Metrostars.
Para su debut profesional tuvo que esperar unos meses: el 20 de febrero de 2003, ya con Bianchi otra vez como entrenador de Boca, ingresó en los últimos minutos frente a Independiente de Medellín, en un 2-0 como local por la fase de grupos de la Copa Libertadores.
En aquel torneo continental disputó seis partidos (hizo un gol en el 2-2 ante Barcelona de Guayaquil, en Ecuador) y con total merecimiento se llevó una medalla de aquel plantel campeón de América. Sin embargo, su salto y su mayor presencia comenzó en el año siguiente, en 2004: Bianchi apostó por él en la recordada semifinal entre Boca y River. Y ahí fue donde Cangele dejó su nombre para la historia en el club…
El 17 de junio de 2004, exactamente dos décadas atrás, Franco hizo el desborde de su vida: encarando con su zurda por izquierda, tiró un centro atrás que su ex compañero de Inferiores, el Apache Tevez, convirtió en gol e inmortalizó con aquel festejo símil gallinita. Hubo suspenso, ya que el partido fue a penales. En esa instancia Boca se impuso 5-4 y celebró en un Monumental colmado por hinchas locales que debieron retirarse en silencio. No hay hincha xeneize que, 20 años después, no recuerde aquella escapada de Cangele.
La vuelta de Franco Cangele y el post retiro
En un Boca siempre competitivo, a Franco Cangele le costó mantener la titularidad y decidió salir a otros equipos argentinos: primero estuvo en Independiente y luego en Colón de Santa Fe. Tras su paso por el Sabalero le tocó la chance de ir al exterior: el Sakaryaspor de Turquía apostó por él en 2006.
Fue justamente en Turquía donde encontró su segundo hogar: el Kayserispor lo compró al año siguiente de su llegada y allí creció hasta tomar estatura de ídolo. Con el equipo de la ciudad de Kayseri disputó cinco temporadas y ganó una Copa de Turquía, el único título en la historia de la institución. Hasta se dio el lujo de clasificarse para la UEFA Europa League…
Tuvo un segundo paso por Boca, ya sin las luces y los éxitos de otros tiempos, y su carrera se fue apagando: un nuevo período fugaz en Turquía, Boca Unidos, Argentinos Juniors y nuevamente los correntinos para el cierre de su carrera.
En la actualidad, Franco Cangele decidió regresar a sus orígenes. Vive tranquilo en Pehuajó, lejos del ruido de las grandes urbes. Con el deporte como hobby (practica tenis y pádel, además de fútbol), sueña con poder transmitir su experiencia a jóvenes: se encuentra armando un programa y un polideportivo para la formación de chicos deportistas en la ciudad.
Después de haber superado adversidades familiares, como el fallecimiento de su esposa en 2014, disfruta con la compañía de sus hijas y se esperanza en volver a gozar con el fútbol, ahora desde otro lado, pero siempre con el recuerdo de aquella noche de Copa Libertadores bien presente en sus redes.
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