Felipe de la Riva, el DT que impulsó a un campeón del mundo, le ganó al cáncer y volvió al equipo que lo tiene como ídolo
Retornó al Deportivo Merlo para dirigir en la B Metropolitana. En 2009 logró el ascenso a la B Nacional, justo cuando le diagnosticaron la enfermedad, a la que logró vencer aunque advirtió que “nunca te dicen que estás curado”.
La lucha en el Ascenso es dura, pero Felipe de la Riva no teme batallar en ningún frente. De sangre charrúa, el curtido DT volverá a Deportivo Merlo, donde ya supo tener éxito, para tratar de conducir al Charro nuevamente a la Primera Nacional. De la Riva, capaz de superar un cáncer en medio de su carrera, no le escapa al mayúsculo desafío…
De Uruguay al Ascenso en Argentina
Luis Felipe de la Riva nació el 28 de mayo de 1973 en Montevideo, capital uruguaya. Hoy ya nacionalizado argentino, comenzó su relación con el fútbol en las divisiones inferiores de Vélez Sarsfield. Cruzó al otro lado del Río de la Plata para en la Institución Atlética Sud América y retornó a nuestro país para seguir su carrera en Estudiantes de Buenos Aires.
Como una premonición de lo que sería su legajo como director técnico, el Ascenso argentino lo cobijó como futbolista: pasó por Deportivo Morón, Deportivo Merlo, Ituzaingó y San Telmo. Su recorrido dentro de la cancha terminó pronto: una osteocondritis lo hizo colgar los botines a los 26 años. Esa lesión crónica no pudo apagar su amor por la pelota…
A los 30 años, Felipe de la Riva ya estaba dirigiendo en Argentina: comenzó su nuevo rol en Juventud Unida, de la Primera D. En la última categoría del fútbol nacional dio también su primer golpe, cuando al año siguiente logró el ascenso a la C al mando de Leandro N. Alem.
Su currículum es larguísimo: Flandria, San Miguel, Acassuso, Chacarita Juniors, Tristán Suárez, Los Andes, Almirante Brown, Douglas Haig, Almagro, Villa Dálmine… Pero su gran amor, sin dudas, es Deportivo Merlo.
Felipe De la Riva y Deportivo Merlo
El uruguayo llegó al Charro por primera vez en el 2008 y con un reto enorme: asumió en el equipo de menor presupuesto de la B Metropolitana. Y fue por eso que sorprendió tanto su éxito… En 2009, De la Riva y Deportivo Merlo consiguieron el ascenso a la B Nacional.
Y no solo llegaron, sino que lograron mantenerse: el Charro disputó tres temporadas en la segunda categoría del fútbol argentino y llegó a jugar de manera oficial frente a River (le empató 0-0 como local, en cancha de Independiente), Rosario Central y Huracán…
En Deportivo Merlo, De la Riva también se dio otro gustazo en su carrera además del ascenso: fue el entrenador de Franco Daniel Armani. Aún relacionado con el segundo arquero de la Selección, el uruguayo asegura que siempre le vio condiciones al hoy ídolo y capitán del Millonario.
«Si vos me decís que voy a jugar, yo te digo que sí en este momento. No me importa la plata: me importa jugar», le dijo Armani a De la Riva cuando el DT lo convocó para jugar en el Charro. Era 2008: el arquero no tenía continuidad en Ferro y en Deportivo Merlo reimpulsó su carrera hasta llegar a integrar el plantel campeón del mundo con la Scaloneta.
Sin embargo, lo que posiblemente más lo marcó a De la Riva durante su primer paso en Deportivo Merlo fue algo extra futbolístico. Apenas dos días más tarde de obtener el Ascenso con el Charro en 2009, le diagnosticaron un cáncer.
“Me encontraron un tumor de alta reproducción en el sistema linfático, me sacaron los ganglios. Había dos posibilidades: podía ser uno más curable u otro más complicado. A mí me tocó el más complicado… El tratamiento de quimioterapia no fue fácil, pero tuve la suerte de salir adelante. Igual, nunca te dicen que estás curado”, recuerda De la Riva.
Esa fuerza de carácter, tanto para hacerse un nombre en el Ascenso como para luchar contra su enfermedad, es la que lo impulsa a buscar nuevas metas. Y es por eso que ahora desembarca nuevamente en Deportivo Merlo.
La actualidad del Charro
Deportivo Merlo viene de una temporada intensa. Durante 2023 estuvo muy cerca de descender, luego de un Apertura muy malo. El Clausura fue todo lo contrario: metió un tremendo sprint final con seis victorias, siete empates y apenas una derrota.
El artífice de la resurrección fue Cristian Fabbiani, en su tarea de entrenador luego de una breve incursión como panelista en programas de televisión. El Ogro decidió cambiar de rumbo una vez terminado el torneo ante la chance de incorporarse a Almirante Brown. una opción laboral que se le frustró.
El Charro, para sustituirlo, buscó a aquel ideólogo de su último ascenso, quien regresó ilusionado con un cuerpo técnico que integran Daniel Delgado, marcador central del equipo de 2009, y Alejandro Albamonte, quien además es PF, periodista y escritor. ¿Podrá repetir De la Riva aquella hazaña de una década y media atrás? Seguro que no va a tener problemas en pelearla…
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