Enorme campaña solidaria para ayudar a la familia del kiosquero asesinado en Ramos Mejía
Dos influencers reunieron más de dos millones de pesos en apenas unas horas a través de una colecta en redes sociales: el dinero fue transferido este jueves. Nicolás y Pedro Sabo, el hijo y el padre del comerciante, agradecieron con un video.
Mientras el país entero se conmocionaba con el dolor de los familiares de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado en Ramos Mejía, en Twitter se estaba gestando una iniciativa solidaria que se concretó este jueves. Iñaki Gutiérrez, un influencer político de 20 años y con casi 130.000 seguidores en esa red social, comenzó una colecta de dinero para donar a la familia que depende económicamente del kiosco donde ocurrió el trágico caso.
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De hecho, Nicolás, hijo de la víctima, había dejado entrever en la masiva protesta de Ramos Mejía la posibilidad de desprenderse del comercio. «Mi abuela me dijo que cierre el kiosco, que lo venda. Hoy por hoy es el único ingreso que tiene mi familia, pero me da miedo venir a trabajar». E incluso Pedro, el padre de Roberto que se había jubilado y le había dejado el negocio, había mencionado que iba a volver a trabajar allí.
En ese contexto se originó la campaña solidaria de Iñaki Gutiérrez, que el pasado martes mencionó en su cuenta de Twitter que había hablado con Nicolás porque, explicó, «hay muchas necesidades económicas que suplir y un sostén de familia que no está más». Así, difundió la cuenta bancaria de Eugenia Rolón, otra influencer de 19 años con casi 100.000 seguidores en Twitter. La misma había sido vaciada completamente previo a la colecta.
La iniciativa fue todo un éxito y en la noche del jueves Iñaki publicó que se habían reunido $ 2.055.049 y capturas del diálogo con el joven hijo del kiosquero asesinado en la que le confirmaba las transferencias. Tanto Nicolás y su abuelo, Pedro Sabo, grabaron un video agradeciendo el gesto.
«Les agradecemos por la colecta y el apoyo que nos dieron todos. Mi abuelo también les agradece», dijo el joven. Y su abuelo, agregó: «Esto es todo de verdad, acá no hay ni un truco. Somos una familia y les agradezco a toda la gente, mucha que no los conozco y nos vinieron a saludar». Ambos venían de la emotiva y dolorosa despedida de los restos de Roberto en el Cementerio de Morón en la mañana del miércoles.
El crimen del kiosquero, un caso que causó conmoción
Leandro Suárez (29) y su novia de 15 años entraron a un kiosco de la Avenida de Mayo al 800 en último domingo 7 de noviembre a las 14 horas con intenciones de robar. Le dieron unos alfajores a una señora que iba a ingresar a comprar para despacharla y quedaron a solas con Roberto Sabo, el dueño del comercio. En segundos, la tragedia: lo mataron de cuatro disparos sin llegar a robar nada.
Los delincuentes iniciaron su fuga: robaron el auto a un remisero, chocaron a las tres cuadras, quisieron camuflarse en un supermercado y luego robaron una moto a un repartidor. Sin embargo, la Policía los atrapó a 8 cuadras del lugar del crimen.
Se supo que Suárez había estado preso durante casi seis años y que, al ser detenido, lloró ante el fiscal Federico Medone de la UFI Temática de Homicidios de La Matanza al que le pidió que no le den cadena perpetua. En tanto, su cómplice y pareja es inimputable por su edad, pero la Justicia la mantiene detenida en un instituto de menores bajo una solicitud de seguridad provisional.
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Por el crimen hubo una masiva protesta en el centro de Ramos Mejía donde vecinos, comerciantes y allegados a Roberto Sabo manifestaron su hartazgo por la inseguridad que azota esa zona del oeste del Conurbano. El reclamo terminó en incidentes y represión policial. Como consecuencia, el martes por la noche arribaron a la localidad más de 200 efectivos de Gendarmería Nacional y este miércoles, finalmente, se expresaron las autoridades de La Matanza al respecto del caso del kiosquero luego de un silencio más de tres días y difundieron un comunicado firmado por más de 60 organizaciones locales en el que respaldaban su gestión y pedían no politizar la tragedia.