La desgarradora carta del padre de Lucas Pierazzoli, el rugbier que murió tras un partido
La publicó en su cuenta de Facebook y le puso como título “El día después”. Fue la forma en que Guillermo Pierazzoli quiso dar prueba de lo que representaba su hijo para Hurling y para el rugby. Y para agradecer el cariño recibido por la familia.
La muerte de Lucas Pierazzoli, la increíble forma en que se produjo y la juventud del rugbier de apenas 28 años, generó diferentes reacciones en el mundo del deporte, que en poco tiempo pasó del shock a la tristeza y finalmente a los sentidos homenajes para el jugador de Hurling, incluso hasta con expresiones de euforia manifestadas en cantos de cancha, típicos de una tribuna. Donde será difícil encontrar consuelo es en su familia, que ha expuesto sentimientos a través de mensajes en las redes sociales. Son maneras de exteriorizar un dolor que no halla el fondo en una caída interminable, como esas que suelen asaltarnos en una pesadilla. La última de ellas fue escrita por su padre: a Guillermo Pierazzoli lo conocieron siempre en su ecosistema social como Billy. Ahora es el papá de Lucas el que siente. Sufre. Y dice.
Lo hizo a través de una misiva que posteó en su cuenta de Facebook. Le puso un título: El día después. Es un recorrido a las horas posteriores a cada primera vez que afrontó toda la familia de Lucas cuando empezaron a poner los pies sobre la tierra y, al fin, entender qué les estaba ocurriendo desde el momento en que se desencadenó la tragedia.
El fallecimiento de Lucas ocurrió el pasado domingo 3, en el final de poco más de un día de internación en el Hospital Posadas: el sábado 2 había sufrido un golpe durante que estaban jugando Hurling y SITAS, en el campeonato superior de Primera B de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). El diagnóstico habló de muerte cerebral producto de la fractura de dos vértebras y aplastamiento de la médula. Su cuadro ya era irreversible, tanto que la familia decidió de inmediato donar sus órganos.
El mismo domingo, familiares, amigos y compañeros de Lucas se reunieron en Hurling, cuyas puertas se abrieron sólo para un ritual conmovedor: juntos esperaron el desenlace anunciado. Sonó una gaita a modo de homenaje encarnado por Steavie Cartldege, amigo de Billy, quien también había jugado al rugby en el mismo club que su hijo, y también como segunda línea.
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El día del incidente, en verdad, Lucas estaba como octavo, con la 8, aunque el número con el que se lo identificaba era el 4. Contra SITAS estaba camino al ingoal con la pelota cuando fue tackleado y la continuidad del juego terminó con compañeros y rivales encima suyo. Uno de esos golpes le generaron la lesión cervical de la que nunca pudo salir.
La carta del padre de Lucas Pierazzoli
Hubo muchos homenajes en las redes sociales para Lucas Pierazzoli en las redes sociales, mensajes de despedida. Uno fue de Mateo, uno de sus hermanos, con compartía equipo en Hurling. Realizó una publicación muy sentida en su cuenta de Instagram, acompañada de una foto en la que están juntos. “Te amo, te amé y te amaré por siempre Luki. Cuidame desde donde estés. Siempre fuiste mi ídolo”, escribió.
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Su propio papá, en las horas posteriores al fallecimiento, escribió en su Facebook: “Hoy se me fue uno de los cinco. Lucas, el fana de Racing. Se fue en su salsa, jugado su deporte, rodeado de cientos de amigos. No hay palabras, no hay razones, solo las cosas pasan. Lo voy a extrañar mucho, pero también sé que tengo que estar para los otros cuatro. Lo recordaremos con alegría, sabiendo que de arriba nos va a cuidar. Te amaré por siempre, Lucas”.
Pero la manifestación más sentida de Billy Pierazzoli se dio en otra publicación en las redes sociales, más extensa y con pasajes desgarradores, como testimonio del dolor del padre. Esta es la carta completa:
“El día después”
“Después de un día de alta carga emocional, llegó el día después. Hace unos días alguien que había pasado por lo mismo me dijo: ‘Hermano, esto es día a día. Cada día será distinto. Un día estarás arriba, otro día estarás en el fondo, pero, cuando estés en el fondo, alguien estirará su mano para llevarte otra vez a flote. Pero quédate tranqui que Lucas te va a ayudar, el siempre será ese alguien’.
Hoy es el día después. Desde luego que desperté llorando a Lucas, luego de una noche llena de sueños en los cuales él fue el principal protagonista. Entonces uno busca algo que lo saque a flote, y definitivamente hoy fue ‘el día de ayer’. Recorrimos junto a Verónica, quién también amaneció llorando, todo lo sucedido el día de ayer. Eso nos subió a la superficie, sin perder ese dolor, pero dándonos la fuerza para seguir. Muchas personas despidiendo a Lucas, una misa que nos trajo paz. La gaita de Stevie sonando en ese camino, ese túnel repleto de gente. Se me vino una imagen, me imagine el túnel alentando a Lucas a ingresar a la cancha, a jugar su partido, pero en este caso, era el túnel de despedida, de partida a su gira. Rodeado de amigos, rodeado de gente del rugby, rodeados de familia. Todos y cada uno de los abrazos, todas y cada una de las palabras, y todas las miradas fueron un bálsamo para tanto dolor. Fue un día en paz, fue un día donde pudimos despedirlo como un grande. Un día donde canté el himno del Hurling Club con más fuerza que nunca porque yo sé que él lo hubiese cantado así.
Nada, agradecer a todos y a cada uno de los que han estado. Agradecer los abrazos, las palabras. Agradecer al rugby por lo que nos ha dado, y nos seguirá dando. Que lindo deporte hemos elegido. Agradecer que Lucas sigue ahí, mejorando la vida de otros. Como me gustaría poder saber quienes han recibido algo de él para darles un abrazo, sintiendo que Lucas es parte de ellos, como de todos nosotros.
Día a día, y la vida continua…”.