La vecina que no le teme a los desafíos: es camionera profesional, bombera, guardavidas y profesora
A sus 31 años, Selva Sánchez tiene en claro que la estigmatización sobre presuntas tareas masculinas o de femeninas no es un problema para ella. Menos que menos, las tareas que la mayoría de los mortales puede considerar peligrosas.
Camionera profesional, bombera y guardavidas. La adrenalina de estar frente a algo que la mayoría de los mortales suele considerarlo peligroso acostumbra generar, en gran parte de los casos, dos tipos de reacciones. Por un lado, están quienes se paralizan, no saben qué hacer y entran en un espiral de miedo que los lleva hasta lugares inimaginables de desesperación. Y, por el otro, quienes hacen de esa presunta dificultad un resorte con el cual toman impulso para salir adelante y romper metas propias y ajenas. Selva Sánchez claramente forma parte de este segundo grupo de personas.
A lo largo de sus 31 años de vida, esta vecina de Florencia Varela está lejos de temerle a los desafíos. A los tres tareas ya enumeradas le suma la de profesora de educación física, por lo que ni el tiempo ni la suma de distintas habilidades laborales parece no ser un problema para ella. Menos que menos, la estigmatización sobre presuntas tareas masculinas o femeninas. Pero quién mejor que Selva para contar su propia historia.
«En general a lo largo de mi vida hice cosas que son para hombres o que se supone que son para hombres, o tal vez más hay más hombres dentro del rubro. Soy guardavidas, el cuartel… Así que es algo que me acompañó toda la vida. No es una manera de juzgar, pero si es una manera de cómo te ve la gente. Y poder vincular el que sos femenina y todo lo que eso involucra con hacer una actividad que tal vez no sea vista para una mujer y que ambas cuestiones se puedan relacionar de una buena manera. Lo fui trabajando a lo largo de toda mi vida, por lo cual no es algo que me choca», relató Sánchez durante una entrevista en el canal de YouTube de Unlam TV.
El desafío de ser bombera
La primera mujer en ser conductora de autobombas en el destacamento de bomberos de Florencio Varela también tuvo tiempo para hablar sobre su pasión por los vehículos de alto porte: «Empecé a manejar autos por una cuestión de independencia. Yo viví un tiempo en Entre Ríos y cuando me vine para acá (por Varela), entré al cuartel, encontré los camiones y dije ‘Guauu, yo quiero esto’. Cuando vi el programa de Scania me anoté para probar, quedé seleccionada y descubrí un mundo maravilloso».
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Luego, Selva continuó con su explicación sobre el curso: «Te enseñan un poco de mecánica básica, para saber qué le pasa al camión cuando te vas de viaje y para saber más o menos cuáles son las cosas que sí o sí tienen que estar bien para transitar de manera segura. Lo que conseguí está bueno porque es un logro personal. Y sirve también para motivar al resto de la gente en que lo que sea que se propongan, si lo intentás, lo podés hacer, no importa el género».
Camionera profesional, la unión de dos pasiones
Durante su estadía de 10 años en Entre Ríos, trabajó en el Parque Nacional El Palmar donde se formó como brigadista en incendios forestales. Pese a que tenía currículum suficiente para ingresar al cuerpo de bomberos de Colón, ella contó que la dejaron afuera por su género. Ya de regreso en el Conurbano, tuvo otra respuesta en Florencia Varela, donde de las 110 personas que integran el equipo del cuartel de bomberos, 20 son mujeres y solo una de ellas está habilitada para conducir el autobombas: Selva.
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En la actualidad solo el 0,41% de las licencias profesionales emitidas en Argentina para transporte de carga pertenecen a mujeres. Con el objetivo de acortar esta brecha de género, la firma Scania lanzó en 2019 el Programa “Conductoras”, primera formación profesional exclusiva para chicas en esta especialidad en toda Latinoamérica.
Para el cierre, la mirada de Selva se posa en lo que tiene que ver con los trabajos que fue adoptando a lo largo de su vida: “Creo que todas las profesiones que he elegido en mi vida tienen dos significados emblemáticos. El principal es el arrojo por el otro, tanto desde el intentar ayudar en situaciones extremas como el intentar acompañar en la formación de otros. Y aparejado a esto también el poder desde mi humilde lugar en el mundo, motivar o mostrar tal vez que para hacer lo que te gusta no importa tu género sino la pasión que te despierte”.