Un asalto violento y un título con Boca el día de su debut: la vida de película de Josué Ayala, el arquero de Deportivo Morón
Es una de las figuras que contrató el Gallito. Oriundo de Laferrere y formado en el Xeneize, tras su corta experiencia en el club de La Ribera tuvo un peregrinaje por distintos clubes de Primera y el Ascenso.
Josué Ayala tiene 34 años y una dilatada trayectoria,
Nunca fueron sencillas las cosas para Josué Ayala, el actual arquero del Deportivo Morón en la Primera Nacional. Escaló categorías en las divisiones inferiores de Boca, con la ilusión de atajar algún día en Primera y la certeza de que sería difícil lograrlo. En 2008, ya como miembro del plantel profesional, sufrió en Villa Lugano un accidente a bordo del automóvil que conducía Pablo Migliore, por entonces el arquero suplente, al regreso de una práctica. Fue aquel un año movido bajo los palos xeneizes.
Mauricio Caranta -campeón de América en 2007, titular por mérito propio- tuvo una discusión con el técnico Carlos Ischia. El lugar quedó en manos de Migliore, pero sus fallas en la semifinal de Libertadores contra Fluminense lo condenaron.
El entrenador, con la venia del presidente Pedro Pompilio, apostó por un joven Javier Hernán García, el mismo que hoy integra la nómina xeneize. Contra las viejas leyes del puesto, que aconsejan la presencia de un veterano, García respondió en el Apertura 2008 y fue uno de los sostenes del equipo que terminó primero junto a San Lorenzo y Tigre.
El debut de Josué Ayala: necesidad y urgencia
Hubo que decidir la corona en un triangular. Boca llegó a la definición con los mismos puntos que San Lorenzo, al que había vencido 3-1, pero un gol de ventaja. Le bastaba un empate con Tigre para salir campeón e incluso podía serlo si perdía 1-0.
Los Xeneizes estaban disminuidos en su potencial, con sus estelares Palermo (lesionado) y Riquelme (suspendido) al margen. Los de Victoria, bajo el mando de Diego Cagna, fueron en busca de la hazaña y un error de García, facturado por Leandro Lázzaro, los dejó a un grito de la hazaña.
Faltaban 21 minutos más un descuento que se adivinaba prolongado y García, con señales evidentes de dolor, pidió el cambio. No había opción para Ischia: debía poner a Ayala, el relevo, 20 años recién cumplidos y ni siquiera un amistoso en Primera.
El debutante pareció entrar tranquilo, sus compañeros lo ayudaron, el rival inquietó poco y, al ratito de su estreno en el máximo nivel, Josué dio la vuelta olímpica en cancha de Racing, un día antes de la Nochebuena. Ni una película de Hollywood lo hubiera guionado así.
La vuelta del Pato y la partida de Josué
Planteamos que nunca le resultó fácil esto del fútbol a Ayala y pronto pudo comprobarlo. Aunque contaba con dos de los mejores proyectos juveniles para la valla, Boca repatrió a Roberto Abbondanzieri para sentirse más seguro. Josué quedó relegado. Al menos, él y su familia (esposa, tres hijos) contaban con la garantía del sueldo de futbolista todos los meses.
Muchos de esos ahorros se perdieron en ocasión de un asalto que casi le cuesta más caro: uno de los delincuentes entró a su casa de González Catán, en La Matanza, y lo acuchilló a la altura de un hombro. Unos puntos de sutura taparon una herida que estuvo cerca de ser más grave.
A mitad de 2010, mientras negociaba la llegada de Cristian Lucchetti y en vísperas del Mundial de Sudáfrica, Boca inició una gira por Estados Unidos. No le fue bien. En el cierre del viaje cayó 3-2 frente a Portland Timbers. Fue la despedida silenciosa del actual DT Hugo Benjamín Ibarra y, también, el último partido de Josué Daniel Ayala con el escudo de Boca en su buzo.
Desde ese momento, Josué inició un largo recorrido cuyo tramo más relevante se dio en el ascenso. Ayudó a Atlético Tucumán a subir y a lograr un festejado triunfo 1-0 en la Bombonera, a comienzos de 2016. Dos años más tarde regresaría a ese mítico escenario ya como portero de Temperley y una gran actuación suya, con penal desviado a Carlos Tevez entre otras acciones destacadas, impidió que Boca venciera al Gasolero por un margen mayor. Fue apenas 1-0, con un golazo del colombiano Frank Fabra.
La actualidad de Ayala en Deportivo Morón
Hoy, a los 34 años, Ayala es el arquero de Deportivo Morón en la Primera Nacional. La barba con algunas canas cubre aquella carita de pibe asustado que asumió la responsabilidad de jugar por un campeonato. Tal vez no imaginaba este destino en la segunda categoría cuando trepaba peldaños a paso firme en las formativas de Boca.
Llegó al club de Morón en un proyecto ambicioso para tratar de lograr el ascenso, con Alejandro MIgliardi como entrenador y otras figuras de relieve: Ezequiel Schelotto, Agustín Allione y Tino Costa son otros que arribaron para afrontar el campeonato, en el que no tuvieron un buen comienzo.
Aunque quizás tampoco pensó que iba a cumplir una década y media como futbolista rentado cuando correteaba detrás de una pelota, en la canchita del Estrella de Italia, ese pequeño club de barrio en Gregorio de Laferrere que fue su patio de juegos en casi todas las tardes de una infancia humilde.
