Los amenazantes mensajes de la mujer que fue detenida en Quilmes por extorsionar a su mejor amiga
La acusada, de 39 años. Intimidó a través de WhatsApp a la víctima con textos amenazantes. Lo hizo durante siete meses. Logró sacarle $ 200.000 pero terminó detenida.
La mujer detenida fue identificada como Andrea Noemí Fernández, de 39 años.
Cuando Andrea Noemí Fernández (39) retiró de una estación de servicio de Quilmes el dinero de una entrega pactada por las extorsiones que le hizo a una de sus mejores amigas, no sabía que estaba a punto de terminar tras las rejas.
Esteban Echeverría: cómo será el corredor sanitario que unirá dos hospitales del distrito
Esa entrega, de $ 10.000 en efectivo, contenía billetes marcados como parte de una un operativo policial que se realizó cuando la Policía pudo establecer la maniobra delictiva de la mujer acusada. También se hicieron allanamientos en la casa de la imputada y en la de la amiga que tenían en común con la víctima, que también era amenazada de manera anónima. Se incautaron teléfonos celulares, una notebook y elementos de interés para la causa que serán analizados.
Para cuando Fernández cayó, luego de siete meses de extorsión, ya le había robado a la víctima $ 200.000. Al ser detenida, se negó a declarar y ahora enfrenta una pena de entre 5 y 10 años de prisión por el delito de «extorsión» en la causa que quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N°7 de la fiscal Ximena Santoro.
Las amenazas de la mujer detenida en Quilmes por extorsión
Fueron al menos cinco las veces que Fernández extorsionó a su amiga, amenazándola con revelar una infidelidad a su marido que ella le había contado. Los mensajes, por Whatsapp, se dieron entre agosto de 2021 y febrero de 2022.
Primero le pidió $ 40.000 para no revelar esa información pero «con el tiempo el tono de cada mensaje fue incrementándose. Llegaron a amenazarla con que junte más dinero sino iban a violar a sus hijas. Allí le cuenta a su madre, que sacó un crédito por 80 mil pesos para pagar la nueva extorsión», dijo a Télam un investigador.
Los mensajes, con una carga muy violenta, decían cosas como «Dale ‘Millo’, poné la plata, sabemos que la tenés. No te hagas la pilla», o «si no querés que reventemos la casa de tu vieja o te violemos a una nena, entrega la plata»
Claro, la información con la que era amenazada rápidamente despertó la sospechas de la víctima, porque sólo la había revelado a dos amigas. «En los mensajes hacían comentarios íntimos de la pareja, que sin darse cuenta le había dicho a las amigas y la extorsionadora utilizó a su favor para amenazarla», explicaron fuentes de la investigación.
La hija de la victima también recibió mensajes como «Tu mamá no quiere pagar, entonces te tengo que contar que tiene un novio, que engañó a tu papá. Te vamos a mandar un video para que lo conozcas».
Asustada, durante esos siete meses la mujer hizo cuatro pagos por un total de $ 200.000 en distintas estaciones de servicio de Berazategui y Quilmes, zona sur del Conurbano. Además, en su casa le desapareció un teléfono celular y $ 50.000 de la jubilación de su madre. «Luego se estableció que los elementos fueron sustraídos por la imputada, ya que poseía las llaves de la vivienda porque, al ser de su confianza, la víctima se las había dado para que le cuidara la vivienda durante las vacaciones y pudiera utilizar la pileta con su familia», detalló un vocero judicial.
El último viernes 4 de marzo, mientras la mujer ampliaba su declaración, le llegó un nuevo mensaje exigiéndole más dinero y la fiscal Santoro ordenó un operativo de urgencia a cargo de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. Ese mismo día por la tarde, la víctima dejó los $ 10.000 previamente marcados en uno de los depósitos del baño de mujeres de una estación de servicio céntrica de Quilmes y se retiró del lugar.
Dramática búsqueda en Escobar de una embarazada que lleva 52 días desaparecida
«A las 18.20 apareció una de sus mejores amigas. Se dirigió hacia el kiosco de la estación, compró unos chocolates y pidió las llaves del baño. Había una veintena de oficiales de civil esperando en los alrededores que llegara. La dejaron salir y cuando estaba a la altura de los surtidores de nafta, fue detenida», relataron investigadores. Y cerraron: «Momentos antes de la detención le seguía mandando mensajes diciéndole ‘vos seguro que estás dando vueltas, me querés cagar, pero no soy gila. Me huele que esto va a terminar mal’, y finalmente se cumplió su instinto».
