Clausuraron una granja de rehabilitación por amenazas con armas a los pacientes
Se trata del centro San Antonio, ubicado en Villa Rosa. El administrador del establecimiento quedó detenido luego de la denuncia de familiares de los internos. En el sitio hallaron un arma y un chaleco antibalas.
Luego de la detención de Nicolás Perrone, el administrador de la granja de rehabilitación San Antonio, por amenazar con armas de fuego a los internos, finalmente se decidió clausurar el predio ubicado en Villa Rosa, partido de Pilar.
La noticia, que se dio a conocer en las últimas horas, incluye denuncias que vienen de larga data. Además, según dio a conocer Página/12, en el lugar fallecieron tres pacientes en circunstancias dudosas desde el año 2013 a a fecha.
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Pese a los reiterados pedidos de cierre de parte de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), la granja de de rehabilitación ubicada en Honorio de Pueyrredón al 3600 sólo había sufrido una clausura provisoria por problemas edilicios.
Pero la situación cambió a partir de la denuncia penal de familias de los jóvenes que derivó en la detención de Perrone. De acuerdo con la información dada a conocer, en el entorno de los pacientes del centro de rehabilitación de Villa Rosa coinciden en que en el lugar no permitían las visitas de los familiares por supuesta indisciplina de los internos y que las amenazas con armas de fuego se repetían con varios de los internos.
Según trascendió, más de una vez Perrone efectuaba disparos al aire y también se narra que a algunos pacientes los tenían “empastillados” por lo que permanecían tres o cuatro días tirados sin poder moverse.
La denuncia y la clausura de la granja
«Hacía un mes que no podía ver a mi hijo cuando nos enteramos de esto. No dejaban que las familias los visitáramos por supuesta indisciplina. Entonces los chicos acordaron que el primero que pudiera salir iba a avisar lo que estaba pasando», contó a Página/12 María Carriego, madre de Franco, joven de 20 años que pasó siete meses en la comunidad.
La noche del 27 de marzo, Carriego recibió un llamado de la madre de otro interno: «Tenía a mi hijo escondido en el supermercado donde trabaja porque Perrone le había apuntado a la cabeza», recordó la mujer.
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En la denuncia presentada esa misma noche en la comisaría de Villa Rosa por la propia familia de Franco, constan los testimonios de él y otros dos chicos, Mariano y Santiago, quienes detallaron que, por la tarde del 27, Perrone apuntó su arma al joven obligándolo a ir «a la esquina a ver si llueve»: «Si no vas a la esquina te voy a dar un tiro», denuncian que le dijo. Cuando Franco regresó, el administrador de San Antonio, comunidad que al momento de los hechos tenía cerca de 25 pacientes, volvió a amenazarlo, pero esta vez para que no ingresara al lugar. Fue entonces que el joven decidió refugiarse en el supermercado.
Además de los testimonios, hay videos en los que se ve a Perrone amenazando con su arma, equipado con chaleco antibalas. Esas imágenes llegaron a Pablo Galfré, autor del libro “La Comunidad: Viaje al abismo de una granja de rehabilitación de adictos”, quien investiga hace años las muertes en comunidades.
El periodista notificó la situación a la CPM, que intervino presentando la denuncia en la Unidad Funcional de Instrucción Nº3 de Pilar, lo que terminó derivando en la orden de allanamiento en la granja de rehabilitación.
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Entre otras cosas, en el operativo fue secuestrada una Taurus 9 milímetros, proyectiles y el chaleco antibalas presuntamente usado por Perrone, quien se encuentra detenido y a la espera de cómo siga una causa que ya fue elevada a juicio.
Hace algunas semanas, la CPM había presentado una denuncia entendiendo que los chicos que habían quedado en la comunidad estaban en riesgo. El pedido fue rechazado por el Juzgado de Garantías Nº 6, a cargo de Nicolás Ceballos, pero el lugar fue finalmente clausurado a instancias del Ministerio de Salud provincial, que dio de baja la habilitación de la granja de rehabilitación San Antonio.