Avellaneda: cumple 80 años «El Pato», el campo hípico que convive con la cancha de Independiente
El campo ubicado frente al estadio Libertadores de América organizará este jueves y sábado su aniversario. Se trata de un sitio donde se practican disciplinas hípicas, se hace equinoterapia y se juntan entidades tradicionalistas.
Al Campo Hípico y de Pato Barracas al Sur se le suele llamar «El Pato» por esa costumbre de la época de acortar los nombres para hacerlos más amenos o recordables. Ubicado sobre la calle Alsina 1051, en Avellaneda, tiene la particularidad de convertirse de a ratos en un lugar de referencia para aquellos hinchas de Independiente que buscan un punto de encuentro en la previa o el post de los partidos que juega el «Rojo» de local o un espacio para estacionar el vehículo por su cercanía con el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini.
Pero esos ratos no son ni más que menos que eso y a lo largo de sus 80 años de vida, número que celebrará este jueves 15 de septiembre, la institución logró convertirse en un sitio emblemático para aquellos amantes del mundo ecuestre a partir de ser sede de la práctica de distintas disciplinas, de albergar eventos organizados por agrupaciones tradicionalistas o de contar con una escuela de equinoterapia a través de la cual los caballos son utilizados en el marco de un método terapéutico para la rehabilitación de pacientes portadores de discapacidad motora o de otras enfermedades.
«El Campo Hípico y de Pato Barracas al Sur fue fundado es uno de los más antiguos del Conurbano. Desde nuestros inicios, la idea es poder brindarle a la comunidad un espacio donde se puedan realizar múltiples actividades relacionadas con los deportes ecuestres, como hipismo, adiestramiento o volteo, por ejemplo», contó ante la consulta de Zonales Careline Morales, presidenta de la institución desde diciembre de 2020.
Vecina de Lanús, la actual mandataria llegó a la entidad en 2014 buscando un espacio verde, naturaleza y caballos y no se fue más: «Comencé mi actividad en la escuela de equitación, luego se sumó mi familia y finalmente se sumó a nuestra vidas Maquena, una yegua con la que actualmente saltamos y quien nos llenó de satisfacciones no solo en lo deportivo».
Pero como ocurrió con otras actividades, en «El Pato» tampoco la pasaron bien durante la pandemia. «Fue muy complicado desde lo económico. En un momento había sólo 25 caballos y resultaba muy complejo poder seguir adelante, pero poco a poco pudimos corregir el rumbo y actualmente contamos con cerca de 60 ejemplares y estamos organizando con todo los festejos», expresó Careline.
La referencia de la presidenta de la institución tiene que ver con el doble evento con los que el jueves y el sábado se celebrarán los 80 años de vida del campo (no se le dice club, sino campo) ubicado a pocas cuadras de la céntrica avenida Mitre de Avellaneda.
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El primero será de caracter más formal y contará, si todo sale de acuerdo con lo previsto, con la presencia de autoridades nacionales, provinciales, comunales y de entidades locales. También están invitados alumnos de distintos colegios de la zona.
El festejo del Campo Hípico y de Pato Barracas al Sur incluirá la participación de la Escuadra Azul de la Montada de la Policía Federal y de la orquesta de la misma fuerza, además de la presentación de un ballet de danza folclórica, entre otras atracciones que se acercarán hasta Alsina al 1500.
Y el sábado, en tanto, habrá una exhibición de pato, considerado deporte nacional por un decreto de 1953 del por entonces presidente Juan Domingo Perón, en la variable «Picadero». Para ambos casos, la entrada es libre y gratuita, pero se le pedirá a los presentes si pueden llevar como colaboración un alimento no perecedero que será donado al merendero Pequeñas Huellas de Avellaneda.
La historia del pato, el deporte nacional que tiene su cancha en Avellaneda
El pato es un juego que se practicaba ya en los tiempos coloniales, según se extrae de una crónica que relata una corrida realizada en Buenos Aires en 1610, con motivo de las fiestas de beatificación de San Ignacio de Loyola.
Los estudiosos coinciden en señalar que es originario de nuestro país y que nació de la mano de los gauchos que poblaban el amplio territorio de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Santiago del Estero, Corrientes y Entre Ríos.
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Para jugarlo se mataba entonces un ave doméstica, por lo general un pato, de allí su nombre. y se la colocaba dentro de un trozo de cuero. Se formaba así una pelota, a la que se le cosían tres o cuatro manijas de cuero torcido, de las cuales se aferraban los participantes durante la competencia.
En sus comienzos fue extremadamente violento y con reglas muy poco precisas, lo que generó prohibiciones y controversias variadas a lo largo del tiempo. Con los años, el ave fue sustituida por una pelota de cuero, preferentemente blanca, con cámara neumática y seis asas. Su diámetro hoy es de 40 centímetros de extremo a extremo y su peso máximo es de 1.250 gramos.
Entre 1937 y 1938 se abrió paso una etapa de transformación del viejo juego hacia un deporte organizado, tras la redacción de su primer reglamento y la consecuente derogación de prohibiciones y restricciones que lo afectaban.
En 1941 tuvo lugar la primera muestra del deporte, ya bajo la denominación de Torneo Abierto Argentino de Pato y nació la Federación Argentina de Pato, con la finalidad de fomentar, dirigir y difundir el juego, organizar torneos, velar por la aplicación de los reglamentos, así como también orientar y promover la crianza del tipo de caballo más apto para este propósito.
En 1953, el Decreto Nº 17.468 del 16 de septiembre de 1953 firmado por el Presidente de la Nación, Gral. Juan Domingo Perón, lo declaró Deporte Nacional de la Argentina, reglamentado más tarde por Ley 27.368 en 2017.