Tras ser absuelto en la causa AMIA, detuvieron en Carlos Telleldín en Castelar por vender objetos robados
El abogado de 60 años fue apresado en su casa del partido de Morón: ofrecía en redes sociales elementos que habían sido sustraídos en la zona de Pilar. Hace casi un año la Justicia lo desvinculó del atentado a la mutual judía.
Carlos Telleldín, durante una de las audiencias del último juicio en su contra.
Luego de casi un año de quedar absuelto de culpa y cargo por su supuesta participación en el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el abogado Carlos Telleldín volvió a quedar en la mira de la Justicia: fue detenido en una casa de Castelar, acusado de vender mercadería robada en redes sociales.
La investigación fue impulsada por la UFI N°3 y la Estación de Policía de Pilar, originada por dos robos ocurridos en aquel distrito: según informó la Secretaría de Seguridad municipal, el primer caso fue el de un vecino de la localidad de Manzanares que denunció que le habían robado la bicicleta y la había visto publicada en grupos de compra y venta en Facebook, por lo que avisó la Policía y pactó un encuentro con la vendedora, una mujer de 31 años, que terminó arrestada. El rodado fue recuperado.
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El otro hecho fue denunciado por un vecino de Villa Rosa: relató que habían entrado a su casa en su ausencia y se habían llevado varias pertenencias, entre ellas un parapente con motor incluido. Días después también vio que estaban siendo vendidas en las redes sociales y pactó un encuentro para comprarlos en una casa de la localidad de Castelar.
Hasta allí fue la Policía, que realizó un allanamiento de urgencia y detuvo a un hombre de 34 años que oficiaba como vendedor de los elementos y a otro sujeto de 60, propietario de esta vivienda donde se encontraba el parapente robado, que resultó ser Carlos Telleldín.
La vinculación de Carlos Telleldín con el caso AMIA
El atentado ocurrió en la mañana del 18 de julio de 1994 cuando una camioneta Renault Traffic con entre 300 y 400 kilos de explosivos detonó frente al edificio: hubo 85 muertes y 151 personas heridas.
A Carlos Telleldín lo acusaron de haber entregado la camioneta que fue utilizada como coche bomba. Estuvo 10 años preso entre 1994 y 2004 y fue absuelto a fines de diciembre del año pasado, a 26 de aquel trágico episodio.
El Tribunal Oral Federal (TOF) N°3 de los jueces Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero tomó la decisión de eximirlo de la pena que habían pedido la Fiscalía y las querellas: prisión perpetua y 20 años de cárcel.
Fue el tercer juicio que afrontó. El primero comenzó en 2001 y finalizó en 2004 cuando el TOF N°3 declaró su nulidad por irregularidades en la investigación judicial que había encabezado el entonces juez Juan José Galeano. Telleldín, que en la época del atentado era vendedor de autos y que se recibió de abogado en prisión, había declarado que varios policías bonaerenses se habían llevado su camioneta durante un «apriete» en su casa.
En 2009 la Corte Suprema de Justicia de la Nación dispuso absolver a todos los acusados en la causa pero también que se volviera a investigar a Telleldín por la entrega de la camioneta, cuyo motor encontrado entre los escombros tras el atentado no pertenecía al vehículo. La elevación a juicio se confirmó en 2011 y continuó hasta la absolución del año pasado.
En el medio, en 2019, el Tribunal Oral Federal N°2 lo le dictó una condena de tres años y seis meses de prisión por considerarlo responsable de acusar falsamente a los policías bonaerenses a cambio de U$S 400.000 y solicitó su devolución al Estado.
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Antes de ser absuelto, Telleldín declaró en la última audiencia de diciembre de 2020: «La camioneta se la vendí a una persona que vino por el aviso del diario, se vendió de manera normal. Tenía acento centroamericano. Por eso la presunción de que podía estar vinculado al narcotráfico. Pero es una presunción».
Y agregó: «Capaz que equivoqué el camino de comprar partes de autos sustraídas. Pero no le vendí autos ningún delincuente ni a personas con antecedentes y ningún vehículo fue usado para una maniobra ilícita. Siempre vendí desde mi casa».
