Mario Ishii, el coleccionista de escándalos que hasta puso a su madre como intendenta

“Estuve con Menem, De la Rúa, con los cinco presidentes que estuvieron en 15 días, con Néstor, con Cristina y hoy estoy con Macri”. Mario Ishii no les teme a los efectos anti amnésicos del archivo. O nos los reconoce. El caudillo que llegó al gobierno de José C. Paz en 1999, el mismo que acaba de amenazar a los medios para defender a Alberto Fernández, no tuvo empacho en 2016, cuando recién comenzaba la gestión del PRO, de exhibir su pelaje camaleónico en esa frase que en parte explica por qué acumula 22 años de mandato ininterrumpido uno de los distritos más postergados del Gran Buenos Aires.

Si aquella proclama de banquinazos ideológicos ya hace ruido, la colección de escándalos que guarda Ishii en su bitácora está en sintonía porque el Japonés se acostumbró a irse a derrapar desde una dialéctica carente de filtros, y en un accionar salpicado con prácticas clientelares, decisiones cuanto menos polémicas y una incorrección política que lo llevó a dejar a su madre a cargo del gobierno municipal cuando emprendió un viaje para conocer sus raíces.

Alberto Fernández lo eligió como aliado en estos difíciles tiempos después de la derrota en las elecciones primarias, tanto que el Presidente estaba en José C. Paz almorzando con Ishii cuando se desató la ola de renuncias de funcionarios kirchneristas en su gabinete, la revuelta empujada por Cristina Kirchner y encabezada Wado De Pedro. Y el jefe de Estado eligió la inauguración de la Facultad de Medicina de la Universidad de José C. Paz para relanzar la campaña de cara a los comicios del 14 de noviembre.

El Covid-19 puso a Ishii al borde de la muerte este mismo año, ya que permaneció 12 días internado en la terapia intensiva del hospital municipal Domingo Angio. “Le agradezco a Dios que me dio una nueva oportunidad”, dijo en el acto del miércoles, antes de soltar la amenaza a los medios de prensa y de desafiar a los paceños a que concurran a estudiar en la nueva facultad que, anunció, tiene capacidad para “40.000 alumnos”. “Ahora no tienen excusas, pueden venir caminando”, los retó en tono de patrón de estancia.

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En las PASO, el intendente que se reconoce por vestir poncho se colgó la medalla de haber liderado en José C. Paz el mejor triunfo del Frente de Todos en la Provincia, al haber logrado la mayor diferencia sobre la oposición: con 49,34% en la lista de concejales y consejeros escolares, estuvo cerca de doblar a Juntos por el Cambio (25,2%).

Los escándalos de Mario Ishii en José C. Paz

Nieto de inmigrantes japoneses y nacido en José C. Paz el 22 de junio de 1959, el intendente de 62 años es uno de los referentes de la vieja guardia del peronismo en el Gran Buenos Aires, como parte de un grupo conocido en la jerga como los Barones del Conurbano.

Desde 1999 a la fecha, sólo en cuatro años estuvo fuera del Ejecutivo paceño, entre 2011 y 2015, aunque en ese lapso siguió siendo el intendente en las sombras porque quien gobernaba era Carlos Urquiaga, uno de sus delfines.

Su cercanía con el poder de turno, como bien lo dijo él mismo, le permitió trabar amistad con el fallecido Néstor Kirchner -a quien el miércoles le mandó “un abrazo”, al igual que a Cristina- y fue uno de los pocos que pudo ingresar al mausoleo de Santa Cruz donde descansan los restos del ex presidente.

Quiso llegar a la gobernación de Buenos Aires en 2011, pero perdió en las internas con Daniel Scioli, a quien no le tiene aprecio, tanto que en 2016 dijo que María Eugenia Vidal “atendía más a los intendentes que lo que hizo el ex gobernador”.

A poco de haber iniciado su segundo mandato en José C. Paz, Ishii emprendió un viaje a Japón para conocer sus raíces familiares. Se tomó licencia y dejó a cargo del Ejecutivo local a quien había encabezado la lista de concejales en las elecciones de 2003: Santa Isabel González, su mamá, quien por 17 días fue la intendenta paceña. El movimiento fue legal y bajo el amparo de la Ley Orgánica de Municipalidades de la provincia de Buenos Aires, pero hizo ruido.

Fue Ishii el que, en 2009, arremetió contra los intendentes peronistas del GBA y dijo que iba a salir a “cazar traidores” después de la derrota elecciones legislativas en la Provincia, cuando Néstor Kirchner encabezó la lista de diputados nacionales y fue vencido por Francisco De Narváez.

En 2011 trascendió la amenaza a empleados públicos y beneficiarios de subsidios antes de las elecciones, plasmado en un volante: si no iban a votar, tendrían consecuencias. “Atención trabajadores paceños. En caso de no concurrir se le dará de baja en forma automática a su puesto de trabajo, como así también se reverá la entrega de vivienda al que se la hubiesen entregado”. Y remató: “Se retirará la casa”. Firma: “Mario Ishii-conducción”.

En 2013 se destapó en su distrito un escándalo por el presunto fraude en la entrega de planes sociales en el municipio cuando Urquiaga era el intendente, que llegó a la Justicia pero nunca se pudo desentrañar. En la maniobra clientelista, se sospechó de la asignación de subsidios a punteros propios con números de DNI de beneficiarios reales.

Un año más tarde, cerca de Rosario detuvieron a Gustavo Collado Correa, un narco muy buscado en aquel entonces que, en el momento de caer, llevaba consigo una credencial que lo identificaba como asesor ad honorem del legislador bonaerense Mario Ishii.

En la investigación de la jueza Sandra Arroyo Salgado, el presunto colaborador del paceño se encargaba de negociar con los proveedores bolivianos la compra de los cargamentos de droga que llegaban a la Argentina y que terminaban en campos en Salta. Luego eran transportados hacia un galpón en la avenida Illia al 9200 en José C. Paz, distrito bonaerense gobernado por Ishii durante 14 años y donde estaba el centro operativo de la banda.

Ishii propuso en 2014 la vuelta del servicio militar obligatorio, idea que le generó una fuerte crítica de la entonces presidenta Cristina Kirchner. Ya con el macrismo contrató al ex carapintada Aldo Rico como asesor municipal. Y en 2017 puso su nombre en los patrulleros municipales.

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Un video casero lo captó cuando, en los primeros tiempos de la cuarentena estricta por la pandemia de coronavirus, retó a un grupo de empleados públicos que le reclamaban por mejores condiciones laborales y soltó una frase que lo incriminaba por el presunto encubrimiento de venta de drogas.

“Así te lo digo. Yo quiero laburar con los que quieren laburar y tengan ganas de laburar. Los que no quieren laburar, muchachos, tienen libertad de acción. Porque cuando se cagan de hambre, vienen a pedir laburo y yo se los doy. O se mandan una cagada, venden falopa, yo los tengo que cubrir, no los rajé todavía, cuando me están vendiendo falopa con las ambulancias”, reconoció Ishii.

Son 22 años casi ininterrumpidos de gestión Ishii en José C. Paz, municipio al que llegó en medio de un escándalo. El 20 de agosto de 1999, cuando debía recibir el mando de manos del Rubén Glaría, partidarios de su antecesor tomaron el edificio del Concejo Deliberante y se generó una batalla campal dirimida con palos, cuchillos y armas de fuego, con siete heridos como saldo.