Cayó Abel Guzmán, el asesino del peluquero de Recoleta: dónde lo encontraron tras haber estado dos meses prófugo
Fue el autor de los disparos contra Germán Gabriel Medina en uno de los locales del coiffeur Facundo Verdini. Lo buscaban desde el 20 de marzo, cuando quedó registrado por las cámaras de seguridad del comercio.
Abel Guzmán pasó 70 días prófugo hasta que la Justicia pudo encontrarlo. Acusado de asesinar el 20 de marzo al colorista Germán Gabriel Medina en una peluquería de Recoleta, fue detenido este miércoles en el partido de Moreno, en un operativo realizado por la Policía de la Ciudad.
Guzmán, de 43 años, le disparó a quemarropa a Medina (33) después de una presunta discusión entre ambos. El asesino fue captado por las cámaras de seguridad de la peluquería de Facundo Verdini en el barrio porteño de Recoleta, desde el momento en que ejecutó a la víctima como en su posterior huida.
Se supo que el prófugo fue reconocido por una vecina de la zona, pese a que Guzmán había modificado su aspecto: tenía el pelo más largo y se había dejado la barba. Con ese dato, efectivos de la Policía de la Ciudad lograron sorprenderlo.
Cómo fue el crimen de Germán Gabriel Medina
El crimen sucedió el miércoles 20 de marzo después de las 20, en el local que la cadena de peluquerías de Facundo Verdini tiene en Beruti al 3000, en el barrio porteño de la Recoleta. Todo quedó registrado por una cámara de seguridad del comercio. En lo que parecía un encuentro amable después del horario de trabajo, se desencadenó la tragedia.
En la grabación se vio a Guzmán sacar un arma de entre sus ropas y la empezó a blandir mientras habla y gesticula. Sin mediar más palabras, le pegó un tiro en la cabeza a Medina, de 33 años. Luego tomó una mochila y escapó por una ventana. Ambos eran coloristas en la cadena comercial.
Abel Guzmán (43) vive en la calle Agrelo al 1500 de Merlo, y por estas horas está siendo buscado intensamente tras la orden de captura internacional y nacional que emitió Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento.
La oscura personalidad de Abel Guzmán
Para los compañeros y testigos del crimen, Guzmán «no venía bien» desde hace un tiempo. Ellos mismos remarcaron que había permanecido mucho más silencioso que de costumbre en los últimos días. «Era un tipo solitario. Y se había rapado la cabeza hacía poco tiempo«, dijeron.
A fines del año pasado publicó un video en redes sociales. Se lo veía charlando con una clienta a la que le decía sugestivas frases: «Vivimos sufriendo, renegando. Nos traumamos juntos. Somos los traumados. Mirame la cara, siempre feliz», le decía a la cámara.
El asesino hacía tratamientos de keratina. «Era medio raro. No como que te ibas a imaginar que podía matar a los compañeros, pero sí que era muy observador de todo lo que pasaba en el local. A veces se tildaba mirando las situaciones que pasaban a su alrededor», le dijo a Clarín una clienta habitual del local, donde Guzmán trabajaba desde hacía seis años. «Abelizate», les decía a sus clientas cuando las atendía.
“Habían terminado el día de trabajo y eran las únicas cinco personas que estaban. Se juntaron para distenderse y después cerrar el local”, dijo Cristian Benítez, el abogado de Facundo Verdini. En tal sentido, el letrado sostuvo que “por lo que se ve en las imágenes”, entiende “que había algún tipo de encono entre ellos y utilizó ese momento para descargar la ira. Otra explicación no le encontramos”, sentenció.
Ese encono está dirigido ahora por los investigadores a determinar si entre Medina y Guzmán existió el clásico «robo de clientas», una situación habitual en este tipo de rubro y que puede alterar los egos de los protagonistas. Otras de las líneas de investigación es si entre ambos existía alguna relación sentimental clandestina, ya que Medina vivía con una pareja.
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