La Universidad de La Matanza, ahogada por una deuda de $ 140.000.000: «No sabemos qué pasará en dos meses»
El rector, Daniel Martínez, fue tajante respecto de la cifra que le adeuda Nación. «No tenemos previsibilidad presupuestaria», dijo el director. La UNLAM es la segunda universidad más grande de Buenos Aires.
Entre las casas de altos estudios atravesadas por los recortes dispuestos por el gobierno de Javier Milei, una de las más afectadas es la Universidad de La Matanza, que ya había hecho una fuerte advertencia en la previa de la Marcha Nacional Universitaria del martes 23 de abril y que ahora reveló, en boca de su rector, Daniel Martínez, que la falta de previsibilidad lo lleva a pensar en no saber si la UNLAM podrá seguir funcionando dentro de dos meses.
Las autoridades de la UNLAM ya venían inmersas en “la preocupación” que “acecha a la comunidad universitaria” porque está en peligro “su funcionamiento general debido a los recursos con los que puede contar de cara al futuro”.
Ahora Martínez fue concreto: «Hoy lo que no tenemos desde el punto de vista presupuestario es previsibilidad. Lamentablemente no sabemos qué va a pasar dentro de dos meses: si podremos seguir funcionando o trabajando«, dijo en el último plenario que tuvo la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación realizado ayer.
Se trata de la segunda universidad más grande de la provincia de Buenos Aires, sólo superada por la de Universidad de La Plata, con alrededor de 50.000 alumnos que cursan unas 40 carreras. Con sede en San Justo, indicaron tener dos fuentes de financiamiento: “el dinero que gira el Gobierno nacional a partir del presupuesto aprobado por el Congreso y, por otro lado, los recursos propios que puede generar a partir de las actividades, cursos de extensión y programas”.
Es que de ese dinero que gira el estado Nacional se trata, ya que su faltante está ahogando por completo a la UNLAM. Según Martínez, «la deuda alcanza los $ 140.000.000 sin contar las obras que están canceladas». Esas obras son en tres: el Centro de Salud «Doctor Ramón Carrillo», la residencia estudiantil y el edificio de de la futura carrera de Odontología. Todas fueron suspendidas en diciembre pasado.
Otro aspecto que consideró Martínez fue el del salario de sus trabajadores no docentes: «El 30% de ellos hoy tienen un sueldo por debajo de la línea de la pobreza. Lo mismo ocurre con algunos profesores. Esto atenta contra la calidad de la enseñanza».
«Por lo tanto y como no se votó el presupuesto 2024, esta Casa de Altos Estudios está funcionando, desde el inicio de este año, en base al presupuesto 2023, que fue aprobado en noviembre de 2022, con la devaluación que implica la inflación del país. A su vez, el 90 por ciento de los fondos girados son para el pago de sueldos y el diez restante para los gastos de funcionamiento», dijo Martínez.
Universidad de La Matanza: una carrera en riesgo
El mes pasado Martínez había denunciado que, como si todo esto fuese poco, la Universidad había recibido un cimbronazo con la última factura de electricidad. «Las partidas cada vez alcanzan para menos, razón por la cual la Universidad de La Matanza está haciendo un gran esfuerzo para sostener los servicios como seguridad, limpieza, mantenimiento, jardinería y pagar las boletas de los servicios públicos que vienen con fuertes aumentos y como ejemplo la última factura de luz fue de 45 millones de pesos«.
Martínez, que fue reelegido en 2023 por seis años más junto con el vicerrector Fernando Luján Acosta, advirtió que «ante semejante apremio, todo lo concretado en sus casi 35 años de vida y lo proyectado para colaborar con un futuro mejor está en riesgo ya que, de continuar esta situación, peligra el inicio del segundo cuatrimestre».
Justamente para 2025 está prevista la incorporación de la carrera de Odontología en la oferta de la Universidad de La Matanza, pero el freno a la construcción de las nuevas instalaciones abre un signo de pregunta respecto de su implementación.
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