Murió Claudio Rissi: su íntima historia con Monte Grande, la ciudad que lo «rescató» en el peor momento de su vida
El querido actor fue vecino de Esteban Echeverría, donde lo reconocieron como «Persona Destacada de la Cultura» local en el año 2013. Pero además, él mismo siempre dijo que el barrio lo había «salvado».
La muerte del queridísimo actor Claudio Rissi, de extensa trayectoria en cine, teatro y televisión, donde tuvo especial repercusión en los últimos años por su papel como Mario Borges en la serie carcelaria «El marginal», golpeó fuerte en mundo artístico pero también, en especial, a Monte Grande, en Esteban Echeverría, donde el también director tenía una historia de vida y «redención».
Nacido el 22 de mayo de 1956 en el barrio porteño de Boedo, Rissi construyó su carrera desde papeles secundarios, pero en todos supo dejar su impronta de personajes que con el tiempo, o casi de inmediato, se convirtieron en hitos de la cultura popular, como el mencionado Borges de «El marginal», Galván en «Los simuladores», el comisario Filpi de «El puntero» o «El Fletero» en “Okupas”.
Tan hondo caló su muerte en Esteban Echeverría que hasta el propio intendente Fernando Gray se refirió a él en sus redes: «Lamento profundamente el fallecimiento del querido Claudio Rissi, actor de nuestro distrito que construyó una gran trayectoria en televisión, teatro y cine, realizando un aporte fundamental a la cultura local y nacional. Mis condolencias a sus familiares, amigas y amigos», expresó el jefe Comunal.
De su Boedo natal Rissi pasó sin escalas a su gran amor, Monte Grande. Durante 20 años residió en la captal echeverriana, donde prestigió la escena local y desarrolló buena parte de su carrera actoral.
Hasta allí llegó a mediados de los años ’90 siguiendo el consejo de su hermana y le alquiló la casa ubicada en 9 de Abril 935. Según siempre contaba, «por casualidad, porque justo se desocupó». Nunca se imaginó que de esa casualidad a ser reconocido como «Persona Destacada de la Cultura de Esteban Echeverría» pasaría gran parte de su vida.
«De la localidad amo los atardeceres, se ve el cielo, los pájaros, el verde… Eso rescato de mi barrio. Conozco poco, porque siempre estoy trabajando. Gozo mucho el roble que está lleno de pájaros entre mi casa y el estudio», solía repetir Rissi.
«A mí Monte Grande me rescató. Si seguía en Buenos Aires me iba a morir. Había atravesado muchas pérdidas. Estaba quebrado en todo sentido. Quebrado emocional y económicamente. Las dos minas de mi vida habían muerto en el término de nueve meses. Mi madre y el amor de mi vida», relató alguna vez Ricci sobre el significado de Monte Grande en su vida.
«También me debían mucho dinero de una película que había hecho. Me acuerdo que el día que me mudé llovía a Monte Grande, caía mucha agua, pero mucho agua. Así que me paré debajo de un roble que estaba en el fondo de mi casa y dije: ‘Yo acá voy a hacer teatro de verano’ y así nació el Brancaleone», contó Rissi en referencia a uno de sus recordados trabajos.
Claudio Rissi, una carrera marcada por lo popular
Sería un error limitar la trascendencia del trabajo de Rissi solo al ámbito televisivo. También logró reconocimiento sobre las tablas con personajes ya emblemáticos del teatro como el Tatita, al que dio vida en la obra “Terrenal” de Mauricio Kartun o en “Kilómetro limbo”, de Pedro Gundesen, donde compuso a “Taqueño”, un inolvidable gaucho transformista en un pueblo de dos mil habitantes de la provincia de Buenos Aires.
Formado en la Escuela de Arte Dramático con maestros como David di Nápoli y Lorenzo Quinteros, Rissi, el actor que contaba con orgullo que también era “tornero mecánico oficial”, tuvo su primer trabajo pago cuando fue contratado en 1979 en el Teatro Presidente Alvear, en donde hizo innumerables papeles menores hasta que llegaron las primeras oportunidades en roles un poco más visibles.
Además el actor, que empezó su formación en un taller de actuación en el club River Plate para luego ingresar a la Escuela Nacional de Arte Dramático, también tuvo papeles destacados en películas como “76 89 03”, de Flavio Nardini y Cristian Bernard; “Aballay, el hombre sin miedo”, de Fernando Spiner; o “La novia del desierto”, de Cecilia Atán y Valeria Pivato.
“A mí me gusta actuar y jugar”, decía a Telam en 2022 a propósito de su protagónico en la obra “Los Perros”, de Néstor Valente, y completaba, a modo de código ético profesional: “Y lo que me gusta lo intento y el mayor compromiso mío es ese, es hacer cada papel con ganas y convicción”.
Esa definición se ajusta a toda su carrera, con roles secundarios que hacía suyos para alcanzar una trascendencia que no solo hacía brillar, sino que ayudaba de manera decisiva a la historia que se estaba contando, ya sea en teatro, televisión y cine.
Rissi fue honrado con tres Cóndor de Plata -el galardón que otorga la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina- por su trabajo en “76 89 03” (2001); “Aballay, el hombre sin miedo” (2012); y “La novia del desierto” (2018).
Por su parte, la Asociación de Cronistas del Espectáculo de la Argentina le otorgó en 2015 el premio ACE por su labor en la también mencionada “Terrenal”, de Kartun.
Con un camino que incluye alrededor de 21 personajes en televisión, participaciones en más de 30 películas e innumerables composiciones en obras del teatro off y comercial, sin duda el actor cumplió y disfrutó de una vida dedicada al arte para la cual parecía que no estaba destinado.
«Es un honor tener esa distinción, pero no creo ser merecedor de tanto. Si uno hace lo que le gusta y beneficia a la comunidad con eso, mucho mejor. Quise devolverle al teatro todo lo que me dio, dado que los costos de tiempo y plata para ir a estudiar a Capital son altos», dijo Rissi cuando le dieron la mención como personaje destacado de la cultura local de Monte Grande, el barrio que hoy siente el mismo orgullo de haber sido el lugar que lo cobijó en su peor momento.
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