El singular destino que encontró para debutar como DT Miguel Caneo, el ídolo de Quilmes y protegido de Carlos Bianchi en Boca
Al Chino lo compararon con Juan Román Riquelme en sus comienzos en el Xeneize, donde no logró asentarse. En el Cervecero se convirtió en un gran referente. A los 40 años, inicia una nueva etapa en su carrera.
Miguel Caneo es de esos jugadores que se instalan en la memoria popular por una situación particular. No tanto por su carrera, que ha sido larga y constante, ni por sus logros, que ahora buscará ampliarlos en su recorrido como entrenador. El nuevo DT de Boyacá Chicó, club donde lo abrazan con especial cariño, supo saltar a la fama por ser el pibe que, cuando recién arrancaba en Boca, fue defendido por Carlos Bianchi. Y después se convirtió en ídolo de Quilmes.
Miguel Caneo, el pollo del Virrey
Miguel Eduardo Caneo nació en General Roca, Río Negro, el 17 de agosto de 1983. Lejos de los grandes focos del fútbol nacional, el Chino comenzó a destacarse en el Sur con el equipo local de Deportivo Roca. Pronto supo que debía dar el salto para poder hacer carrera: fue por eso que se vino a Buenos Aires, a probar suerte nada menos que en Boca.
Caneo quedó en el Xeneize y su estilo vistoso como mediocampista ofensivo empezó a llamar la atención en el club. Eran épocas súper gloriosas, para un Boca que venía de ser bicampeón de la Libertadores en 2000 y 2001 y que en 2003 llevaba a cabo una renovación de la mano de Carlos Bianchi al mando de su segundo ciclo en la institución.
En medio de esos aires frescos que buscaba para Boca, Bianchi decidió echar mano de Caneo. Y lo tiró a la cancha en la Copa Libertadores de aquel año: el Chino empezó a ser un recambio constante para el Virrey y su equipo que enfrentaba la doble competencia. Sumando minutos, a Miguel cada vez se le comenzó a exigir más. Y no solo su director técnico y los compañeros…
El 2 de noviembre, Boca recibía a Independiente en la Bombonera. Un hincha, desde los palcos del estadio, no tuvo mejor idea que comenzar a criticar a Caneo por algunas malas decisiones dentro del campo. Y Carlos Bianchi, de pocas pulgas, no la dejó pasar: “¡Si no te gusta, ándate! ¡Gil: 19 años tiene el pibe!”, le gritó frente a todas las cámaras de TV inmortalizando una frase para la historia.
El amor de Caneo por Quilmes
Caneo fue integrante de aquel campeón de la Libertadores y del Apertura 2003 pero, pese a la banca de Bianchi, no se pudo afirmar en Boca. Una lesión lo hizo retroceder casilleros y le costó volver a ganar terreno. Fue así que, en julio de 2004, tomó una decisión que le cambiaría la vida: emigró a Quilmes.
En el Cervecero, fue parte del histórico equipo que, conducido por Gustavo Julio Alfaro, disputó la Libertadores 2005. El Chino, incluso, hizo el 2-2 en el Morumbí frente a San Pablo, en un partido imborrable para la institución.
Tras varias experiencias en el exterior, Caneo volvió a Quilmes dos veces: una en 2010 y otra en 2017. En total fueron 212 partidos y 51 goles, cifra interesante para un mediocampista. Los hinchas que lo vieron jugar en aquella época conservan un grato recuerdo de él.
Un ídolo en Colombia
Más allá de sus inicios en Boca y de su amor por Quilmes, si hay un lugar donde Miguel Caneo dejó huella fue en Boyacá Chicó. El Chino desembarca en el club cafetero luego de una incursión en Colo Colo, donde fue campeón, y otra en Godoy Cruz, donde sufrió rotura de los ligamentos de rodilla. La oportunidad colombiana era también un modo de empezar otra vez…
En el Apertura 2008, Boyacá Chicó sorprendió a todos de la mano de Caneo. El equipo de Tunja, fundado en 2002 y pionero de las sociedades anónimas en el fútbol de ese país, ganó su primer trofeo con el Chino como goleador del certamen.
Miguel Caneo tuvo otro paso por Boyacá Chicó, en 2016, antes de su retiro. Ahora, con los botines colgados, el Chino decidió volver: es entrenador de un club colombiano que le guarda un cariño eterno. Ahora, le toca a él defender a los pibes por los que va a apostar.
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En su flamante función buscará seguir la senda ya transitada por otros discípulos de Bianchi, como Mauricio Pellegrino, José Basualdo, Omar Asad, Hugo Ibarra, Walter Samuel, Rodolfo Arruabarrena, Sebastián Battaglia, Diego Cagna, los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto y Martín Palermo: protagonistas dentro y fuera de la cancha.
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