Un choque de catch y expulsión: el día que José Luis Chilavert le declaró la guerra a Martín Palermo porque “se vestía de mujer”
Fue hace 23 años, en uno de los muchos duelos picantes entre el arquero y el goleador. Fue el último partido que el paraguayo jugó en el campeonato argentino: iba a volver cuatro años más tarde a Vélez, pero sólo para disputar la Libertadores.
José Luis Chilavert fue un emblema del fútbol argentino con un recorrido que incluyó tres décadas, porque empezó en los 80 y se retiró ya en el siglo 21. Cuando transitaba la fase final de su excelsa trayectoria, ya cargado con una gran cantidad de polémicas fruto de su lengua filosa y su personalidad de hierro, el arquero tuvo un duro cruce con Martín Palermo, quien por ese entonces ya era el temible goleador que se cansaba de gritar en Boca Juniors.
Ambos fueron también parte de una década del 90 que quedó en el recuerdo para todos los amantes: grandes equipos, entrenadores de renombre y jugadores de élite. En ese contexto se sucedieron memorables duelos entre clubes y figuras, que llevaban hacia afuera lo que sucedía dentro de la cancha.
José Luis Chilavert, el mejor arquero de la década
José Luis Félix Chilavert dominó los 90 en la Argentina. Elegido tres veces como el mejor del mundo en su puesto, el arquero nacido en la ciudad paraguaya de Luque, el 27 de julio de 1965, inició su carrera en Sportivo Luqueño con apenas 15 años. Fue campeón con Guaraní, pasó por San Lorenzo de Almagro a fines de los 80 y emigró al Zaragoza.
En 1991 llegó a Vélez y fue pieza fundamental para cambiar la historia del club de Liniers. El Vélez de Bianchi fue por lejos el mejor de los casi 114 años de la institución y uno de los principales animadores de la década del 90 en Argentina y Sudamérica. Durante su estadía en el fútbol argentino se peleó con varios personajes importantes: Diego Armando Maradona -quien también se peleó con varios futbolistas-, Oscar Alfredo Ruggeri y César Luis Menotti, entre los más notorios.
Martín Palermo, optimista y excéntrico del gol
Antes de ser definido por Carlos Bianchi por sus virtudes frente a la valla rival, Martín Palermo tuvo una época en la que era noticia no solo por sus goles sino también por sus looks y festejos. Supo usar el pelo largo, pintarse un mechón y hasta se dejó los rulos.
Jugando para Boca, le hizo un gol a Gimnasia y se besó sus botines rojos y blancos (los colores de Estudiantes). Eso sí: al comprobar la desolación del legendario Carlos Timoteo Griguol, le ofreció disculpas.
Palermo llegó a Boca como un delantero importante, no como la leyenda del gol en la que se transformó después. Le costó al comienzo pero un par de anotaciones a River en sendos triunfos y su récord imbatido de 20 conquistas en un torneo corto (19 fechas) lo erigieron como ídolo en el comienzo del ciclo más exitoso de la historia xeneize.
El primer duelo de Chilavert y Palermo
Los enfrentamientos entre Boca y Vélez tomaron trascendencia por el crecimiento de los de Liniers y las peleas entre los presidentes Mauricio Macri y Raúl Gámez, de estilos y orígenes distintos. El último cruce de la década se produjo en septiembre de 1999 y disparó la rivalidad entre Chilavert y Palermo.
El Boca de Bianchi estrenaba el bicampeonato y llegaba invicto a la séptima fecha, en la que debía visitar al Fortín. Vélez, entonces dirigido por un joven Julio César Falcioni, lo sorprendió con un doblete de Cristian Bardaro y terminó ganando 3-1.
El duelo quedó marcado por la rivalidad entre el 9 de Boca y el 1 velezano, que se midieron en varias oportunidades con miradas desafiantes y algún que otro roce, hasta que Palermo fue expulsado por calificar de payaso al juez de línea Jorge Rattalino.
La revancha de Palermo contra Chilavert
Semanas después de aquel partido, el Titán se rompió los ligamentos cruzados. La historia es conocida: volvió en mayo de 2000 contra River y metió un gol de película. Un mes antes de viajar a Japón para jugar la Intercontinental ante Real Madrid, el líder Boca recibió a Vélez en La Bombonera por la fecha 11 del Apertura. Palermo conformó el tridente ofensivo junto a Juan Román Riquelme y Marcelo Alejandro Delgado.
El Chelo abrió la cuenta y Román metió un doblete. Quien no pudo vencer a Chilavert fue el Optimista del gol: sus dos remates desde fuera del área resultaron desviados por el arquero paraguayo. Sobre el final del partido, Vélez tuvo un tiro libre para descontar por segunda vez. Chila se hizo cargo y, tras el rebote en la barrera, impactó de frente contra Palermo, que también fue a pura potencia a buscar esa pelota. El árbitro Horacio Elizondo los echó a ambos.
El encuentro demoró varios minutos en reanudarse, ya que los sancionados no tardaron en increparse y generar un tumulto. Las agresiones no quedaron ahí: en la semana, ambos debieron acudir al tribunal de la AFA y Chilavert se negó a saludar a Palermo por haberse vestido de mujer para una entrevista y lo trató de “personaje lamentable”.
Martín, quien se había disfrazado de novia para una producción fotográfica de la revista Mística cuando todavía jugaba en Estudiantes, apenas se limitó a contestar que no le había pegado a nadie. Aquel fue el último partido del golero paraguayo en Argentina. Luego de sus pasos por Francia y Uruguay, volvió en 2004 a Vélez para jugar únicamente la Copa Libertadores. Ese mismo año, Palermo también retornó al país para terminar de convertirse en el máximo goleador boquense de todos los tiempos.
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