La muerte de Lautaro Pilloud en el Colegio Militar de El Palomar: su papá lo despidió con una carta desgarradora
Tenía 21 años, llevaba dos meses en el Ejército y murió el lunes durante un entrenamiento físico. Su padre, Javier, hizo un conmovedor posteo en las redes sociales donde recordó al joven y desligó de responsabilidades a la fuerza.
Lautaro junto a su padre, Javier, quien le dedicó un conmovedor posteo en las redes sociales.
Lautaro Pilloud tenía 21 años y hacía dos meses que había empezado a formarse en el Colegio Militar de la Nación, ubicado en El Palomar. Su sueño era ser soldado del Ejército Argentino, pero falleció el lunes durante una «actividad de servicio», según un escueto comunicado de la fuerza.
El instituto, por su parte, tampoco dio muchos más detalles en su publicación oficial en redes sociales sobre la tragedia del joven, que era oriundo de la localidad bonaerense de Baradero, y expresó que acompañaba «en este triste y doloroso momento a su familia, amigos y camaradas”.
La noticia caló muy hondo y hubo múltiples mensajes de despedida de todos sus seres queridos y allegados o personas que lo conocieron en su ciudad natal. «No puedo creer que hayas partido tan joven. Tengo los mejores recuerdos tuyos como tu profesora de inglés. Excelente alumno, amigo y buena persona. De esos que no se olvidan. Paz y consuelo para su familia. Es muy lamentable. Solo le pido a Dios que traiga consuelo», manifestó una docente, entre varias otras reacciones.
Qué se sabe de la muerte de Lautaro Pilloud
Con el correr de las horas y ante la incertidumbre por saber qué le había ocurrido, se pudo saber que Lautaro Pilloud murió durante un entrenamiento físico en una jornada en la que el Servicio Meteorológico Nacional había emitido un alerta naranja por las altas temperaturas, que llegaban a 35 grados. La autopsia determinó que falleció de una «congestión generalizada y edema pulmonar», aunque sin ningún elemento traumático.
Según trascendió, la muerte se produjo durante una actividad grupal, por lo que el joven estaba junto a sus compañeros. También que cuando se descompensó fue trasladado al Hospital Militar de Campo de Mayo pero no pudo ser reanimado. Juan Manuel Culotta, el juez federal de Tres de Febrero que está a cargo del caso, pidió que se realice un análisis toxicológico e histopatológico para determinar si alguna sustancia puede haberle causado el deceso.
El desgarrador mensaje del padre
Si bien no se informó oficialmente qué tipo de actividad estaba realizando el joven en el momento de su muerte, se comentó que estaba contemplada en la currícula del Colegio Militar. De todas formas, el Ejército abrió una investigación interna al respecto. Javier, el padre de Lautaro Pilloud, se expresó en las redes sociales sobre la tragedia y desligó a la institución formativa de responsabilidades.
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«Quiero escribir esto, lo necesito por mi hijo. Yo sé que mi hijo en el Colegio Militar de la Nación tuvo exigencias físicas propias de la fuerza como lo debe ser para formar personas que van a dar su vida por todos nosotros. Esas exigencias son voluntarias porque uno si no resiste o se da cuenta que no es para uno, puede pedir la baja cuando lo desee, nadie es obligado a hacer nada que uno no quiera hacer», comenzó.
Y agregó: «Mi hijo siguió mis pasos por contarles tantas cosas vividas en mi amada Prefectura Naval Argentina, y él siempre me decía que su vida era pertenecer a la hermosa institución a la cual perteneció. Yo, cada vez que él volvía de franco, le preguntaba cómo le iba, si le gustaba, y él me decía que amaba lo que hacía».
Además, reveló: «Sus talones estaban muy lastimados por los zapatos baratos que le habíamos comprado y su cadete a cargo muchas veces le preguntó como se sentía y con su orgullo de comando le decía que estaba bien aunque así no fuera. Yo le decía que si se sentía mal pidiera ir a sanidad, porque apenas ellos pedían los mandaban, y eso era contado por mi hijo. O que dejara, porque nunca lo obligamos a hacer nada que no quisiera».
Sin embargo, también expuso que Lautaro Pilloud era tajante con su respuesta: «A mí me van a tener que sacar muerto, pa, porque no aflojo ni abajo del agua». Y Javier lamentó: «Así fue como entregó su corazón, su alma y su vida por lo que amaba y por más doloroso que sea, tengo que aceptar que mi hijo quiso resistir hasta el final sin darse cuenta de que me arrancó la vida. Pero debo ser fuerte por mi amada esposa y mi hermosa hija».
Y concluyó: «Al Colegio Militar de la Nación, desde el director hasta los cadetes de primer año les agradezco toda la atención y predisposición. Mi hijo les entregó el tesoro más preciado, su vida, para formarse cómo un gran soldado que este país iba a tener y hoy ese gran soldado lo tiene Dios. Yo, como mortal, me queda resignación y sufrimiento de haber perdido a un ser tan hermoso, cariñoso y compañero. Amigo del alma era y sos todo en mi vida, pa. Te super amo por siempre mi hermoso. Pa.»
