La historia de un pionero en el país: así es el auto eléctrico que se fabrica en Castelar y Tres de Febrero sumó a su flota
El Municipio adquirió un vehículo de Sero Electric, la primera fábrica de autos eléctricos de la Argentina y que impulsó un emprendedor de Morón. Las características del novedoso auto que presentó Diego Valenzuela.
El intendente Diego Valenzuela junto al automóvil eléctrico de la firma Sero Electric. Es el primero de esas características en la flota municipal.
Pequeño, silencioso y con un diseño innovador. Así es el auto eléctrico que el Municipio de Tres de Febrero sumó a su flota: es el primero de esas características y será utilizado por la Dirección de Transporte y Seguridad Vial para distintas tareas de control y ordenamiento de tránsito. Circulará sin pagar patente ni combustible y contribuirá al cuidado del medio ambiente.
El coche es ensamblado completamente en el país y muy cerca: lo hace la firma Sero Electric, que tiene su planta en Castelar, en el partido de Morón, zona oeste del Conurbano. En el municipio conducido por Lucas Ghi ya habían incorporado dos unidades de este vehículo y ahora lo hace el que administra el intendente Diego Valenzuela.
«Sumar tecnologías de este tipo nos permite llevar el progreso de las distintas áreas del Municipio a nuevos niveles, como así también fomentar la producción nacional. Apostamos por el desarrollo tecnológico y su implementación en el ámbito local», dijo el jefe comunal de Tres de Febrero por la adquisición.
La historia del auto eléctrico que sumó Tres de Febrero
Pablo Naya lo reconoce hoy con algo de orgullo, aunque en su momento haya sido complicado:»Todos me decían que estaba loco». Aquel sueño que tuvo de desarrollar un auto eléctrico hoy está cristalizado en su empresa, Sero Electric, que los produce en Castelar. Sin embargo, para llegar a esta realidad, hubo un largo y arduo camino.
El presidente de esta compañía se inició en el mercado laboral trabajando en la venta de abrasivos y luego abrió su propia fábrica de iluminación, pero siempre tuvo una pasión: los autos. «Siempre me gustaron, más que nada la parte mecánica. Ya desde los 12 años se despertó mi pasión cuando mi papá se compró un Citroen 2CV. Al poco tiempo se lo chocaron, yo lo desarme y lo arreglé con solo 14 años», recordó.
A sus 28 años, quebró y cerró la fabrica IES que producía el IES 3CV, una versión del modelo de Citroën. «Estaban en condiciones de ponerla en funcionamiento. Con un grupo de gente hicimos la gestión para ponerla reabrirla», comentó y reveló que lograron que un síndico que tenía a cargo la fábrica los recibiera y les permitiera armar un plan para ponerla en marcha nuevamente.
Pablo, sin embargo, quería que Citroën les permitiera usar la marca. Para lograr el contacto con la firma francesa, reveló que tuvo la ayuda del piloto Juan Manuel Fangio, quien lo recibió en Balcarce y escuchó su propuesta, para ponerlo en contacto con un director de la automotriz. Sin embargo, la reunión lo decepcionó.
«Me dijeron que deje el proyecto industrial porque Citroën tenía intención de venir a la Argentina a producir y no nos iban a dar apoyo y que en cambio, nos pongamos como concesionario», recordó. Sin gustarle mucho la idea, aceptó abrir la agencia junto a Cosme Vigliarolo, su actual socio en Sero Electric, quien contó que «crecimos con Citroën pero Pablo se cansa rápido y siempre quiere hacer algo más».
Durante esa etapa, Pablo Naya tuvo la chance de viajar varias veces a Europa y en una visita al salón de Citröen en París conoció a un italiano que exhibía un vehículo «muy similar a nuestro actual Sero. Era parecido a un Citröen 3CV y eso me llevó a pensar que se podía producir en Argentina, además era un producto totalmente distinto por lo que no competía con ninguna automotriz».
Aunque su familia no consideraba esa idea muy factible, él y su socio Cosme empezaron a diseñar el vehículo con papel y lápiz en distintos bocetos. En un galpón detrás de la casa de Pablo, comenzaron a evaluar y diseñar piezas e investigar el mercado para encontrar los materiales apropiados y hasta fabricar sus propias máquinas y herramientas para adaptar las piezas.
«En la industria automotriz desarrollar un vehículo son 150 millones de euros, lo que era imposible para nosotros. Además, no existían proveedores y la gente que visitabamos nos trataba de locos», señaló el empresario de Castelar, que en 2014 pudo terminar junto a Cosme el primer prototipo de estructura y unos meses después, el mecánico. «Tuvimos que hacerlo andar con baterías de lo que había en el mercado porque acá no se conseguían las que nosotros necesitábamos», detalló el empresario de Castelar.
Aunque muchos no creyeron en su proyecto, hubo algunos empresarios que sí apostaron por ellos. Dario Gaggegi, de Motores Dafa, y Marcelo Van Zandweghe, de Baterías ZVH, comenzaron a desarrollar piezas claves para el Sero Electric, convencidos por el espíritu emprendedor de Pablo, que desde 2013 debió iniciar otro largo desafío en paralelo: la lucha por la reglamentación para que los autos eléctricos pudieran circular en la vía pública.
Tras presentar notas y pedidos explicando cuál era su desarrollo y la necesidad de reglamentarlo, en enero de 2018 se incluyó la categoría vehícular L6V y L7V para vehículos eléctricos. «Nosotros entramos en la L6, para microcar para dos personas que no circulan a más de 50 kilómetros por hora. No hay productores en Sudamérica para este tipo, fuimos punto de lanza y ensayo en todo», dijo el empresario.
En 2019 consiguieron la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) que regula que el vehículo cumpla con las normas de seguridad y sea apto para circular. Y ese mismo año se aprobó la patente para Vehículos con Circulación Restringida, que permite circular en calles y avenidas. Así se convirtió en el primer auto eléctrico de fabricación nacional autorizado a circular por la vía pública.
Las características del auto eléctrico fabricado en Castelar
El auto Sero Electric que incorporó el Municipio de Tres de Febrero tiene un motor de 5,6 caballos de fuerza y puede equiparse con baterías de plomo, que dan autonomía de hasta 45 kilómetros, o de litio, con las que se pueden hacer hasta 100 kilómetros. El tiempo de recarga total de las baterías es de hasta seis horas y se puede enchufar a un tomacorriente convencional.
Solo puede circular por calles y avenidas, pero no por rutas o autopistas. Su velocidad máxima está limitada a 50 kilómetros por hora. No tiene airbags, ABS ni control de estabilidad. Tiene un estilo tipo furgón con la capacidad de transportar hasta 300 kilos en su caja cerrada de 1,30 metros de largo, 1,20 metros de ancho y 1,20 de altura.
