San Isidro: tiene 21 años, se hace llamar Valentina en Tinder y está acusada de ser una viuda negra que ataca a hombres mayores
La joven está en la mira de la Justicia por haber atacado a un vecino de 63 años de Martínez cuyo departamento fue desvalijado tras una cita en la que la víctima fue drogada y luego despertada a golpes por dos hombres.
Las fotos que subió a Tinder la viuda negra que atacó al vecino de San Isidro.
Pablo tiene 63 años y es vecino de Martínez, partido de San Isidro. El pasado 7 de septiembre contactó a través de Tinder a una chica que se hacía llamar Valentina. Hablaron primero por la popular aplicación de citas y luego terminaron de arreglar lo que debía ser un encuentro en su hogar a través de WhatsApp.
Pero la experiencia que finalmente tuvo lugar durante la noche del viernes 9, lejos de ser romántica y pasional, terminó con él drogado, torturado y con su departamento desvalijado. De acuerdo con lo que detalló Infobae, la víctima hizo pasar alrededor de las 19.30 a la joven a su vivienda.
Allí donde compartieron unas bebidas, la cena y una película, tal como estaba pautado. Pablo en ningún momento sospechó nada raro de Valentina y todo transcurría armoniosamente hasta que, a eso de las 2.30, el hombre de repente se quedó profundamente dormido. Unos minutos después, fue despertado a los golpes por dos delincuentes que le gritaban pidiendo dólares.
Al día siguiente, fue encontrado por su hijo y debió ser internado en el Hospital Central de San Isidro a causa del ataque. Una vez que sanó, hizo la denuncia que dio pie a la investigación que sigue en curso y que tiene como objetivo determinar cómo se llama realmente la misteriosa mujer de Tinder, quiénes son sus cómplices y cómo actúa lo que para la Justicia es una organización criminal.
Tampoco se sabe a ciencia cierta si la persona que ingresó al departamento de Martínez es la misma cuyas fotos aparecen en la aplicación porque la víctima, por la cantidad de droga que le dieron, no recuerda con exactitud sus rasgos reales.
El expediente está en manos del fiscal Gastón Garbus, quien ya solicitó las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, testimonios de distintas personas y un relevamiento del perfil de Tinder y WhatsApp de Valentina.
El diálogo entre el vecino de San Isidro y la viuda negra de Tinder
Pablo conoció a la joven en cuestión a través de la aplicación de citas el miércoles 7 de septiembre. El perfil de la chica marcaba que se llamaba Valentina, que tenía 21 años y que se encontraba a 17 kilómetros de San Isidro. Además, especificaba que sus gustos eran el “café”, el “té” y la “gimnasia”. La charla por la app fue muy corta y se trasladó rápidamente a WhatsApp.
“Hola ¿cómo estás? Soy Valentina de Tinder”, comenzó ella con su presentación. Luego, le dijo a la víctima que vivía en “Palermo”, que estudiaba “contabilidad en la UBA” y que “trabajaba en la oficina de sus padres”. Sin perder el tiempo, Pablo decidió arreglar un encuentro.
“Bueno, sabés que me encantaría conocerte. ¿Qué idea tenés vos?”, le escribió, de acuerdo a lo que publicó Infobae. La chica no tardó en contestar: “Si, sería un gusto conocernos. Estaría bueno cenar algo, mirar unas pelis, charlar y pasarla bien”.
Si bien la idea de la mujer era verse ese mismo día, ante la imposibilidad de Pablo por cuestiones laborales, decidieron concretar el encuentro para el viernes de esa semana a las 19.30 en un edificio ubicado en la calle Ladislao Martinez. Si bien el hombre le dijo que era su departamento, luego la investigación comprobó que, en realidad, era la casa de la hija de su ex pareja, que estaba de viaje, y que Pablo solamente la estaba cuidando.
La joven le dijo al hombre que no se preocupara por pasarla a buscar, que ella llegaría en Uber. Sin embargo, distintas cámaras de seguridad de la zona muestran que la viuda negra llegó a la zona en un auto que la dejó a unas cuadras y que luego ella se acercó caminando.
En las imágenes también se puede ver cómo, ya de madrugada, la mujer llega a la puerta principal del edificio y, con las llaves de la víctima, abre para que ingresen dos hombres. Una vez adentro, revolvieron todo y, como no encontraron dólares, se pusieron violentos. “Recuerdo que me pegaban y veía que la chica estaba en el palier con la puerta entreabierta como haciendo de campana”, relató el vecino.
Luego de un rato de golpes y torturas, los delincuentes sólo consiguieron algunas pertenencias y objetos de valor que todavía no están consignados en el expediente. Una imagen de vigilancia de un edificio cercano muestra a la banda saliendo caminando con una mochila.
