El que mejor retrata a Leo Messi: quién es el tatuador premium de Quilmes que tiene un año de espera para tomar trabajos
Cesar «Yeyo» Molina es de los artistas más buscados del país por el realismo que consigue en sus tatuajes. El último de los más solicitados: el beso de Lionel Messi a la Copa del Mundo. Tiene cantantes y artistas como clientes.
Desde que la Selección Argentina obtuvo la tercera estrella en el Mundial, Cesar «Yeyo» Molina no puede despegarse del teléfono y sus redes sociales no dan abasto. El motivo de tal demanda es, que sea para cumplir promesas o por un fanatismo desmedido, muchos argentinos buscan dibujarse la piel con referencias del plantel campeón y los oriundos de Quilmes lo hacen con una única condición: que sea en el estudio de Yeyo, el mejor tatuador de zona sur.
Las pruebas están a la vista con la prestigiosa reputación que tiene desde 2007 cuando se instaló sobre la calle Conesa 278. Quienes viven en aquel municipio del Conurbano, inevitablemente conocen el local de Molina o lo escucharon mencionar al menos una vez. Sin embargo, este último mes, el negocio tomó otra popularidad y con ayuda de la fiebre mundialista, los trabajos que realiza Cesar se volvieron virales en cuestión de semanas.
«No, no tengo turnos hasta dentro de un año», repite una de las recepcionistas al atender los incesantes llamados que llegan por minuto. Molina asiente con la cabeza, toma nuevamente la aguja y continúa estampando a Lionel Messi con la Copa del Mundo, la postal más solicitada por cualquier hincha, en la pierna derecha de un joven. Según explica el dueño de 35 años, las sesiones comprometen al menos seis horas para que cada detalle quede impecable.
Sobre la demanda que generó pausar -prácticamente- la agenda de 2023, el tatuador estrella responde: «Lo primero que hago es pedirles disculpas porque si es por mí, yo no quiero nada más que trabajar. Pero es una cuestión de tiempos ya que físicamente es imposible para el equipo». Su angustia parte por comprender que muchos argentinos llegan a su estudio para cumplir promesas o para afianzar aún más el fanatismo y él, tiene una lista de espera inagotable.
Particularmente en la cuenta de Instagram del estudio, donde acumulan 142 mil seguidores, Yeyo se encarga de compartir el arte que realiza en la piel de sus clientes. Entre las publicaciones que adornan el perfil, se destacan sus obras más preciadas y aparecen las ilustraciones de Diego Maradona, Marcelo Gallardo, Juan Román Riquelme, Bart Simpson y Eva Perón, entre otras figuras.
De hecho, muchos usuarios quedan sorprendidos con el trabajo y le regalan un me gusta o un comentario para reconocer el hiperrealismo que logra en cada uno de sus diseños. Es que sin dudas, tiene un talento admirable en sus manos. «Algunos me traen fotos familiares y me piden que prácticamente se los calque en la piel», admite.
Y añade: «La particularidad de mi trabajo es que me dedico a un sólo cliente por día porque los trabajos que me piden suelen ser muy elaborados y llevan mucho tiempo», señala Molina. Por ejemplo, hace algunas semanas, hizo dos sesiones durante dos días consecutivos, que duraron ocho horas cada una.
Si bien Cesar comenzó a recibir muchos pedidos para tatuar al astro rosarino antes que arranque el mundial, prefirió evitar la mufa y posponer los turnos para la última semana de diciembre sin importar el resultado de la Selección. «No me podía arriesgar y ahora no me dan las manos», brome entre risas, pero con cierto tono de alivio por la victoria. Asimismo, el quilmeño que dirige el rubro hace ya 22 años, expresa que es un honor «tatuar el rostro de Messi y de los futbolistas de la Scaloneta que nos dieron el triunfo».
En línea con esta tarea, Molina entiende que su profesión requiere de una enorme responsabilidad. «Todos los tatuadores sentimos una presión cuando los clientes nos piden a El Diego o a Messi porque nadie quiere ser meme ni mucho menos que te difundan por un mal diseño. Las sesiones siempre se arrancan con seriedad y cariño», confiesa.
Su pasión por el fútbol y la emoción de ganar la tercera
Además de tatuar, que es su filosofía de vida, Yeyo respira fútbol. Durante la niñez, anhelaba jugar en primera y convertirse en un gran futbolista profesional, pero por diversas situaciones personales debió posponer el deseo y enfocarse en nuevos objetivos. «Nací en 1986 y esa generación se crio con las ganas de llegar a lo más alto en la actividad deportiva» comentó en diálogo con Infobae.
Como en el colegio se sentía a gusto con las materias de plástica y educación física, empezó a inclinarse por ese universo hasta que apareció la posibilidad de tatuar. De esta manera, logró fusionar sus dos pasiones y utilizar la tinta como un medio artístico para, por ejemplo, homenajear al deporte, entre otras cosas. “Lo que le recomiendo a los iniciantes en el mundo del tatuaje es que estudien, si tienen la posibilidad de ir a la universidad, y sino, tomar clases, porque para mí eso es excelente, es un gran consejo”, asegura.
Sobre el triunfo de la Selección, el vecino de Quilmes señala que todavía le cuesta creer que es campeón del mundo. «Hablando nomás se me pone la piel de pollo; todavía no caigo y creo que comparto este sentimiento con millones de argentinos».
Y concluye: «Desde el 2014 tengo la herida abierta de que se nos escapó cuando la teníamos en la mano con Alemania en Brasil, y hoy empieza a curar, porque veo esta generación de futbolistas como Messi, Dibu, Di María, y Agüero en la tribuna, que obtuvieron el resultado que tanto deseábamos, incluso más por ellos que por nosotros”.