Fue massista, macrista y ahora libertario: quién es y cómo piensa Salvador Baratta, el ministro de Seguridad de Carolina Píparo
El ex segundo jefe de la Policía Bonaerense renunció a ser candidato a concejal de Juntos por el Cambio. Promueve la mano dura: “Yo prefiero un chorro muerto y pelear en el Juzgado y no enterrar un vigilante”.
Carolina Píparo junto a Salvador Baratta cuando lo presentó como su futuro ministro de Seguridad.
«Fui subjefe de policía, fui herido en servicio, fui el único que logró infiltrarse durante ocho meses en una banda narco. Hoy con toda esa experiencia, me sumo para ser Ministro de Seguridad si Carolina Piparo es electa, para juntos devolverle la honra de ser policía y la libertad para vivir tranquilos. Con nosotros, los que van a tener miedo van a ser los delincuentes».
Con esas frases, el ex segundo de la Policía Bonaerense, Salvador Baratta se presentó en un video junto a la diputada nacional Carolina Piparo como el futuro ministro de Seguridad de la provincia en el caso de que la candidata liberal le gane a Axel Kicillof y a Néstor Grindetti.
El ministro de Seguridad de Carolina Píparo
Fue el segundo en jerarquía de la Policía Bonaerense durante el gobierno de Daniel Scioli. Llegó al cargo en 2009, cuando el ministerio de Justicia y Seguridad -todavía juntos- estaba al mando del hoy fiscal federal Carlos Stornelli. Siguió en su puesto cuando en el ministerio bonaerense asumió Ricardo Casal, hoy secretario Legal y Administrativo de Sergio Massa en el Ministerio de Economía.
En febrero de 2011, Baratta fue desafectado de sus funciones de coordinador general de Seguridad, al igual que otros cinco jefes de la Policía, y meses después, tras 25 años de servicio lo pasaron a retiro.
Hacia 2013, dos años después de haber sido retirado, Baratta se metió en política de la mano del Frente Renovador de Sergio Massa, que salía del Frente para la Victoria para enfrentar al kirchnerismo. En 2015 fue electo concejal por el frente Unidos por una Nueva Alternativa, el frente con el que Massa buscó la presidencia.
Enseguida tuvo buena relación con el intendente del PRO Néstor Grindetti y saltó al macrismo local. Incluso en las PASO de hace poco más de un mes fue el quinto candidato a concejal en la lista que encabeza Diego Kravetz, al que definió como el «mejor candidato a intendente para el distrito».
Tras el ofrecimiento de Piparo, Baratta le avisó a Kravetz que se iría del espacio y fue presentado por la diputada liberal así: «Salvador Baratta decide con mucha honra formar parte de mi equipo para transformar esta Provincia que duele». En una entrevista en radio Continental, Piparo anticipó parte del trabajo que tendría Baratta: «No habrá moto sin ser revisada».
Cómo piensa Salvador Baratta
Aceptado el ofrecimiento, salieron a la luz reportajes en los que Baratta dio definiciones polémicas. “En un tiroteo tomas decisiones. Hablan de los protocolos, es una boludes, el protocolo lo puedo tener para un secuestro extorsivo, en un hecho de organización, en un evento deportivo, una toma de rehenes. Ahora, cuando sonó la primera bala, ¿qué protocolo? Ahí es la supervivencia, y si sos jefe, tenes que velar por tu gente. Yo prefiero un chorro muerto y pelear en el Juzgado y no enterrar un vigilante mío”, dijo entrevistado por Alejandro Fantino en Neura Media.
«La situación va a cambiar cuando el delincuente sepa que si sale a la calle, sale a morir. Un tipo que se pone un fierro en la cintura no sale a regalar caramelos, sale a matar, tiene que estar dispuesto a morir en el asfalto. Ningún policía sale a la mañana a decir que va a matar dos chorros», afirmó Baratta en marzo de este año en diálogo con FM 106.1.
En tal sentido, indicó que «hay que darle más beneficios al policía que sale trabajar, preocuparnos menos por los derechos humanos del delincuente y si zafa de la calle porque se entregó tiene que ir a una cárcel, donde la cárcel sea de castigo”.
Así, sentenció: “Basta del chamuyo de que las cárceles son para reincorporar al tipo a la sociedad, porque no se reincorporan nunca. La cárcel es un lugar para purgar la pena con los derechos humanos básicos: tres comidas al día, ocho horas de descanso, ocho de trabajo, una hora de recreo y visitas como corresponde, una vez por mes para verlo con una reja de por medio, sin que entren los menores”, remarcó Baratta.
Y quien renunció a ser candidato a concejal en Lanús, concluyó con polémica: “Lamentablemente las autoridades políticas no tienen pelotas para dar este discurso, entonces van seguir con la alarmita vecinal, mañana el alambre de púas y pasado las lucecitas que se prenden solas y a vos te siguen matando”.
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