Marcelo Gallardo ante Platense: cómo uno de sus mejores goles en River allanó el camino hacia un logro difícil de repetir
Tenía apenas 21 años y ya era una enorme figura. Aquella tarde en Vicente López, convirtió de tiro libre. Otro episodio de la leyenda del DT que está cerca de llevar al Millonario a otra final de la Copa Libertadores.
A las puertas de conducir a River Plate a la cuarta final de Copa Libertadores en las diez ediciones recientes, Marcelo Gallardo agiganta su figura como director técnico del club donde hizo su formación como futbolista, saltó al profesionalismo y se convirtió en una de las figuras más fuertes en la historia del club de Núñez.
Quizás este feliz presente como entrenador lleve a olvidar los incuestionables méritos de cuando usaba pantalones cortos y se lucía en uno de los equipos más brillantes de River en las últimas tres décadas. El partido de este domingo contra Platense, en Vicente López, da pie para medir la calidad del Muñeco como jugador.
Un golazo de Gallardo para encaminar el título
River, dirigido por Ramón Ángel Díaz, venía de una semana difícil. Boca le había ganado en el Monumental, 2-1, para arrebatarle el primer puesto de un Torneo Apertura que tenía a los dos colosos de Argentina en un apasionante mano a mano por la corona.
Ese superclásico había sido especial por muchísimas razones. Fue el último partido oficial de Diego Armando Maradona, reemplazado al inicio del segundo tiempo por alguien que cobraría una significativa relevancia en estos cruces: Juan Román Riquelme. River, muy superior durante los primeros 45 minutos, se había puesto en ventaja con un zurdazo de Sergio Ángel Berti, pero no pudo aguantar un vendaval xeneize en el complemento.
Julio Toresani -con una exquisita definición de tres dedos- y Martín Palermo -de cabeza, su primer grito frente a los de Núñez con la camiseta azul y oro- marcaron los goles de la formación dirigida por Héctor Rodolfo Veira, uno de los pocos que vistieron el saco de DT en ambas instituciones.
A la jornada siguiente, en la Bombonera, Boca no fue capaz de prolongar aquella alegría y perdió inesperadamente, por 1-0, ante un combativo Lanús el sábado 1° de noviembre. Este resultado dejaba a River con la chance de recuperar el liderazgo en las posiciones al día siguiente. Para ello, debía imponerse en Vicente López.
En un piso embarrado, sacó diferencia el visitante con un tanto de Martín Cardetti, pequeño, escurridizo y rendidor delantero de fines de los 90. Empató el Calamar a través de Alberto Godoy, ex delantero de Lanús.
Cerca del cierre de ese período, hubo un tiro libre favorable a River cerca de la media luna. Gallardo tomó bajo su responsabilidad la falta, acarició con el botín derecho, la pelota superó el vallado defensivo y no le concedió posibilidad de reacción al mundialista Fabián Cancelarich. Golazo para pasar al frente.
Ya no sorprendía la precisión de Gallardo en los balones detenidos. Semanas antes le había convertido un gol parecido a Vasco da Gama. Con el 2-1 a favor, River tomó definitivamente el control de la situación.
Otra vez Cardetti y Juan Pablo Sorín, en dos oportunidades, construyeron un categórico 5-2 (descontó Fabián Alegre, con un bombazo desde fuera del área) que les permitió a los muchachos de Ramón recuperar la confianza para el tramo decisivo del año.
El doble festejo de River y Marcelo Gallardo
Pese a que Boca, con la base que luego terminaría de moldear Carlos Bianchi, peleó hasta la última fecha en busca de esa alegría que se le negaba desde 1992, River pegó la vuelta olímpica: le bastó una igualdad muy conveniente (1-1= contra Argentinos Juniors, en el estadio de Vélez Sarsfield, para completar una semana de ensueño: cuatro días antes había conquistado la Supercopa luego de vencer 2-1 al San Pablo de Brasil con un doblete del chileno José Marcelo Salas.
Una sospecha que tiene 36 años: el día que River aflojó la marcha y ayudó a la salvación de Platense
En la despedida de Enzo Francescoli, con un joven Gallardo, de apenas 21 años, que entonces conducía los hilos desde adentro, River celebró el tricampeonato local (venía de lograr Apertura 96 y Clausura 97) y una consagración internacional.
El Millonario es uno de los únicos dos clubes argentinos que lograron ganar tres títulos consecutivos en el profesionalismo. El otro es Racing Club. Es algo que el Muñeco pretende repetir pronto, ahora con el Muñeco en su rol de estratega fuera del campo.
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