La historia detrás del fenómeno de Salva La Cocina: de gerente en multinacionales a cocinero viral en las redes
Su fama llegó a partir de videos tutoriales con recetas simples. Con el tiempo, y el éxito creciente, Salvador Mazzocchi se decidió a dejar su profesión. Hoy tiene, sólo en Instagram, más de tres millones de seguidores.
Es ingeniero industrial y durante años fue gerente en multinacionales. Pero Salvador Mazzocchi (40) siempre disfrutó más como cocinero. Y lo que para él fue por mucho tiempo sólo un hobbie se convirtió finalmente en su trabajo, luego de hacerse viral en las redes sociales de una manera impensada. Ahora, el nacido en Castelar aprovecha su popularidad para enseñar a “comer rico y sencillo”.
Como le pasó a muchos, la pandemia fue un desencadenante para que decidiera cambiar su forma de vida. Si bien triunfaba en el mundo empresarial, dentro suyo crecía la idea de apostar por algo propio, y relacionado con su verdadera pasión.
“Tenía muchas ganas, nunca terminaba de dar el paso”, contó en varias entrevistas, en las cuales también recordó que “cada día, cuando terminaba de trabajar, me ponía a cocinar y subía una receta nueva en mi cuenta de Instagram”.
Salva La Cocina: los comienzos del vecino de Castelar
Al principio sólo lo hacía por escrito, pero de a poco se fue sintiendo cómodo hablando en cámara y sus tutoriales pasaron a tener cara y voz. En la mayoría de los videos les aclaraba a sus seguidores “que era ingeniero, no chef, pero que me gusta cocinar e innovar”.
Por aquellos días sólo cocinaba carnes a las brasas. Hoy, en cambio, también desarrolla propuestas vegetarianas. Pero lo que nunca cambió fue la particularidad de que Salvador crea con sus propias manos las parrillas y fogones que utiliza, y también los utensilios.
“Fabrico todo a partir de chatarra o productos en desuso. Me baso en el concepto de la sustentabilidad y la doble utilización de las cosas. Tengo en mi casa un taller de mecánica y otro de cocina”, explicó. Y detrás de eso también hay un mensaje que quiere transmitir a quienes ven sus videos: “Se pueden hacer cosas copadas y ricas con pocos ingredientes y una cuota de creatividad”.
Cuando se le pide que marque un momento fundamental en su historia con la gastronomía, no duda en señalar el año 2001, cuando estaba cursando su último año del secundario y se decidió a trabajar para costear sus futuros estudios universitarios.
En ese momento ya tenía en claro que iba a hacer la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). “Vengo de una familia de clase media baja, y como no me podían pagar la facultad busqué alternativas para juntar plata por mi cuenta”, dijo.
Salvador Mazzocchi: “Soy mucho más feliz”
Así fue que, explicó, “me armé una pequeña parrilla que monté en un costado de la verdulería que tenía mi papá. Lo llamaba el ´parri-pollo´ y fue un éxito”. Sin embargo, eso duró poco: “Al año me di cuenta de que no podía sostener el emprendimiento y la universidad porque no me daban los tiempos. No me quedó otra y lo desarmé”.
Pero nunca olvidó esa experiencia, que le dejó un amor por los fuegos y los sabores. Tiempo después, y al volverse viral en las redes, también le empezaron a surgir distintas propuestas. Primero lo contactaron distintas marcas para hacer acciones de marketing. Y luego lo llamaron de canal Trece para formar parte del programa gastronómico “Cucinare”.
En ese momento fue que decidió renunciar a su trabajo estable de ingeniero para dedicarse de lleno a la cocina y, también, a potenciar su emprendimiento “Salva la Cocina”, que cuenta con un perfil en Instagram con más de tres millones de seguidores.
“Ahí ofrezco recetas con su paso a paso, simples y dinámicas para que cualquiera las pueda hacer. Y también cocino en eventos. Mi idea es brindarle a la gente una experiencia gastronómica y sensorial, y transmitir que se puede comer rico y sencillo”.
Por último, aseguró que “con este emprendimiento descubrí que cuando hacés lo que realmente sentís, trabajar no te pesa y te genera un bienestar inexplicable”. Y aseguró: “Trabajo mucho más que antes, pero soy mucho más feliz”.
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