La increíble forma en que se recuperó la casa abandonada de María Elena Walsh en Morón para convertirla en un impactante museo
Queda en la calle 3 de Febrero 547, en Villa Sarmiento. El caserón es de 1923 y lo iban a demoler. Allí, ahora los vecinos pueden acercarse a la vida y obra de la ilustre autora de «La tortuga Manuelita» y «El Reino del revés» .
La casa ubicada en la calle 3 de Febrero 547 de Villa Sarmiento, partido de Morón, era una ruina hasta hace poco tiempo. Allí vivió su infancia María Elena Walsh, la genial escritora y compositora argentina. Y en una frase suya podría sintetizarse lo que fue la increíble historia del salvataje de la vivienda y su posterior restauración.
«No se pongan a memorizar unas memorias tan largas en caso de que la maestra les pida los datos biográficos. Recuerden lo que quieran, olviden lo que puedan e inventen lo que falte«.
Eso les decía a los niños María Elena, quizá la personalidad de la cultura argentina que mejor los entendió en este país. Y así, a pura invención y creatividad, ese caserón que estaba para demoler resurgió con brillo en 2021 cuando el Ministerio de Cultura de la Nación lo compró y la puso a nombre del municipio de Morón. Ahora es un sueño hecho realidad porque allí funciona el Museo María Elena Walsh.
Allí, puertas adentro, la autora de La Tortuga Manuelita, el cuento infantil que ayudó a generaciones de chicos a saber canalizar mejor sus enojos y rabietas, empezó a liberar esa mente superior que supo construir mundos maravillosos para generaciones enteras de pibes, mamis y papis.
Esa fue la casa donde la artista creció hasta 1943 junto a sus hermanos y sus padres, Enrique Walsh y Lucía Monsalvo, que habían comprado el lote para construirla en 1923 a «The Buenos Aires Western Railway Limited Compañía del Ferrocarril del Oeste de Buenos Aires Limitada», los amos de los primeros trenes urbanos de la ciudad.
Luego se mudaron cerquita, a un departamento en Ramos Mejía. La casa estaba deshabitada desde hace varios años y pertenecía a una familia que oportunamente la compró a los Walsh hasta que el Gobierno argentino decidió recuperar la memoria que escondían sus paredes.
«Se trataba de una casa muy rota, una típica casa chorizo que se fue expandiendo y a la que intentamos mantener lo más fiel posible. Es más difícil una restauración o remodelación que una obra nueva», le dijo a Clarín el secretario municipal de Planificación Estratégica, Pablo Itzcovich, a cargo de la obra.
«La idea fue trabajar esencialmente alrededor del jacarandá y los patios. Al pasar la propiedad por varias manos, hubo cambios lógicos. Donde estaba el gallinero de María Elena, por ejemplo, habían construido un galpón que estamos convirtiendo en salón de eventos. La terraza con techos de chapa fue reforzada para que sea transitable y reconvertida con techos de vidrio».
Ese Jacarandá, vale la aclarción, no es el famoso de «una flor y otra flor celeste» que cantaba María Elena: especialistas determinaron que su vida no superaría los 40 años y que habría sido plantado tras su partida de la casa hacia Ramos.
Atravesar el umbral es cambiar de mundo. Ochenta años atrás. Seis ambientes llenos de señales hacia la obra de Walsh. Teteras, platos que giran, feminismo walshiano inteligente, agudo, desafiante; una vieja radio a válvulas, camas de hierro, vestidos de la época, fotos familiares, mobiliario francés, un enorme arbol genealógico reflejado en caricaturas encuadradas, tules y libros marcados con helechos acompañan cada paso con música de fondo y pantallas interactivas.
Morón: cómo es el Museo María Elena Walsh
Abierto a mediados de julio pasado, el Museo María Elena Walsh es un espacio interactivo que recrea y reconstruye la vida y obra de María Elena Walsh. Fue pensada a partir de técnicas orientadas a facilitar y permitir la interrelación activa entre el/la visitante y el lugar, movilizando todos sus sentidos, así como los diferentes mecanismos físicos, mentales y emocionales.
Asimismo, se podrán hacer visitas guiadas y recorrer los distintos sectores de la casa, que contarán con propuestas interactivas y lúdicas. La entrada es gratuita.
«Acá madrugué por primera vez, nací el 1° de febrero de 1930, a las 8.05″, se lee en una pared para que uno imagine la voz de María Elena, y sueñe cómo se movía la pequeña heroína rodeada de revistas Pif Paf, Billiken y esa biblioteca celeste ahora con imágenes de Cervantes y de Chaplin.
Biografía breve de María Elena Walsh
María Elena nació en el barrio de Ramos Mejía el 1º de Febrero de 1930. Un año antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes publicó su primer libro (en 1947), “Otoño imperdonable”, que recibió el segundo premio Municipal de Poesía y fue alabado por la crítica y por los más importantes escritores hispanoamericanos. A partir de allí su vida dio un vuelco: empezó a frecuentar círculos literarios y universitarios y escribía ensayos.
En el año 1949 viajó a Estados Unidos, invitada por el genial Juan Ramón Jiménez. En los años ’50 publicó “Baladas con Ángel” y se autoexilió en París, junto con Leda Valladares. Ambas formaron el dúo “Leda y María”: actuaron en varias ciudades como intérpretes de música folclórica.
En 1962 estrenó en el Teatro San Martín “Canciones para mirar”, que luego grabó con CBS. Al año siguiente estrenó “Doña Disparate y Bambuco”, representada muchas temporadas en Argentina, el resto de América y Europa. En los años ‘60 publicó, entre otros, los libros “El reino del revés”, «Cuentopos de Gulubú», “Hecho a mano” y “Juguemos en el mundo”.
En los ’70 volvió al país y en 1971 María Herminia Avellaneda la dirigió en el filme “Juguemos en el Mundo”. También escribió guiones para televisión y los libros “Tutú Maramba”, «Canciones para mirar», “Zoo Loco”, “Dailan Kifki” y “Novios de Antaño”.
En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires.
Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la naturaleza y a los niños han quedado reflejados en numerosos poemas, novelas, cuentos, canciones, ensayos y artículos periodísticos.
Falleció el 10 de enero de 2011 a los 80 años, en el Sanatorio de la Trinidad de la capital argentina, después de una prolongada internación a causa de un cáncer óseo.
María Elena Walsh fue parte de mi infancia. Cuando sea mamá, también va a ser parte de la infancia de mis hijos.