Entre Francia y Santos Lugares, la devoción por el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes
Los días 11 de cada mes, y en especial el de febrero, miles de fieles se acercan hasta la gruta ubicada en avenida La Plata para venerar la imagen de la Virgen. La primera procesión se realizó el 14 de mayo de 1916.
Allá lejos, en los pirineos franceses, y hace tiempo, en 1858, comenzó una historia de devoción que cruzó todo tipo de fronteras y unió para siempre a dos regiones que están separadas geográficamente por 10.472 kilómetros de distancia: Lourdes, en Occitania, Francia; y Santos Lugares, en Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires, Argentina.
El relato tiene como primera protagonista a Bernadette Soubirous, una religiosa que vivió entre 1844 y 1879 en la región y que medio siglo después de su muerte fue canonizada por la iglesia católica. ¿Qué ocurrió con la pastora para que a 142 años de fallecida todavía se la recuerde al otro lado del mundo?
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Soubirous afirmó haber tenido 18 apariciones marianas, que es el nombre que los religiosos le dan a las manifestaciones de la Virgen María, durante el año 1858. Algunos de esos eventos tuvieron lugar en una pequeña gruta de Lourdes y vinieron de la mano con distintos milagros en torno a la por entonces niña de 14 años.
Por eso, en ese lugar se levantó el Santuario de Lourdes y, desde entonces, han ocurrido numerosas curaciones inexplicables para la ciencia. En tiempos previos a las restricciones por la pandemia, el altar llegó a ser visitado por cerca de 6 millones de personas al año, aproximadamente.
Nuestra Señora de Lourdes tiene una tradición arraigada de milagros atribuidos a su intercesión de sanaciones de problemas de salud y en favor de personas desahuciadas, por lo que es llamada «La patrona de los enfermos».
Nuestra Señora de Lourdes, en Santos Lugares
Hay, como mínimo, una réplica de la gruta de Nuestra Señora de Lourdes en cada provincia de la Argentina. Pero ninguna tiene la importancia histórica y actual de la que está ubicada en avenida La Plata 3757, Santos Lugares, y se la considera el lugar de peregrinación más convocante del Gran Buenos Aires.
Para rastrear los primeros indicios del viaje de la Virgen desde los pirineos a lo que hoy se conoce como Conurbano hay que ir bien lejos en el tiempo, hasta 1909, para ser más exactos, año de la llegada de los primeros sacerdotes asuncionistas al país.
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En tanto que el 4 de julio de 1911 se instalaron en Santos Lugares el padre Román Heitman, el padre Godofredo Pierson y la hermana María Eustaquio Bach. Poco tiempo después, y como había pasado originalmente en Francia, en Santos Lugares también hubo un milagro involucrado: los religiosos realizaron un voto para construir la réplica del Santuario de Lourdes si la Santísima Virgen le devolvía la salud al padre Rafael Doassans.
Mejorada notablemente la salud del religioso, la congregación comenzó a trabajar en el proyecto y creó la Hermandad de Nuestra Señora de Lourdes al interpretar que la promesa fue un pedido de la misma Virgen. El 14 de mayo de 1916 monseñor Juan Terrero, obispo de La Plata, bendijo la gruta de Lourdes de Santos Lugares y se realizó por primera vez la procesión religiosa.
El 9 de mayo de 1921 se colocó en la gruta la imagen de la Virgen de Lourdes que se venera actualmente. Fue fabricada en Lyon, Francia, es de hierro fundido, mide 1,70 metro y pesa 400 kilos. En tanto que un año después arrancó la construcción de la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, obra que estuvo bajo la tutela del padre Antonio Silbermann.
En su imponente edificio conviven dos estilos: en la parte inferior se destacan los toques del período romántico y en la superior, los detalles relacionados con la etapa neo-gótica. En tanto, la torre central alcanza los 74 metros de altura, a los que se suman otros 4 metros más de la cruz.
Los días 11 de cada mes, y en especial el de febrero, fecha en la que la iglesia católica celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes en conmemoración de la primera aparición de la Madre de Dios a la joven Bernadette, el Santuario de Tres de Febrero se llena de fieles que rinden culto a una devoción que unió para siempre a Lourdes y Santos Lugares.